Enfermedad de Manos, Pies y Boca: Cuando la Primera Impresión no Siempre es Acertada
En mi país, la carrera de Medicina se estudia durante 6 años, y desde el 4to año comienzan las pasantías en centros hospitalatios conjuntamente con clases teóricas, la mayoría de las cuales se ven también en el hospital. Al comenzar, es bastante común enfermarse de vez en cuando; mientras el sistema inmune se adapta a estar frecuentemente en contacto con todo tipo de enfermedades infecciosas. En mi caso, mi primera infección nosocomial ocurrió apenas al mes de comenzar. Curiosamente, fue un compañero de clases quien me la transmitió.
Hace aproximadamente dos meses, en horas de la tarde luego de regresar del hospital, comencé a presentar fiebre, y un fuerte dolor en la garganta, tanto que se me dificultaba tragar e incluso el hablar. Me hice un pequeño examen visual en el espejo, y noté que tenía las amígdalas inflamadas; al presentar la mayoría de los signos y síntomas característicos, inmediatamente lo tomé como un caso de amigdalitis, y me dije a mi mismo que al cabo de unos pocos días estaría mejor. Efectivamente, el día siguiente tanto el dolor como la inflamación habían disminuido, y para el tercer día me desperté sintiéndome genial, listo para volver a clases. Sin embargo, al momento de pararme de la cama, noté una leve molestia en el pie derecho; una picazón, producto de una ampolla en la planta del pie, a la cual no le di mucha importancia. Me puse medias gruesas para mayor comodidad, y me fui caminando al hospital.
Mientras pasaba el día, la picazón fue empeorando, al punto en el que no aguantaba estar más de unos pocos minutos de pie. A pesar de eso, aguanté toda la mañana, y regresé a mi casa caminando, incluso. Al llegar, quitarme los zapatos, y examinar mis pies, noté una pequeña sorpresa…
¿Esas pequeñas manchas rojas? Todas picaban con la intensidad de mil soles, y sólo estoy exagerando un poco. Mientras estaba almorzando, poco después de llegar, comenzaron a picarme de una forma que sólo podría describir con el uso de muchas obscenidades, al punto en el que estaba literalmente temblando. En pleno almuerzo, y aún sentado en la mesa, tuve que pedir que me trajeran un bowl con agua fría, y sumergí mis pies en él; fue lo único que me logró la comezón. Conté todo esto a mis compañeros de clases, y uno de ellos, quien había faltado toda la semana por razones no especificadas, me aclaró de cual enfermedad se trataba.
Se llama Enfermedad de Manos Pies y Boca (si, ese el nombre. También pienso que necesita un cambio a algo más original), él sabía porque también lo tenía, habiendo sido infectado por su paciente, y de hecho fue quien me lo transmió a mi, mediante un apretón de manos la semana anterior.
Es una enfermedad vírica muy infecciosa, causado por virus el virus * Coxsackie A16*. Es especialmente común en niños pequeños (Si, hubieron muchos chistes hechos a mis expensas con ese dato), cuyos principales síntomas son fiebre, cefalea (dolor de cabeza), hiporexia (disminución del apetito), y lo que la distingue de distingue de las demás infecciones víricas; úlceras dolorosas en la boca y garganta, y ampollas en las manos y los pies, principalmente en las palmas y plantas, sensibles al toque y que causan un prurito o comezón intensa.
Se transmite de manera muy fácil; al igual que la influenza común el contagio puede darse cuando una persona infectada estornuda o tose, o mediante contacto directo con las ampollas en las extremidades. Tiene un periodo de incubación de unos pocos días, posterior al cual comienza su periodo sintomático, empezando normalmente por las úlceras en la garganta. La comezón es bastante intensa e incluso, por las ampollas en las plantas de los pies, puede dificultar el caminar (duré un día prácticamente postrado en la cama).
El diagnóstico es bastante fácil, basado principalmente en la clínica que presente el paciente, su tratamiento es sintomático, ya que no se ha encontrado un antiviral que se demuestre efectivo en combatir el virus causante de la enfermedad. Se usan medicamentos como el Ibuprofeno o Paracetamol para disminuir la fiebre, enjuagues bucales con agua con sal para aliviar el dolor de garganta, y como experiencia personal, puedo decir que el agua fría es de mucha ayuda para aliviar la comezón.
La moraleja de todo esto es que no todo es lo que parece; las enfermedades tienen un periodo de evolución, y lo que en los primeros días puede parecer un caso obvio de una enfermedad, puede resultar ser algo completamente diferente (y causar un sufrimiento increíble. En serio picaba mucho).
Hola @mike961. Su post ha sido votado por @ramonycajal. Proyecto de curación de posts de ciencias de @cervantes. Un saludo.
Todos los días se aprende algo nuevo, gracias por compartir tu experiencia y por recomendar las opciones que hasta ahora se usan para combatir dicho virus, muchísimo éxito en tu carrera universitaria.
Así es amigo, gracias por tus deseos!
Este virus me recuerda muchísimo a la dermatitis que padezco. Saludos gracias por compartir tu experiencia.
Muy parecida, asumo que el agua fría también serviría para el prurito causado por la dermatitis