Venezuela Concurso - Semana 14 - Las 50 matas de mango.

Saludos a todos los que integran esta gran comunidad.! Dios les guarde y bendiga siempre. me complace ser un participante mas de esta gran idea desarrollada por @solperez y @marcybetancourt. espero les guste mi entrada en este concurso y disfruten de cada imaginación que acá en la comunidad se encuentra.
En la ciudad de la victoria, en el sector las Guacamaya. Hay una llanura que tiene alrededor de 50 matas de mango, donde todos los habitantes se deleitan con las diversidades que allí existen.
En la temporada de mango, cada vez que el árbol renueva sus frutos, es algo delicioso y esperados por todos. Pero se tenía la curiosidad por una mata nueva que venía en crecimiento.

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Un día, el árbol de mango que todos tenían curiosidad, resulto ser de mangas. Era un mango distinto, más grande, colorado. Al ir creciendo, La manga siempre veía a los que iban a comer mango de sus otros primos árboles y veía como algunos pelaban el mango con la boca, otros con cuchillos, en este caso los mangos gritaban “con cuchillo nooooo”. La manga escuchaba cuando sus primos gritaban de placer al ser comidos. A ella le preocupaba cuando llegara su momento de ser comida, porque no sabía cómo seria, ya que quería que ese momento fuese especial.

. Un día que ve a un hombre de buena apariencia, distinto a los demás, no era un niño. Se imaginó estar en sus manos y que fuese comida por él, pero aun no era el tiempo ya que todavía estaba verde, pero siempre veía esa persona venir. Y se dice a ella misma, “los de al lado son mis primos los mangos, yo soy la manga y ese hombre es un mangazo, porque está mejor que mis primos los mango” y se reía de lo que pensaba. Ya al llegar el momento de su madurez, le tocaba caer con la próxima brisa que pasara, pero no veía llegar a su hombre mangazo, del que estaba bueno por los cuatro lados.

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El día llega, y viene caminando el hombre mangazo pensando que no tenía ni un mango para comer, ósea, no tenía dinero en el bolsillo para calmar las ansias de comer. Y va hacia la llanura a ver que encontraba, y la manga lo ve a lo lejos y exclama “es el momento de caer a sus pies y ser comida por ese mangazo de hombre”. Justamente cae a sus pies con el soplar de la brisa y el hombre sorprendido, ve que a ha caído una manga y se saborea los labios y exclama “y yo sin un mango y me cae esta manga a los pies.” La toma y se saca un cuchillo para picarla, pero la manga ve su acción y grita “noooooo, con cuchillo no, con los dientes” y el hombre de una formar inexplicable siente el deseo de la manga y lo guarda. Y comienza a pelarla con los dientes, la manga emocionada y con lujuria por el deseo apasionado que sentía al ser comida por el hombre mangazo, le gritaba “siiiiii, chúpame la pepa, pero no me hales los pelos”. Y así fue comida en su tiempo y por quien quiso, disfrutando cada momento.

“La moraleja que les puedo dejar, es que todo tiene su tiempo. No hay que adelantar ningún suceso de nuestras vidas y que a cada momento hay que colocarle color y algo de jocosidad, para que siempre el aprendizaje sea acompañado de una buena sonrisa.”