¿Mapa o Brújula?

   Todo va como de costumbre. Haces algo como siempre acostumbras. Tu percepción sobre algo permanece inmutable.

   Entonces, llega ese momento en el que aprendes algo que le da un nuevo significado a muchas cosas. Es uno de esos momentos en los que algo hace click en tu cabeza. Sabes que no verás muchas cosas de la misma forma.

   Bien, eso me ocurrió a mí cuando, hace un tiempo, @sanchezal95 me dio algo para que lo leyera. Era algo muy sencillo, sin mucha complejidad. Sin embargo, cambió mi percepción de las cosas como escritor. Y quiero hablarles un poco sobre eso.

   Parece que existen dos tipos de escritores. Están los llamados mapa, y los llamados brújula. Resulta curioso emplear esos términos. Pero, ¿qué significa cada uno?

   Ser Mapa

   Los caminos ya están trazados. Simplemente te dedicas a recorrer aquel que te lleva a dónde quieres llegar.

   Si eres un escritor mapa, eres alguien que no solo tiene una idea clara de lo que va a escribir. También sabes cómo lo vas a hacer y cuáles son las ideas que quieres dar a entender, así como el sentimiento que quieres causarle a tus lectores.

   En caso de que vayas a escribir una historia, ya sabes cómo llevarla, que es lo que sucederá desde el punta A hasta el punto B. Entiendes a tus personajes y conoces los motivos que los mueven. Esto resulta muy fácil y rápido, sobre todo si estamos hablando de un escrito corto.

   Todo está absolutamente predeterminado. Ser mapa es seguir un camino sin desviarse del mismo, y en caso de ver un atajo ¡lo tomas! Lo importante es llegar al destino por medio del camino (o caminos) que está trazado frente a ti.

   Ser Brújula

   No hay caminos. Estás parado en un punto de inicio, buscas llegar al final siguiendo tu norte…o tu sur, tu este, tu oeste.

   Siendo brújula partes a partir de una idea, una que vas desarrollando conforme escribes. En otras palabras, uno se deja llevar. Las letras son las que irán indicando el camino. Nuevas ideas surgen y cambian la trayectoria, pero siempre hacia un camino mejor, uno que no habías visto antes.

   Lo genial de esto es la forma en que trabaja la imaginación, constantemente improvisando. Al principio la idea es clara, pero no muy desarrollada. Luego, todo va cambiando, ya no eres tú quien tiene el mando de la historia, es la misma historia la que se descubre. El resultado es bastante satisfactorio.

   ¿Cuál me Considero?

   Definitivamente soy un escritor brújula. Siempre lo he sido, pero no lo sabía. Y planeo seguir siéndolo, quiero que sean mis historias las que me guíen. Siendo brújula me siento más libre al escribir, y eso es algo que amo: la libertad. La historia siempre termina mejor de lo que esperaba. Hasta yo me sorprendo del resultado.

   Un ejemplo perfecto es Los Ojos de Calíope, una historia de ciencia ficción que he estado escribiendo estos últimos meses. Al principio no planeaba que tuviera más de cinco partes. Sin embargo, mis instintos de brújula me han llevado a sacarle el máximo potencial a esa historia, y se ha extendido. Como resultado estoy bastante orgulloso de ella, lo considero uno de mis mejores trabajos.

   A veces también tengo mis momentos en los que soy un mapa. Pero esto no es muy común, suele suceder cuando se trata de un micro-relato o, algún que otro artículo. ¡Y aun así mi lado brújula lucha por salir!

   Y dime, ¿cuál te consideras tú?

   Esto no es solo para que un escritor se siente identificado. Creo que podría aplicarse en muchos aspectos de la vida. Así que, ¿eres alguien que planea todos los detalles y sigue un camino trazado, o simplemente te gusta mucho improvisar y ver hasta dónde te guían tus instintos?

   Si aún no lo sabes, te invito a que lo descubras. Mapa o brújula, ambas son herramientas que nos llevan a dónde queremos ir.