Los Saqueadores // RELATO SCI FI

Malcom Donovan reviso las notaciones de la vieja libreta sobre su escritorio. Llevaba la cuenta en papel porque los cortes eléctricos eran cada vez mas frecuentes. Habían transcurrido cuatrocientos veintiocho días del derrumbe de la civilización. El mundo como se conocía se convirtió en un caos. El gobierno no pudo contener la expansión del letal virus que infectaba a la población. El confinamiento fue obligatorio. El número de muertes aumentaba diariamente. Todos lo intentos de conseguir una vacuna fracasaron y el miedo se propago por todo el país.

El colapso económico derrumbo el sistema. El desabastecimiento fue reinando en los supermercados. La industria alimentaria funcionaba a medias. Era difícil abastecer a todos. Las personas no tardaron en salir con sus armas a robar. Era hacer eso o morir de hambre.

Malcom fue atacado por una hora de saqueadores. Todo el vecindario fue invadido por los más desposeídos. Muchos amigos de Malcom perdieron la vida. El gobierno envió efectivos militares a la ciudad. Se decreto un toque de queda permanente. Se levantaron muros que dividían las zonas. Estaba prohibido traspasar los muros y salir fuera de las zonas protegidas. Quien lo hiciera era bajo su propio riesgo.

Fuera de los muros, el paisaje era apocalíptico. Casas abandonadas, negocios destruidos, calles sucias. El ejercito hacia incursiones de vigilancia para mantener a los saqueadores lo mas alejado posible. En el último enfrentamiento, el líder de los criminales fue asesinado junto a centenares de seguidores. Fue una gran victoria. Ahora solo quedaban pequeños grupos de saqueadores, enfrentándose entre si.

La soledad estaba afectando a Malcom Donovan. Antiguo empleado del banco del distrito. Ahora recibía una subsidio que otorgaba el gobierno, una parte en dinero y otra en cupones, los cuales eran usados para canjearlos por alimentos. Aunque ya no consumía la misma cantidad de antes, todavía su contextura era con tendencia al sobrepeso.

Encerrado en su hogar, espiaba por las ventanas a sus vecinos. Cuando las esposas de sus amigos salina a arreglar las flores de jardín. Tenía más de un año sin estar con una mujer. La situación estaba enloqueciendo. Antes del colapso, todos los fines de semana, al terminar la jornada laboral, acostumbraba ir a sitios nocturnos de bailarinas exóticas. Ya era conocido en ese mundo y lograba acuerdos con algunas que vendían el cuerpo a clientes conocidos.

Las cinco horas que el gobierno les daba acceso al wifi para que se comunicaran con familiares en otras ciudades o partes del mundo. Malcom las dedicaba a visitar páginas de mujeres. El padre murió cuando el tenia dos años, en un combate en la guerra del golfo. La madre hacia diez años que falleció a causa del cáncer. No tenía hermanos ni familiares cercanos.

Recorriendo las páginas del periódico local, cuya edición era online. Vio en los anuncios clasificados gratuitos, el de una persona de sexo femenino que solicitaba amistad online para combatir la depresión y soledad. Copio la dirección en el navegador y fue redirigido a una sala de vídeo chat. Malcom se sorprendió cuando en la pantalla aparece una hermosa mujer de aproximadamente veintitrés años. Cabello negro, ojos color café. Se apreciaban prominentes curvas de su cuerpo, la chica estaba vestida con unos pantalones de cuero negro. El no activo la cámara web, prefirió escribir en el chat.

La chica se llamaba Amanda. Vivía en otra zona residencial ubicada a veinte calles del área de Malcom. Puso el anuncio porque no aguantaba la soledad. Donde ella estaba había menos habitantes. Se hicieron amigos y cada día conversaba por el chat. Las pláticas se fueron haciendo mas intimas. Ella le propuso que se conocieran. Estaban cansados de la falta de contacto humano. Malcom tenia un poco de miedo, pero ella lo convenció. Le dijo que no le importaba como era el. Ella se sentía atraída y deseaba estar con el.

Amanda le propuso algo. En medio de las dos comunidades se encontraba una juegueteria. Ese era antes su negocio. Ella también saldría de su zona, para que ambos se encontraran en ese lugar. Los dos recorrerían la misma distancia. Malcom acepto entusiasmado. El día de la cita, se ducho, vistió sus mejores ropas y valientemente salió de la comunidad. Los militares en la puerta le advirtieron que era arriesgado. El no los escucho. Pensaba en Amanda.

Las calles estaban completamente solas. No había nadie. Sintió un poco de miedo. Pero los últimos informes difundidos pro el periodico online, decían que el ejercito limpio la calle de los saqueadores. Hizo todo el recorrido hasta llegar al lugar. Amanda estaba en el lugar, esperándolo. Se abrazaron tímidamente. Ella tenía un perfume olor a durazno. El estaba sudando pro la caminata, parecía avergonzado. Ella le dijo que no importaba.

Entraron hasta el fondo de la juguetería abandonada. Estaba una gigantesca mesa en el centro. Le enseño una botella de vino que tenia guardada para momentos especiales. Brindaron. Malcom estaba muy emocionado, por fin, después de casi dos años, sentiría el placer carnal. Su respiración se fue agitando, la visión nublando…

Cuando Malcom despertó, estaba desnudo, atado de pies y manos. Giro el cuello y miro a su alrededor. Todo el lugar estaba lleno de los indeseables saqueadores. Sobrevivientes que vivían fuera de las comunidades. Los que el gobierno no tomaba en cuenta. Los que el ejercito perseguía. Los que tenían hambre. Mucha hambre.

Amanda era la mujer del líder asesinado. Ella fue la de la idea de engañar a los que vivían dentro de las comunidades, usando los anuncios gratuitos que ofrecía el periódico online. Malcom era la primera victima. La tentación y el deseo fue su perdición. Ahora el seria la carne que saciaría el hambre de los saqueadores.