¿Cuál fue mi pecado?

Pensé que estaba segura, que había encontrado dulzura, pero no resultó más que una ilusión que de repente explotó. Anhelaba tanto nacer, salir de la comodidad y el placer, en el vientre nada se siente, solo los lamentos de mi madre hiriente. Algunas veces golpeó la barriga con desespero, diciendo que no me quería adentro; pensó que no entendía, porque era una criatura chiquita.

Cuando naces en un hogar y no eres querido, se apachurra el corazón con los agravios, nunca hay palabras con cariño, pero son infinitos los insultos y malos tratos. Los años avanzan en la zozobra, golpes que traspasan tu forma, algunas veces hacen sangrar la piel, otras tantas ocasionan lágrimas de hiel.

Te llenas de miedos, de rencores, de odios, de horrores, no puedes mirar con agradecimiento la vida, y empiezas a envidiar a la madre de tu amiga.

La justicia llega me decían mis compañeras, cuando un morado en el rostro me afligía; un día me lancé por la ventana, esperando no despertar mañana. Pero la vida se perpetúa, eso dijo la enfermera, prometieron protegerme, y me enviaron a un lugar funesto.

Un hogar de mentiras, donde me golpeaban noche y día; el maestro más viejo me obligó a quitarme la ropa, amenazándome con malas notas. La directora sabía lo que nos hacía, ella lo defendía, decía que debíamos ser agradecidas por darnos techo y comida.

Los vecinos denunciaron, las autoridades reaccionaron, se llevaron al maestro y de nuevo prometieron cuidarnos y protegernos. Tantos juramentos rotos en la vida, para mí son solo mentiras, de esas que desgarran el alma y convierten al ser en una porquería humana.

Seguro iré a otro hogar, donde nadie velará por mi bienestar, mi pecado fue nacer, cuando mi mamá no me quería tener.

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Esta semana me entregaron un volante de Profamilia, que es una entidad colombiana dedicada a planificación familiar. No voy a entrar a hablar del aborto, cada quien puede tener su posición respecto a ese tema. Lo que sí me parece fatal, es que algunas familias decidan tener un hijo para llenarlo de martirios. Las noticias de muertes de menores por sus padres, madres, padrastros y madrastras es triste. El Estado asegura que restablece los derechos de los menores, sin embargo también se han presentado varias denuncias contra hogares del ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) por las irregularidades y maltratos a los infantes.

Esta es una historia más de una niña no deseada, no amada, no respetada y abusada.

Créditos Texto y fotografía: Margarita Palomino.
El volante publicitario que aparece en la ultima foto, es de distribución libre, realizado por Profamilia-Colombia.