"Concurso Cervantes: 7ª Entrega" Desvanecida
Hola amigos de Steemit, en esta oportunidad les traigo un relato inspirado en la obra de Sebastião Salgado (8 de febrero de 1944 Aimorés, Brasil) Entre las numerosas obras que @Cervantes seleccionó la de una mujer desnutrida y deshidratada esperando su turno en el hospital de Gourma Rharous, Malí en 1985.
Aquí les dejo un relato que espero les guste, espero sus comentarios.
Cuentan que quien viaja, no tiene alma… Pues deja un pedacito de ella en cada lugar que visita y ama. Dicen que un viajero, es amigo de la muerte. Pero yo jamás había viajado a ningún lugar.
Me despertó súbitamente el traqueteo y repentino claxon del tren, seguía teniendo ese sueño de que estaba frente a esa casa, mirando hacia adentro sin ver más que un vago reflejo de una sombra supongo que mía en los vidrios sucios, aún tenía el olor de las hojas mojadas que estaban sobre el techo impregnado en mi nariz, como si realmente hubiera estado allí hace unos segundos, como que si realmente perteneciera allí.
Estaba soñando acurrucada en un rincón del vagón con mi cabeza puesta en la ventana, me molestaba mi flequillo ya que me lo había hecho un día antes del viaje y estaba odiando mi cabello pelirrojo, llevaba puesto un suéter viejo color gris claro con un bolsillo delantero de esos en que metes las manos te subes la capucha y ya pareces un rapero famoso pero luego notabas todas las manchas de café y la ilusión moría, unos blue jeans rotos que jamás lavaba y estrangulaban mis piernas como en venganza, unos zapatos deportivos imitación de unos “nike” que habían viajado más que yo y mi mejor actitud para una situación como la que estaba pasando.
Hacía el esfuerzo de recordarme pero sabía que realmente no era un sueño, era como la repetición del mismo sueño siempre, un deja vu que no me dejaba en paz, tenía la certeza de que había más pero no podía recordar; cerré los ojos y tuve instantes de una vida tranquila que tenía, de la niña buena que alguna vez fui, que quise volver a ser pero eso solo era otra cosa más en mi eterna lista de "Cosas Que No Pude Hacer"
Mi vagón no era exactamente un lugar genial, era simple: Una ventana Gigante, dos asientos largos y cómodos pegados a cada pared y una puerta pequeña. Habíamos llegado a la estación y empezaba a alistarme para salir cuando la puerta de mi vagón fue golpeada ¡me encontraron! pensé pero para mi sorpresa sólo era un señor asustado, tenía el uniforme de los que llevan el equipaje del tren, se veía que era pulcro, tenía cabello negro noche con un corte moderno, estaba espelucado pero se notaba aun el gel para mantener el cabello perfecto, era más pálido que cualquier persona que conociera y extrañamente tenía un aire de ser menor de lo que aparentaba, sus ojos eran verdes, verde Slyterin pensé de inmediato dándome cuenta lo extraña que podía llegar a ser mi mente en momentos de tensión extrema, no era el momento para ser una fanática de Harry Potter y luego me percaté en sus ojos desorbitados en su expresión de terror y la sangre, hilos de sangre escarlata recorrían su ropa y hacían un charco en el suelo que hizo que imaginara lo peor.
-Corre… - su voz fue apenas audible
Sin pensarlo dos veces salí del vagón asustada, temblaba y temía que mis piernas me fallaran, me encontré con una puerta pequeña frente a mí, era el otro vagón y se veían las sombras de personas adentro, relajadas, su vida seguía para ellos nada pasaba; el pasillo se alargaba hacia la izquierda y hacia la derecha que esa era la dirección en donde la alfombra estaba llena de sangre, y pude notar de dónde venía el pobre señor, crucé en camino contrario y recorrí el pasillo vacío a mis ojos pero aun así con la mirada baja, entré en otro vagón distinto al azar. Estaba entrando en pánico ¿acaso me habían descubierto? ¿Acaso estaban tras de mí de nuevo? debía mantenerme bajo perfil hasta poder salir del tren y usar de camuflaje a la multitud, sólo había un detalle; No podía dejar al muchacho herido allí en medio del vagón ensangrentado y huyendo.
Me devolví de inmediato buscando mi vagón y el tren se detuvo, el pasillo se me alargó y las paredes se derretían que luego se transformaban en personas, no podía darle crédito a mis ojos, mi estabilidad se volvió una burla, intenté caminar pero sentía que estaba sobre copos de algodón que jugaban conmigo, miré a mi alrededor y no podía distinguir el paisaje que pasaba a toda velocidad solo se veían manchas borrosas y verdes pero antes de poder enfocar algo duro me dio en la cabeza y caí de espaldas, antes de perder a conciencia solo pude llegar a ver una sombra blanca borrosa que se acercaba, pasos y gruñidos lejanos.
Desperté en un catre en un cuarto genérico, y lo primero que pensé fue la tranquilidad que había hasta que me fijé en el crucifijo gigante que estaba en la pared frente a mí, con un Jesucristo mirándome tan severamente que por un segundo pensé que era real, una mesita de noche que imagino tendría que haber sido indestructible para poder sostener una biblia de tamaño titánico que estaba sobre ella, empecé a ojearla y de inmediato noté que no era una común, tenía pliegues e hilo de oro, y estaba escrita diferente como si una persona se hubiera dedicado con una pluma en cada pergamino.
-Sé lo que piensas, y si es cierto. Es una versión de la Biblia de San Juan recreada tal como la original, con plumas mojadas en tinta de pigmentos de tierra y hecho a mano.
La monja habló con esa voz típica de las personas que saben todo, que han recorrido el mundo y tienen tanta humildad en el corazón que sus palabras cálidas acallan cualquier tormenta. Me recordó todo el tiempo que he viajado, y por supuesto el percance del tren, no pude evitar sentirme desconfiada después de todo aun no sabía dónde estaba, me volteé y la miré desconcertada.
No me mire así mijita, venga que ya está listo el desayuno, me ahorró el despertarla… Subí las escaleras con el cerebro encendido como una locomotora viendo qué iba a hacer para que se parara sin asustarla.
No pude evitar sonreír, y le conté todo. Las visiones, la nostalgia, los sueños, los eternos viajes y por supuesto le pregunté dónde estaba.
-Esas preguntas solo las puedes responder tu misma, pero primero bajemos a comer que estas toda flacuchenta, capaz y te da una yeyera ahí. – se escuchó un grito que provenía de abajo y de inmediato la monja se volteó y gritó con una energía que no pensé que tuviera – ¡YA VOY PA’YÁ!
Ella bajo primero no antes sin decirme que me “echara una apuraita” y me percaté por fin del interior de la casa, era un refugio de monjas modernizado a tal punto que el cuarto del que recién había salido parecía el depósito, el basurero. Columnas altas de madera se alzaban al techo abovedado un pasillo se alargaba terminando en un balcón que daba a la entrada de la casa con una escalera curvada que a su vez terminaba en un arco de dos metros y medio de altura que abría paso a una cocina de revista, había en cada rincón una mesita con su respectivo florero donde las gerberas más coloridas y algunas margaritas inocentes reposaban tranquilamente esperando a marchitarse con la paciencia que sólo una flor podría tener.
La cocina era gigantesca, aun no sé dónde terminaba para darle paso a la sala toda la casa tenia televisores leds de mi tamaño, pero lo que más ame fueron los 4 hornos grandes y una magnifica cocina a gas de 12 hornillas, toda la vajilla era de cerámica salvo las copas que eran de cristal, incluso había una pequeña nevera de vinos y le puse el ojo a una de Oporto. Y ahí fue cuando empecé a sospechar ¿Qué clase de monjas eran estas? Observe más de cerca y nada tenía sentido, lo único que parecía corriente eran las sillas, unas robustas sillas de madera que hacían juego con mi cuarto, nueve sillas robustas de madera en la mesa del comedor me estremecí de tan solo darme cuenta de la cantidad, de ver la mesa.
Afuera lloviznaba la vista era hermosa estaba nublado y el patio era una alfombra verde inmensa con destellos de color que se extendían frente a mí y de a ratos veía algún que otro gato entrando a la casa, comí con desgana la sopa que con cariño me hizo alguna de las monjas porque aún no las diferenciaba, un gato se subió a mi regazo y quería ser más que ladrón de mis caricias… Ladrón de mi comida, al tener una presa de pollo entre sus dientes saltó y huyó dejando un desastre detrás que por suerte ya me había tomado todo lo que pudo haber estado en el plato y un papel doblado denoto su presencia con las patitas del gato húmedas como firma. Mire alrededor y sabía que la persona que me trajo el plato y la que lo había servido eran distintas.
Miré a mí alrededor de nuevo desconcertada, fui al balcón y en el patio había varias monjas tranquilamente tomando el café. Abrí puerta por puerta, cuarto por cuarto buscando cualquier cosa que me dieran indicios de mi teléfono o algún espejo. No recuerdo tener teléfono ni siquiera estando joven pequeña y con las hormonas a flor de piel, pero lo peor es que no recuerdo jamás haberme visto frente a un espejo y en esa casa ni por error había tan sólo un leve reflejo, entré en pánico sin razón y pensé:
¡¡¡La cuchara!!!
Me devolví a la cocina buscando mi plato que no había lavado, lo había dejado olvidado por andar ensimismada en mi universo en mi mundo siendo revuelto por una simple nota que no tenía emisor.
Pero de nuevo mi mundo se desvaneció.
Cuando desperté todo se veía más grande, mis manos se habían vuelto pequeñas y yo minúscula, la casa me parecía una catedral de madera una bóveda que tenia de tesoro mi alma. Al mirar mis manos pude notar que estaban lisas tiernas y rosadas, tenía manos de bebé, de niña. Y por alguna razón estaba sola allí o eso creía, pude salir y alejarme de los muros que me contenían, recorrí la ciudad y hable con gente diferente.
Y me topé con algo que atrapó mi atención: La casa de los espejos…
Me quedé un rato observando el cartel de afuera de la carpa y lo primitivo que era toda la publicidad, pero tuve que dejar de admirar aquello debido a que con el rabillo del ojo pude notar que un grupo de monjas muy parecidas a las que yo conocía se acercaban rápidamente, entré sin dudar a la casa y ahora, hoy aun me arrepiento.
La casa de los espejos era una rudimentaria carpa que constaba de pasillos oscuros hechos con retazos de tela negra, el primer pasillo era largo y empezaba a mi derecha al final podía notar un espejo y pensé que tendría el valor para llegar posarme frente a él y observarme pero el miedo me venció viré a la izquierda hacia otro pasillo y allí mismo en el pasillo me encontré con unos 9 espejos a cada lado. Mi peor pesadilla se hizo realidad, yo no era quien pensaba.
Frente a un espejo que me deformaba pude notar una señora entrada en años que me observaba a través del vidrio, ojos tristes llenos de muerte y traición, arrugas como aberturas que dejaban ver el alma, que se hundían tanto que parecían hechas con arcilla.
Piel gris, y ropa vieja... Cuentan las abuelas que los demonios viven dentro de nosotros, que los traemos al mundo cuando nacemos, que todos estamos malditos hasta que nos bautizan. Yo jamás estuve en un tren, jamás me ayudaron unas monjas, jamás me bautizaron, yo nací dañada. Sólo estaba frente al espejo de un hospital donde me venció la esquizofrenia y la desnutrición. Supongo que otro día leerán mi vida antes de esta, pero de suponer no vivimos, sólo pido que mi fotografía se haga famosa como “La desnutrición en el hospital” y que no tenga nada que ver con mi historia real.
Fotografía proporcionada por el Team @Cervantes para el Concurso Cervantes 7ª Entrega
Excelente, un abrazo =)
Graaciaas! :D
Suerte Jokossita. Un abrazo.
¡Gracias! Recien te leí, abrazos y éxito
Buen post, gracias por compartirlo, tienes mi voto, si me apoyas con tus votos en mis post seria genial @nanowins77
Hola Nano, gracias
Interesante historia, me gusto ;)
Menos mal que los comentarios están al final porque sino le harias spoiler a todos jajaja
Gracias por leerme y porque te gustara :D
Jajaja tienes razón ;) . No me di cuenta corregido para que tus lectores se lleven la sorpresa ;)
Mucho éxito tremendo post
Graciias! Deje que mi imaginación volara
Al fin internet me dejó enviarte un saludo, ya sabes que me gustó tu trabajo, te deseo mucho exito...
¡¡Graciiaas! espero tu internet no siga volviendose loco y te deje seguir leyendome. éxito a ti tambien, saludos
Excelente. Abrazos.
Graciias ! :D Besos
Eres increíble @jokossita que gran relato, me encanta como adaptas la escritura a la fotografía del concurso. Para mi ya eres la ganadora, sigue con tus relatos por favor aquí tienes una seguidora que les encantan.
Bella, es increible pero estoy leyendo este comentario ahorita!! Gracias por leerme siempre y dejarme tan lindos comentarios @yaniria1