El origen de la Devoción

La devoción a la Divina Pastora de las Almas se remonta al Siglo XVIII, cuando en junio de 1703 en el convento capuchino de las Santas Justa y Rufina de la ciudad española de Sevilla, el fraile Isidoro tuvo una visión de la Virgen María vestida de pastora con una túnica púrpura, una mantilla azul en un paisaje campestre, rodeada de árboles y ovejas, y portando en su mano un bastón o cayado propio de las labores de pastoreo.

Conmovido por la imagen, le solicitaría a un pintor local, Alonso Miguel de Tovar un cuadro con la imagen de la Divina Pastora que habría visto en sus sueños. Este óleo saldría en procesión el 8 de septiembre de 1703 por las calles de Sevilla en medio de una nutrida concurrencia de fieles. Al año siguiente, el fraile encomendaría al artista Francisco Antonio Ruiz Gijón la tarea de elaborar una escultura de tamaño natural, que sería trasladada a la iglesia de Santa Marina.

En el año 1736, el párroco de la Iglesia Inmaculada Concepción, ubicada en el centro de la ciudad de Barquisimeto, solicitaría una imagen de la Divina Pastora, por otra parte, el párroco de la población de Santa Rosa del Cerrito haría lo mismo con una imagen de la Inmaculada Concepción. Ambos encargos serían consignados en un mismo documento para un mismo escultor en la ciudad de Sevilla. Los cajones contentivos de las imágenes llegarían al mismo tiempo, solo que en las parroquias equivocadas, es decir, la Divina Pastora llegó a Santa Rosa y la imagen de la Inmaculada Concepción al templo del mismo nombre, siendo esta una posible causa de la confusión.

De acuerdo con la historia, el párroco de Santa Rosa al percatarse del error, ordenaría a los indios a su servicio que cerraran el cajón y lo trasladaran a la parroquia Inmaculada Concepción, sin embargo, para asombro de los presentes ocurriría un hecho insólito, que sería calificado como un milagro: el cajón con la imagen en su interior se pondría tan pesado y por más esfuerzo que hacían los indios para cargarlo no fue posible despegarlo del suelo de la iglesia, interpretándose esto como una señal de que la Divina Pastora no quería abandonar el templo de la pequeña población, por lo que el párroco tomaría la decisión de dejarla allí.

En 1812, durante el devastador terremoto del 26 de marzo que castigara gran parte del territorio venezolano, destruyendo las principales ciudades y ocasionando millares de muertes; se desplomaría por completo el templo, con excepción del nicho donde se encontraba la imagen que resultó prácticamente ilesa.

Posteriormente en el año 1856, la ciudad de Barquisimeto y los poblados cercanos serían víctima de una epidemia de cólera. El padre José Macario Yépez, convocaría el 14 de enero de ese año a una oración pública o rogativa en el sitio de Tierritas Blancas, donde unos días antes, habían colocado una "Cruz Salvadora" para la protección de los pobladores. Impartió instrucciones para que trasladaran al sitio la imagen de la Divina Pastora desde el cercano poblado de Santa Rosa y la del Nazareno desde la iglesia de la Concepción. Aquel día, el padre Yépez suplicaría a la Virgen ser la última víctima de la terrible peste, lo cual ocurrió en junio de aquel año, erradicando desde aquel entonces este mortífero flagelo que azotaba sin piedad a la indefensa población.

Santa Rosa, Lara, Venezuela

El Vestido

Cada año, la Divina Pastora es revestida con un traje nuevo, que suele ser donado por congregaciones religiosas, empresas o instituciones, o incluso por fieles locales, y para su confección se escogen costureras que trabajan durante meses en el más absoluto anonimato, hasta que unas dos o tres semanas antes de la procesión, se revela a la prensa el vestido y los nombres de los benefactores, en un evento ampliamente esperado por la feligresía y que en ocasiones suele dar lugar a comentarios a favor y en contra del vestido.

Este año, la imagen lució un vestido donado por los Hermanos de La Salle, que presenta una capa tipo vitral en colores blanco, negro y dorado, con escenas del Papa León XIII y de la vida de San Juan Bautista de La Salle, fundador de la congregación educadora, además de las banderas de Venezuela y Francia, ésta última, correspondiente al país de origen de los hermanos lasallistas.

En la parte frontal del vestido, se encontraba un ancla, símbolo de la esperanza, una de las tres virtudes teologales, junto a la cruz, símbolo de la fe, y el corazón que representa al amor.

Los vestidos y accesorios que la Virgen ha usado en años anteriores, se conservan en el Museo Arquidiocesano Divina Pastora, ubicado a un costado del templo, y es posible visitar sus instalaciones para conocerlos.

Enero 2020

Enero 2019

Este año, al igual que lo he hecho los últimos 25 años, estuve presente en la procesión. Anteriormente asistía en compañía de mi hijos y de su madre, luego lo haría acompañado de quien fuese mi pareja sentimental hasta el año pasado, y en esta ocasión, solo, sin embargo, cada 14 de enero, nuestra ciudad se engalana para recibir a su Excelsa Patrona, una experiencia única, que independientemente de las creencias religiosas que se posean, vale la pena vivirla.

Ante la cuarentena existente por el coronavirus Covid-19 y las recomendaciones emitidas por la Organización Mundial de la Salud, se desconoce a ciencia cierta si el próximo año pueda realizarse la procesión de la forma tradicional, por cuanto es imposible garantizar el distanciamiento social entre los millones de asistentes, por lo que habrá que esperar cual sea el curso que tome la pandemia los meses por venir.

Enero 2018

This is my entry for the #fridaychallenge. This is an initiative of @steemitblog. I hope you enjoy it.

Esta es mi participación para el desafío #fridaychallenge. Esta es una iniciativa de @steemitblog. Espero que lo disfruten.

• Cámara: Samsung Galaxy J1 mini prime
• Editor: PicsArt
• Locación: Estado Lara, Venezuela
• Fecha: Varias

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