La Verdad sobre Las Mentiras.

Hoy quiero hablarles sobre una expresión que es muy común en los seres humanos, pero que al mismo tiempo va en contra de los valores morales de las personas. Les hablaré sobre la Mentira.

Una mentira se considera como una falsa impresión sobre la realidad, o verdades incompletas. Este término suele utilizarse en oposición a lo que se considera como una verdad, siendo deshonestos tanto con nosotros mismos como con los demás, la mentira genera desconfianza, dudas, clima de sospecha, e incredulidad entre las personas. Al mentir existe la posibilidad de que se descubra que hemos sido deshonestos y debemos estar claros que se deben asumir las consecuencias, en esta vida no hay nada oculto, es por ello que todas las mentiras siempre caen por su propio peso y tienden a ser descubiertas.

Los seres vivos por naturaleza humana buscamos las estrategias para obtener lo que queremos, así que por conveniencia, por quedar bien, para sentirnos mejor sobre nosotros mismos, para ser tratado de manera diferente, para dar una buena impresión, para no asumir una verdad o para evitar explicaciones innecesarias utilizamos con regularidad esta habilidad o elemento intrínseco que poseemos. Sin embargo, es necesario acotar que los logros obtenidos a través de ella se sustentan sobre bases falsas, que en cualquier momento se pueden derrumbar.

Mentir es un acto consciente y evolutivo. Esta habilidad día a día la vamos perfeccionando para que la mentira parezca real, con la práctica esta técnica la desarrollamos con mucha facilidad, y lo hacemos sin pensar en las posibles consecuencias. Lo hacemos sólo porque esto nos ha permitido obtener ventajas sustanciales y múltiples beneficios es por ello que lo utilizamos a menudo. Esta tiene una larga y documentada historia en la evolución de la vida social de los humanos. Desde muy temprana edad comenzamos a mentir, expertos en psicología infantil indican que la capacidad de mentir no es innata, sino que se va aprendiendo poco a poco y que se comienza a practicar desde que somos bebés, ellos utilizan esta estrategia para llamar la atención de los padres.

Una mentira blanca es una afirmación que no afecta ni existe la intención de perjudicar a nadie, ni causa consecuencias o estragos en la vida de ninguno de los implicados. Estas se dicen por diferentes motivos y en determinadas circunstancias, aunque a simple vista parezcan inofensivas, estas se convierten en un terrible hábito que puede derivar en mitomanía.

La mentira oficiosa es aquella que se dice con la finalidad de agradar o servir a una persona o para ser amable con ella y que beneficia en un sentido muy leve a quien la dice.

La mentira piadosa es aquella que se dice a alguien con el objetivo el tratar de hacer más digerible una verdad tratando de causar el menor daño posible, evitarle un disgusto, una situación incómoda o molesta, o una tristeza innecesaria.

Es importante considerar el efecto negativo de las mentiras y sus posibles consecuencias en las personas. Estas pueden convertirse en un hábito, el cual si no se controla su recurrencia puede transformar estas mentiritas blancas en mentiras muy peligrosas y puede ser algo complique demasiado nuestras vidas.

Cuando mentimos, siempre desconfiamos de los demás porque creemos que actúan de la misma forma que nosotros, si nos acostumbramos a mentir con frecuencia, terminamos engañándonos a nosotros mismos, pasando a creer que las mentiras que creamos son verdaderas y no una creación de nuestra imaginación. El mentiroso no puede esperar o exigir honestidad de los demás. Es por ello que debemos tratar en lo posible de decir la verdad, motivado a que esto nos afecta tanto emocional como psicológicamente, ya que esta situación nos genera ansiedad, cargo de conciencia y sentimiento de culpa la cual puede afectar nuestra autoestima.