Hoy a través de tus ojos pude ver,
que tu amor para mi no puede ser,
y aunque me duela dejarte de querer,
no te he de retener.

Ya ni caricias ni calor me das ahora,
te noto como lejos, como ausente,
que nos sucede pedazo de mi vida,
que solo dejas crear preguntas en mi mente.

Tu piel es un trago en copa,
es el vino que sacia mi sed,
es la penumbra de tus deseos,
en el inquieto amanecer de mis besos.

Esta copa me hace recordar el encanto de tu piel,
el dulce trago que me llena de placer,
que encarna el pensamiento,
de tardíos sueños húmedos.

Brindo por tu piel,
que es semejante a la luz del alba que observo,
al radiante atardecer que se parece a tus ojos,
a la refrescante noche que cae en tus labios,
y la fresca brisa que recorre tu cuerpo.

El tic tac desesperante,
porque ya no estoy cerca de ti,
ya no puedo percibir el dulce de tus boca,
no puedo sentir la tranquilidad de tu ser.

Hoy me he prometido que te tengo que olvidar,
aunque las noches me enferme de llorar
y ya no vuelva jamás a suspirar.

Hoy, aunque hayas sido mi único querer,
me prometí que me tengo que imponer,
el sacrificio de no volverte a ver.

Tener que olvidarte me parece la mejor solución a nuestras vidas,
no existen dudas,
tal parece que tu vida esta hecha de mentiras,
por eso ahora me he puesto a meditar,
he decidido ya jamás volverte a amar
y aunque sienta marchito el corazón,
te tengo que olvidar.

Te tengo que olvidar,
pues tus caricias no tienen ya el calor y ya tus besos,
no tienen el sabor,
ya no existe el amor.