Una tranquilidad que me inspira a tocarme la mejilla y a pensar porque no estoy ahí, el agua me invita a que sea parte de ella y a que fluyan por las venas de mi pensamiento todo lo sublime de un alma pura, tan pura como el viento que mueve la superficie, formando las olas de la infinidad de una naturaleza que parece irreal.

     El reflejo de lo que parece el fondo y no lo es, representa el parecido que existe entre nuestro interior y lo externo, una realidad de afuera que la veremos tan opaca o tan clara como tengamos muestra alma humana, un alma que nunca morirá si llegamos a un final tan tranquilo como este.

     Los árboles, mis triunfos, el agua mis pensamientos, las piedras son mis miedos, a los cuales les intento pasar por un lado con la misma corriente cálida de mis pensamientos positivos, hasta llegar a las cascada de mis deseos, esa que cae sobre el pozo mi vida íntima y en donde desembocan todas mis acciones.

     El cielo azul es del tamaño de mi esperanza, una esperanza que aunque a veces no vea está allí, de día y de noche, solo depende de mí involucrarla en este paisaje tan romántico y sereno como esta imagen, una imagen que cada vez más me lleva a el pensar por qué no estoy ahí.

     Mirando las piedras del fondo me doy cuenta que son los mismos obstáculos superados en el pasado, por eso trato que no salgan a flote manteniendo el caudal de mis pensamientos tan quietos como lo brisa que a veces ni mueve las hojas, deteniéndose pasmada al mirar tan maravilloso espectáculo, quizás por eso no veo las aves, porque es un lugar tan perfecto así como es, que no le cabe más nada.

     Veo en la luna mi muerte terrenal, tengo que aceptar que cuando me valla de este mundo estaré por allá en el infinito, un infinito lleno de hogares como el que se muestra partido en una muesca, como un pedazo del otro mundo que me ha guiado durante toda mi vida, moldeando mis vibraciones como una guardiana fiel a la cual debo todo mis desvelos y desamores.

     Oh¡ la luna, las nubes son testigos de que todos necesitamos de su luz para ser vistos, sobre todo en los más oscuros momentos del día, donde espectáculos como este, pierden el azul que nos da la paz de saber que un día viene después del otro, y que disfrutaremos de este mismo paisaje si logramos plasmar nuestra vida en él, para seguir pintando con la acuarela de los sueños lo que le haga falta.

     Una imagen, una vida, una realidad, una fantasía, solo tú puedes ver con los ojos de la imaginación lo que te ofrece el paisaje que puedes crear tu mismo, sin dejar que otro te quite el pincel para pintar el cuadro de tu vida.