Vivir desde el Agradecimiento.

Dar las Gracias es una reacción inmediata cuando algo bueno nos ocurre o cuando somos objeto de galanterías, sin embargo, ¿Qué ocurre con el agradecimiento cuando sentimos que no nos está yendo tan bien? En este punto, juega un papel muy importante el ego, que, en medio de nuestra turbulenta mente, nos hace adoptar la creencia de que lo que llamamos necesidades es lo ideal para nuestro camino y nos olvidamos de que tenemos un recorrer divino que va de la mano de ese plan perfecto por el que vinimos a la tierra.
Así pues, cuando nuestros planes no se llevan a cabo como esperamos también debemos agradecer porque es una apropiada ocasión para tomar el camino que nos corresponde, es decir, lo que no viene, no conviene, así que si no conviene, la fuente perfecta del universo nos está manifestando la oportunidad de tomar lo que nos concierne por ley divina, es decir, el camino correcto, nosotros tenemos nuestros guías, el nombre es indiferente, pero es aquella energía superior que está ahí siempre de nuestro lado para ayudarnos, esa energía siempre nos muestra señales, nos habla con la voz del corazón o se puede manifestar en un sinfín de expresiones, que mayormente no apreciamos porque estamos imponiendo nuestros deseos desde el ego por encima del cumplimiento de nuestro propósito.
Vivir desde el agradecimiento es valorar y apreciar lo que poseemos, mirar todo como bendiciones y no enfocarse en lo que no se tiene, porque cuando te miras desde lo que no posees y quieres, vives desde la carencia, ahí juega papel la ley de atracción y vas a atraer más carencia. El enfoque principal es siempre dar las gracias, mirar alrededor y agradecer por el cuerpo que me transporta, por la vida que en su soplo me permite vivir, la familia que me refleja lo que soy, el trabajo que me da sustento, la tierra fértil y bondadosa que me alimenta y me oxigena, la brisa que me acaricia, el sol que me calienta, el frio que me adormece, la luna que me alumbra, el amanecer que me lleva de vuelta y el atardecer que me reconecta, las montañas que me recuerdan que la vida es subida y bajada, el desierto que me lleva a lo infinito, el mar que me sumerge en su inmensidad, las estrellas que me muestran de donde vengo y los planetas que me hacen pensar que no somos los únicos…
Tantos motivos para agradecer y ser pleno y feliz, vengo a este planeta azul precioso, perfectamente diseñado y ¿Será que me debo acaso permitir sufrir por pequeñeces? No, la verdad es que vale la pena mirar desde la perfección del universo mi vida que está compuesta de la misma energía con la que está diseñada todo lo que en él habita, por ello, para cualquier ser humano debe ser natural fluir como el agua de los ríos, brillar como el majestuoso sol, tener la paz que transmite la luna, vivir en abundancia como la misma naturaleza que no hace ningún esfuerzo para producir.
Dar las Gracias por cada instante te va permitir atraer más y más ocasiones para agradecer. Dar las Gracias te va permitir favorecer los designios divinos. Dar las Gracias te va permitir confiar en que siempre lo mejor es lo que está pasando, confiar en ti es confiar en Dios. Dar las gracias es Ser agradecido con la vida… Por esto y más doy las Gracias por la hermosa oportunidad de vivir, de Ser y de observar esta experiencia humana que me ofrece crecimiento, expansión, sabiduría y me empodera con mi paz interior, mi armonía y mi amor propio, eso no me lo quita nadie, todo lo material es vulnerable en este mundo, se destruye, pero mi mundo interior es mío, es invencible, nadie me lo puede quitar, eso me hace fuerte, valiente y capaz de levantar la mirada al cielo y decir Gracias Dios porque puedo ser mi dueña, porque tengo Luz para seguirte, sabiduría para tomar las decisiones correctas y guía interior para entender y aceptar cual es el camino a tomar, Gracias Dios por tus infinitas manifestaciones y permitirme verte en cada acontecimiento de la naturaleza.