---

Homenaje a un Amigo

---

Hoy les quiero contar que hace muchos años conocí a un Señor de apellido Ruíz (su nombre nunca lo supe), era un hombre mayor de casi 60 años de edad, canoso, gordo, cariñoso, respetuoso, amable y con un corazón muy grande y noble. ÉL era dueño de una tienda donde vendían los mas deliciosos chocolates, de esos costosos rellenos de nueces y avellanas. Hoy lo recuerdo, como si eso fue ayer, y se cumplen 17 años de su triste partida.

---

Al recordarlo, me vino a la memoria una de sus historias, de como que él y su familia salieron adelante siendo inicialmente de bajos recursos económicos. Él me contó que todo comenzó con un regalo que el le dió a alguien más pobre y hambriento que él; si amigos, es sorprendente que un regalo o un compartir con una persona humilde y de gran corazón puede cambiarle la vida y ayudar a superarse a otros, porque quien lo hace de corazón, Dios lo premia y lo bendice.

---

El Señor Ruiz me contó que un bendecido día decidió ayudar a un delgado niño, muy pobre y casi de su misma edad. En su historia me dijo que él solía ir todas las tardes al parque con su lonchera, en la cual llevaba leche, pan y galletas para merendar allí sentado en uno de los bancos, mientras observaba a otros niños jugar y en ocasiones jugaba con ellos.

---

Una milagrosa tarde, le sucedió algo muy extraño, puesto que al comenzar a comerse su merienda, miró hacia un lado del parque y allí donde estaba un niño de pie, muy solo y observando a los otros que amenamente jugaban.

---

El aludido solitario niño denotaba pobreza, delgadez de desnutrido y estaba completamente sucio, aunque extrañamente no olía mal. Por curiosidad el Señor Ruiz me dijo que se le acercó con timidez y le ofreció una parte de su merienda y entre los dos comenzaron a comer y a reir como tontos.

---

A partir de ese día, el Señor Ruiz siendo un niño, iba cada tarde para compartir con el niño la mitad de la merienda que llevaba. Incluso, un día él le dijo a su mama que pusiera en su lonchera dos panes, dos leches y dos galletas; su sorprendida madre le pregunta ¿por qué tantas? y él le respondió que era para compartir con un amigo en el parque; su mamá le sonrió y complació su petición.

---

---

Desde ese día, el niño Ruiz llevaba al parque dos porciones de merienda, una porción la comían entre los dos niños y la otra la entregaba para que se la llevara el niño pobre a su casa. Así pasaron muchos inolvidables días, hasta que una inexplicable tarde al llegar al parque, su delgado amigo ya no estaba; muy entristecido se quedó esperándolo hasta la acostumbrada hora de regresar a casa.

---

Al siguiente dia, se fue mas temprano que de costumbre pero tampoco el niño pobre fue, y pasaron varios días sin que el niño apareciera, y él se dijo así mismo: "bueno mi amigo no vendrá más, espero que se encuentre bien, que nada malo le ocurra y Dios lo Bendiga".

---

Pero, una mañana muy temprano cuando se iba a clases, en la puerta de su casa encontró una simpática nota y una extraña y antigua moneda; en el papel estaba escrita la siguiente frase: "Gracias por alimentarme y por compartir tu pan conmigo, firma "Tu Amigo Angel". Él señor Ruiz con temblorosa voz, me dijo que se sintió extrañado, triste y alegre a la vez, pero sin entender nada, tan solo recordaba a su amigo y los gratos momentos que pasaron juntos.

---

---

De similar manera recordó que una vez el niño le dijo que conocía "a los Angeles del cielo, donde estaba Dios, nuestro Padre". En ese momento recordó que solo sonrió y no le dio mucha importancia a ese mensaje.

---

Sin embargo, con la moneda en sus manos, entró nuevamente a su casa para dársela a su mamá, y le dijo mira mamá, la moneda que me dejó mi amigo Angel envuelta en este papel. Su madre sorprendida le dice "¿amigo Angel?" ¿Qué amigo es ese? Él le respondió: el del parque y ella dice ahh ok y donde esta?, él le repondió no lo se, tan solo me dejó esta nota en la puerta de la casa junto con la moneda.

Su mamá al detallarla le dice, creo que esto es de valor y se la muestra a su padre. Sus padres salen hacia la tienda de un joyero de confianza para verificar si la moneda tenía algun valor.

---

El joyero, se sorprende al verla, la examina en detalle y les dice que tiene mucho valor, pero si querian venderla él no podía pagarles porque era muy antigua y costosa; los esposos Ruiz se miraron a la cara y dijeron si la queremos vender; el joyero les ayudo a conseguir un comprador, coleccionista millonario, quien les dió miles de dólares por dicha moneda, y con el dinero obtenido, arreglaron la casa, montaron un gran negocio donde vendian de todo y ayudaban a otras personas sin mirar a quienes ni por qué ayudaban.

---

Asi pasaron los años de mucho progreso familiar, el Señor Ruiz me dijo que desde ese día el siempre ayudaba a sus semejantes en lo que podía, algunos quedaron agradecidos, otros malcriados y desagradecidos; pero a él solo le importaba ayudar y Dios miraba eso y siempre le ayudó a prosperar, porque su altruismo era lo que mas le importaba para que Dios lo bendiga por sus buenas obras

---

Esta historia es real contada por una persona a quien aprecie mucho por su bondad, humildad y buen corazón; y le doy gracias a Dios porque mi dicha fue conocerlo y aprender de su nobles consejos.

---

Dios lo debe tener en un lugar muy especial con su amigo Angel.

---

Fuente de las Imágenes: https://giphy.com