¡Cómo olvidar nuestros viajes a la playa de Ocumare! Vivencias familiares.

Autobuses de Ocumare de la Costa-Maracay.

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¡Cómo olvidar nuestros viajes a la playa de Ocumare!

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Salgo al pequeño mirador de mi vecindario llamado Pariapán, desde donde se aprecia buena parte de San Juan de los Morros, entre ellas, la estatua inmensa de Sanjuanote, y los propios morros de San Juan.

Lo hago con la intención de agarrar un poco de aire fresco, y de una vez siento una brisa con características de playa.

A la izquierda, @lecumberre, y a la derecha, mi cuñado Andrés Eloy, vía La Ciénaga, 19-8-2006.

Debido a que está solitario el sector, busco ubicación en las escaleras contiguas a la vereda, y me pongo a evocar experiencias playeras del pasado, como cuando en familia nos íbamos, todos comandados por mi cuñado Andrés Eloy, y alquilábamos una casa por 3 días a 1 semana. Esa tradición se inició en 1990.

@lecumberre, con sobrina Cecilia en Ocumare de la Costa, 4-9-2017.

De allí podíamos trasladarnos a Cata o a La Ciénaga, sitios realmente atractivos y bonitos. En las mañanas nos íbamos por la orilla de la playa hasta llegar a la pescadería, y allí comprábamos lo que se consumiría en el día.

Como dice la gente, la adrenalina nos agitaba, nada más agarrar la sinuosa carretera montados en esos autobuses de regia antigüedad, considerados los reyes del camino.

Posada Eco Lodge, diversión a torrentes.

En otras ocasiones me iba con una novia, y nos instalábamos en la posada Eco Lodge, y disfrutábamos en grande, primero contemplando desde el malecón la luna bella que iluminaba las gotas surgidas del choque con las rocas, y luego el disfrute nocturno de las aguas saladas.

Aprovechaba y le cantaba temas playeros con mi ancestral guitarra, y retornábamos a eso de las 12 de la noche a la habitación, en la que seguíamos la rumba sin que se molestara a los demás huéspedes, que en oportunidades nos invitaban a compartir en los bordes de la piscina.

Otras veces, en la noche, decidíamos tener un relax en las cálidas arenas, y hasta se podía dormir unos minutos, sin riesgos de nada.

Era un Ocumare de la Costa de aspecto diferente y apasionante. También cenábamos en restaurantes cercanos a la entrada de la playa, o en las tiendas de los vendedores de arepas y comidas del lugar.

@lecumberre en Ocumare de la Costa, con tabla de surfear rota. 19-8-2016.

En varias ocasiones llegamos a la posada Costa Azul, que era regentada por un hombre de piel recia, de nombre o sobrenombre Chile, a quien le simpatizábamos, y nos daba trato especial trato cuando volvíamos.

La Ciénaga, sitio edénico, con sus apacibles aguas azules.

La brisa me sigue soplando en el pequeño mirador, y me llegan recuerdos de cuando abordábamos la lancha con vía a La Ciénaga donde las aguas son mansas, e incluso, comentaban de sus propiedades curativas porque veía mucha gente bañándose en la parte barrosa.

@lecumberre cantándole cumpleaños a sobrino Juan Pablo, en Cata, 3-8-2015.

Mi hijo @psicologo, en La Ciénaga con su entonces novia, actual pareja María Ramírez. 25-7-2018.

Estos son testimonios de vivencias de dicha y diversión en un sitio que, quizás y así esperamos, vuelva a ser la opción número 1 para vacacionar en familia. Amén.

Que Dios nos siga bendiciendo.

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Posted from my blog with SteemPress : http://lecumberre.repollo.org/2020/02/05/como-olvidar-nuestros-viajes-a-la-playa-de-ocumare-vivencias-familiares/

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