REFLEXIONES LITERARIAS

**EN HONOR A VENEZUELA** ![]().

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Era el año 1930, allá en París, la ciudad Luz, la iluminada musa del joven escritor ARTURO USLAR PIETRI, daba vida a los episodios no descritos sobre nuestra triste y gloriosa guerra de independencia.

Simón Bolívar** "El Libertador"** había concebido su estrategia mediante el “decreto de guerra a muerte”, agrupando y definiendo a los combatientes de aquella sangrienta masacre entre hermanos, esa fue su respuesta a las atrocidades cometidas por las huestes españolas horriblemente dirigidas por vampiros embriagados de odio y racismo, ellos fueron los Rosete, quien pasaba a sus víctimas a cuchillo para ahorrar cartuchos, los Morales, el canario Yáñez y muchos tristemente célebres, quienes con su ejemplo llenaron de crueldad y eficacia a los jóvenes soldados de uno y otro bando durante el desarrollo de tan desigual gesta.

Así, queridos lectores, hermanos contra hermanos, se formó la República y el Dr. ARTURO USLAR PIETRI lo refleja como una traslucida vitrina en su magistral obra LAS LANZAS COLORADAS.

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No pasó mucho tiempo para que, en 1936, un escritor venezolano nativo de Puerto Cabello, nos ilustrara con una obra de suma importancia ya que en ella se recoge las vivencias del nuevo siglo20 donde, para buena y mala suerte comienza la explotación del petróleo en el país, buena por la aparición del preciado hidrocarburo pero mala por el triste efecto que significó para los venezolanos.
El primer pozo petrolero en Venezuela fue el Zumaque I, ubicado en el Estado Táchira y desde su inicio comenzó la transformación del pensamiento, del accionar y del esperar de todo el pueblo venezolano.

Con la tecnología ingresó al país un nuevo idioma, una variada inmigración con nuevas y variadas costumbres, las clases sociales demarcaron fronteras que estaban en proceso de pasiva tolerancia, el modernismo y la ambición de los políticos diagramaron un boceto de lo que sería la Venezuela del futuro…y no se equivocaron ¡

Hoy Venezuela cultiva la cosecha de lo que sembraron los asoleados hombros de sus trabajadores, criollos y extranjeros que cambiaron años de bonanza pasajera por un futuro hipotecado al mejor postor para el gobernante de turno, amigos lectores, les recomiendo leer la novela MENE de RAMON DIAZ SANCHEZ, revisen WILKIPEDIA.

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CASAS MUERTAS. Este interesante relato literario se fortalece con la descripción de un pueblo asfixiado entre la intensidad de la Malaria y el apetito voraz de los políticos, de esos que abundan en medio de toda desgracia social; el paludismo visto como una oportunidad para la estructura oficial era y es soportado estoicamente como si fuera un castigo inmerecido hacia la gente que, irónicamente, es la que sostiene en el poder a los que se benefician con esta tragedia.
MIGUEL OTERO SILVA describió esta injusticia en su magnífica novela CASAS MUERTAS escritas en 1955 y hoy 63 años después, el paludismo, erradicado hace 5 décadas resurge como Ave Fénix apocalíptico para alentar el sentimiento de angustia y desesperanza que silenciosamente deteriora el espíritu del noble pueblo que, como en la novela, ya no se llama ORTÍZ, ese pueblo ahora se llama VENEZUELA.
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Ese pueblo, brillante como la luz del sol, la luz de Dios, es la tierra descrita por el inolvidable RÓMULO GALLEGOS en su inmortal DOÑA BARBARA, esa es la tierra a la cual hoy trato de animar, de estimular y despertar con estas líneas, esta tierra que como decía el maestro Gallegos: “propicia para el esfuerzo como lo fuera para la hazaña, tierra de horizontes abiertos donde una raza buena ama, sufre y espera…”.

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Otro insigne escritor venezolano nos habla del efecto modernista que el siglo 20 nos regaló, me refiero al inolvidable poeta ANDRÉS ELOY BLANCO, quien al analizar la EVOLUCION de nuestra Sociedad Criolla nos dice : “el hombre, al advenimiento de la revolución industrial y mucho más, del Sistema Capitalista, el hombre se quedó trabajando y ganando dinero, desplazando a la mujer de los trabajos productivos, para que ella luciera en sus trajes, en sus joyas y peinados, los trofeos de su hazaña masculina.”
Pocos sembradores, nos dice, tenemos para el campo, para hacer verde la tierra, pero muchos, desgraciadamente muchos, para hinchar el vientre de las mujeres pobres.
Hoy con tristeza observamos cómo se premia al vientre ocioso con prebendas efímeras que llenan de ilusiones al maltratado espíritu otrora emprendedor, de los miles, millones de soñadores que anhelaron compartir los años de progreso con un lugar donde vivir y morir con libertad y dignidad, creo con toda seguridad, que al menos moriremos con dignidad.

Despertaremos y rogaremos al Dios creador por que se cumplan las proféticas palabras de nuestro Padre Simón Bolívar “El Libertador” en su lecho de muerte: “Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”.

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Finalizo estas REFLEXIONES LITERARIAS con un pensamiento escrito en mi poema COCO E MONO donde expreso mi gratitud a Dios por sostener en mí el valor más apreciado por mi humilde ser: LA ESPERANZA.

“…Y cuando a este jardín lo arrulle el viento
Y una lluvia de amor caiga del cielo,
Nuestras cenizas regaran el suelo
Verde y paciente de mi Barlovento”.

DIOS LES BENDIGA ¡