Abriendo mis fauces | Parafilias incomprendidas
Las carnes se vuelven tiernas mientras te siento dentro. Voy tocando, voy palpando, me recorres con tu lengua todo el cuerpo. Me besas, te araño. Entras y sales repetidas veces y mientras más lo haces, más ganas hay. No hay maneras de contener el impulso que siento al tenerte pegado a mi cuerpo. Se produce el sudor y más exquisito te ves, más apetecible. Ya no aguanto, lo necesito; la felina que llevo dentro se apodera de mí y ya no puedo contenerlo, abro mis fauces y encuentro el lugar perfecto; entre tu cuello y tu clavícula hinco mis dientes. Solo te he mordido un poco, aún no quiero desangrarte.
Escucho como gimes y me excitas un poco, no es suficiente para mí, necesito más. Sigues penetrándome más fuerte a cada momento. Empiezo a recorrer con mi lengua desde el cuello, saboreándote llego hasta el hombro y vuelvo a clavar mis dientes. Esta vez es más fuerte y gritas; la más profunda excitación que produces me recorre el cuerpo. Intentas zafarte de mí pero clavo mis garras en tu espalda y no te dejo mover. El orgasmo es casi inminente y me regreso al cuello y vuelvo a morderte, esta vez es más fuerte, se escucha el crujido de tus débiles huesos. Un alarido escapa de tu voz y yo me derrito completa ante ti, mientras veo como un hilo de sangre recorre tu piel yo me desvanezco feliz. Tu cuerpo yace mórbido y aún dentro de mí, mientras degusto tu sangre.
Muy buena redacción. No sé si súcubo o vampiro, pero los súcubos son personajes recurrentes en mis ilustraciones. Up-vote!