Todo estaba decorado con el color rojo, tenían unos show super raros para ojos extranjeros porque hicieron concursos o tribias con su lengua nativa donde tuve intuir que era unas oraciones o poemas y los de publico tenían que completarla, un show de caligrafía donde unas chinitas se sentaron en medio del escenario con un fondo de música super relajante mientras que hacían de lo suyo y al terminar mostraron unas mini-pancartas de lo que escribieron; y muchos shows de su cultura de fin de año que no entendí pero fue muy conmovedor ver algo diferente.

Lo más chistoso que pude presenciar fue a los que cantaban cuando venían su turno, cantaron diversas música tanto de su país como de aquí, en Venezuela. Y la gracias fue ver y escuchar como un chino cantaba Alma llanera con todo su corazón y sin expresarse con su cara (Tenía una cara de poker face).

Y nada más y menos la comida que nos preparó el hotel, estuvo delicioso, aunque obviamente era comida del buffet que sobró, estuvo muy bueno habían diversos platos, pero el más apetitoso fue el que me comí que era contenía un arroz chino venezolano, una parrillita de pollo, papas asadas y pescado con una salsa blanca.

Obviamente después de una comida debe venir el postre que era un pedazo de torta opera y una especie de mousse de fresa y limón.

Muchas gracias