Asesinato en ciudad Radio / Murder in Radio City. Concurso Semanal, "Creando Historias Semana #12” / Weekly Contest, "Creating Stories Week #12"

Esta es mi entrada para el concurso Weekly Contest, "Creating Stories Week #12". /Concurso Semanal, "Creando Historias Semana #12" de @adeljose

La ciudad Radio PCB, siempre se había caracterizado por su bullicio y escándalo que resonaban en todos sus condensadores y bobinas; a toda hora había canciones, noticias y eventos que vibraban en toda la placa del circuito, sin importar lo tarde que fuera.

Los componentes que habitaban la placa, siempre estaban felices de escuchar las pacíficas notas musicales que llenaban todos los 20 centímetros del universo conocido. Sin embargo, el día iniciaba tan silencioso como la primera vez que fueron construidos.

Edna, la resistencia principal, había sufrido, lo que a simple vista parecía, un accidente común y corriente.

Los diodos policías habían cercado la escena del crimen. El comisionado Siemens se encontraba dando declaraciones al público en general que lamentaban su terrible pérdida. Otros componentes de la placa electrónica se aglomeraban para echar un vistazo a lo que sucedía.

Un grupo de transistores murmuraban sobre el futuro de la ciudad Radio PCB ahora que Edna, la resistencia principal había fallecido.

“No hay de qué preocuparse”, anunciaba el comisionado a toda voz, “Tenemos a los mejores miembros del equipo de investigadores en el caso, por lo pronto, es aconsejable mantener la calma”

Efectivamente, el detective Honeywell se encontraba examinando al occiso.

“No fue necesario el uso del tester”, comentó la oficial Raytek mientras soplaba el insistente humo que no dejaba de aparecer en su taza de café. Aparentemente está más caliente de lo normal, ya que había una pequeña mancha que insistía en brillar sobre su impecable uniforme.

El cuerpo de Edna estaba partido en dos, una gran marca en forma de estrella negra separaba ambas partes chamuscadas. El olor a quemado se esparcía a metros de distancia. Era evidente que no había soportado el flujo de corriente a la que había sido sometida. La escena no era agradable ante los presentes. Un par de diodos aún se encontraban mareados, no pudieron contener sus náuseas al momento de encontrar a Edna en ese deplorable estado.

El detective Honeywell arrugó el ceño mientras sus dedos frotaban el hollín que había retirado de la superficie que cubría el cuerpo de la víctima.

“Debió haber sido un bajón de luz, es muy común últimamente”, comentó la oficial Raytek quien finalmente pudo sorber un poco de su café.

En efecto, la ciudad Radio PCB había sufrido una serie de apagones, unos más largos que otros. Pero jamás había afectado ningún componente a tal grado.

El equipo del cautín había llegado y esperaban la orden de la oficial Raytek para desprender el cuerpo de Edna.

Honeywell se quitó sus guantes y los guardó cuidadosamente en su bolsillo.

Raytek dio por terminado la examinación y ordenó a los chicos del cautín que iniciaran su labor.

Interruptores y bobinas humedecieron sus rostros al ver como las partes quemadas de Edna fueron retiradas cuidadosamente de la placa. Edna había sido una gran amiga para todos. Defensora de los más débiles y la favorita en gran porcentaje para ser la nueva alcalde de la ciudad Radio PCB

Como era de esperarse, el detective Honeywell había ido directamente al único sitio donde podría comprobar si había sido una sobrecarga de voltaje: el departamento de fusibles de Jackson.

Este departamento se encontraba en las afueras de la ciudad, los barrios bajos. Normalmente, los agentes de la ley no eran de gran importancia en ese lugar, todo se medía en amperios. Honeywell detestaba ese sitio, pero sabía cómo tratar con los de su clase.

Jackson se encontraba tratando con un par de bobinas de inductancia, posiblemente estaba traficando estaño o alguna resina de moda. Drogas que mejoraban ilegalmente el desempeño de los circuitos. Pero Honeywell decidió hacerse de la vista gorda.

La expresión de Jackson se tornó más transparente de lo que solía ser al ver que entraban al local, el detective y la oficial Raytek.

Tan pronto los vio, huyó como si hubiera recibido 1000 voltios.

“Alto, en nombre de la ley”, gritó Honeywell aun sabiendo que eso no significaba nada entre la calaña de circuitos que frecuentaban el local.

“Ahorra tus palabras,” gritó Raytek, quien había sacado su arma e ido tras Jackson

Jackson salió por la puerta trasera del establecimiento y se dirigió a los sustratos inferiores atravesando una intrincada red de canales conductores interminables.

Honeywell trató de seguirlos pero tras unos minutos se encontró perdido entre los distintos pasillos de cobre. De pronto, las detonaciones de un arma de fuego condujeron al detective hasta el cuerpo inerte de Jackson.

La oficial Raytek apuntó con su arma al detective al llegar de improvisto.

“Alto al fuego, oficial Raytek”, advirtió el detective

Raytek bajó su arma y aflojó su apretado semblante al reconocer el delgado rostro de Honeywell.

“No me dio otra opción”, respondió Raytek mientras guardaba su arma.

El cuerpo de Jackson estaba demasiado dañado para poder detectar algún cambio en su estructura. Evidentemente, ya no era de gran uso para averiguar si había dejado pasar el exceso de corriente que ocasionó la pérdida de la vida de Edna.

Era un callejón sin salida. Aun así, algo en la mente de Honeywell no cuadraba, de haber estado herido, Jackson no habría podido escapar tan rápido como lo había hecho.

Honeywell sacó un bolígrafo del bolsillo de su camisa y lo usó para levantar la impecable arma de Jackson. Una beretta cromada con empuñadura de oro. El olor a pólvora aún estaba presente en el cañón.

Pronto efectivos de la policía llenaron el lugar y cercaron la zona.

La oficial Raytek completaba el reporte y daba las órdenes al equipo forense para que retiraran el cuerpo.

La mano de Jackson sobresalió de la camilla cuando levantaron su cuerpo, el brillo de los residuos de resina en su mano, llamó la atención de Honeywell.

Un aviso anónimo condujo a Honeywell hasta el gran puente rectificador. Hogar y residencia de Viakon, una resistencia variable.

Se había hecho de noche y aunque no tenía una orden judicial para examinar el lugar, de igual manera decidió investigar la pista. El edificio se encontraba vacío. Al haber sido eliminado Jackson, la energía había sido suspendida y por ende, todo la zona estaría a oscuras; era seguro que habrían suspendido el trabajo de todos los componentes hasta asignar un nuevo jefe de fusibles.

Aun así, Honeywell rompió la cerradura de la puerta principal y se adentró en el establecimiento. Fue directamente a la oficina principal.

Encendió un minúsculo diodo portátil y echó un vistazo a los documentos en los archivos. De nuevo, la presencia de resina sobre las gavetas del archivo llamó su atención.

El frío metal del cañón estremeció la nuca de Honeywell. Viakon lo había tomado por sorpresa mientras revisaba los planos de un nuevo diseño digital.

Honeywell levantó sus manos lentamente para no sobresaltar a su atacante. Viakon cateó sus bolsillos y encontró su arma. Un pequeño revólver de 6 balas.

“Pensé que un personaje como tú tendría un arma más poderosa”

Honeywell reconoció la voz de Viakon

“Jamás he necesitado usarla, son las mismas balas que me dieron cuando me gradué en la academia”, dijo calmadamente mientras se daba la vuelta

“No te muevas”, advirtió Viakon

Honeywell no pudo evitar fijarse en las manchas de resina bajo la nariz de Viakon

“Hagas lo que hagas, no podrás salirte con la tuya”, aseguró Honeywell

“Es evidente que tanto tú como Jackson tenían que ver con la muerte de Edna”

Los ojos de Viakon, miraron hacia un lado y su expresión se entristeció

“Fue inevitable, no quise hacerlo”, dijo con lágrimas en los ojos Viakon, “Ella se negaba a mantener nuestro secreto”

“Disminuiste tu resistencia a propósito ya que sabías que su cuerpo no era lo suficientemente fuerte para soportar toda la corriente”, señaló Honeywell

“La muerte de Edna les caía como anillo al dedo. Distraerá la atención del público de sus planes de reemplazar toda la ciudad Radio”, agregó Honeywell

“Esto va más allá de todos nosotros'', gritó Viakon. “Pronto la era digital nos hará obsoletos y ni siquiera el gran detective Honeywell podrá detener el progreso”

La mirada de Viakon se tornó oscura y fijó sus ojos sobre Honeywell.

La detonación de un arma ensordeció la oficina, pero el cuerpo de Honeywell no fue el que se precipitó al suelo. Tras Viakon, un delgado hilo de humo se extendía desde el cañón del arma de la oficial de Raytek.

“¿Se encuentra bien, detective?”, preguntó Raytek.

Honeywell se había puesto a cubierto tras el gran escritorio que había en la oficina, sin embargo, no pudo evitar fijarse en un arma convenientemente escondida bajo el escritorio.

“Indudablemente, mi querido oficial. Afortunadamente, ha llegado justo a tiempo y ha salvado mi vida”, respondió tras sentarse en la suave silla de cuero que hacía juego con el escritorio.

“No tiene porqué agradecer, solo hago mi trabajo, detective”

“Efectivamente, se ha encargado de no dejar ningún cabo suelto”

“¿Cómo ha dicho?”

“Sabía que había pasado por alto, un pequeño detalle. La mancha en su corbata”, dijo Honeywell

“¿Qué hay con ella?”

“Estoy seguro que es la misma resina que vendía Jackson. Resina que no se encontraba en la empuñadura de su arma aun cuando había sido disparada. La misma resina que se quedó impregnada en su corbata cuando amenazó a Viakon para que matara a Edna”, especuló Honeywell

“No sé de qué habla”, dijo Raytek mirando con suspicacia al detective.

“Jamás le dije a nadie sobre el aviso que recibí acerca de Viakon”, agregó el detective

“¡Maldita sea!”, escupió Raytek, “¿no podías dejar las cosas como estaban?”, cerró sus ojos por un segundo, tiempo suficiente para que el detective tomara el arma escondida bajo el escritorio

“Es lamentable que un talento como el suyo, sea desperdiciado”, comentó Raytek rascando su cabeza

“Pero como dicen los franceses: c'est la vie”, suspiró mientras apuntaba su arma hacia el detective.

“¿Puedo decir mis últimas palabras?”, preguntó Honeywell

“Por supuesto”, consideró Raytek

Las ojos de Raytek se expandieron completamente cuando sintió el intenso dolor de una bala atravesando su brazo. El disparo no fue lo suficientemente fuerte para tumbar su cuerpo. Sorprendido, huyó de la oficina desesperado.

“¡Detengase!”, gritó Honeywell

Honeywell lo siguió escaleras arriba. Al llegar a la azotea del edificio, encontró a Raytek de pie sobre la cornisa.

“Baje de ahí oficial, no vale la pena perder su vida”

“Au contraire, mon ami.”, repuso en perfecto francés y agregó: “No hay nada más que hacer”.

Y sin más, se arrojó al vacío.

El caso finalmente se cerró tras la muerte del oficial, sin embargo, Honeywell sabía que lo sucedido apenas era la punta del iceberg.

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Gracias por leer mi post ^_^

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This is my entry for the @adeljose’s **Weekly Contest, "Creating Stories Week #12"

The city Radio PCB had always been characterized by its hustle and bustle and scandal that resonated in all its capacitors and coils; at all hours there were songs, news, and events that vibrated throughout the circuit board, no matter how late it was.

The components that inhabited the board were always happy to listen to the peaceful musical notes that filled all 20 centimeters of the known universe. However, the day began as quietly as the first time they were built.

Edna, the main resistance, had suffered, what at first glance appeared to be, an ordinary accident.

The police diodes had surrounded the scene of the crime. Commissioner Siemens was giving statements to the general public mourning their terrible loss. Other components of the electronic board were crowding around to get a glimpse of what was going on.

A group of transistors was murmuring about the future of the city Radio PCB now that Edna, the lead resistor had passed away.

"Nothing to worry about," the commissioner announced at the top of his voice, "We have the best members of the investigative team on the case, for the time being, it is advisable to remain calm."

Indeed, Detective Honeywell was examining the deceased.

"No tester was necessary," Officer Raytek commented as she blew out the insistent fumes that kept appearing in her coffee cup. Apparently hotter than usual, as there was a small stain that insisted on glowing on her spotless uniform.

Edna's body was split in two, a large black star-shaped mark separated the two scorched parts. The smell of burning spread meters away. It was evident that she had not withstood the flow of current to which she had been subjected. The scene was not a pleasant one for those present. A couple of diodes were still dizzy, unable to contain their nausea at finding Edna in that deplorable state.

Detective Honeywell frowned as his fingers rubbed the soot he had removed from the surface covering the victim's body.

"Must have been a light outage, it's very common lately," commented Officer Raytek who was finally able to sip some of her coffee.

Indeed, the city Radio PCB had suffered a series of blackouts, some longer than others. But never had it affected any component to such a degree.

The soldering iron team had arrived and were waiting for Officer Raytek's order to detach Edna's body.

Honeywell removed his gloves and put them carefully in his pocket.

Raytek terminated the examination and ordered the soldering iron boys to begin their work.

Switches and coils moistened their faces as they watched Edna's burned parts being carefully removed from the board. Edna had been a great friend to all. Defender of the weakest and the overwhelming favorite to be the new mayor of the city Radio PCB.

As expected, Detective Honeywell had gone directly to the only place where he could check to see if it had been a power surge: Jackson's fuse department.

This department was located on the outskirts of town, the slums. Normally, law enforcement officers were of no great importance there, everything was measured in amps. Honeywell hated that place, but he knew how to deal with their kind.

Jackson was dealing with a couple of inductance coils, possibly he was dealing tin or some fashionable resin. Drugs that illegally enhanced circuit performance. But Honeywell decided to turn a blind eye.

Jackson's expression became more transparent than it used to be as he saw the detective and Officer Raytek enter the premises.

As soon as he saw them, he fled as if he had received 1000 volts.

"Stop, in the name of the law," Honeywell shouted even though he knew that meant nothing among the ilk of circuits that frequented the premises.

"Save your words," shouted Raytek, who had drawn her gun and gone after Jackson.

Jackson exited through the back door of the establishment and headed for the lower substrates traversing an intricate network of endless conductive channels.

Honeywell tried to follow them but after a few minutes found himself lost among the various copper corridors. Suddenly, the detonations of a gun led the detective to Jackson's limp body.

Officer Raytek pointed her gun at the detective as she arrived unexpectedly.

"Hold your fire, Officer Raytek," warned the detective.

Raytek lowered her weapon and loosened her tight countenance as she recognized Honeywell's thin face.

"He gave me no choice," Raytek replied as she holstered her weapon.

Jackson's body was too damaged to detect any change in his structure. Clearly, he was no longer of much use in finding out if he had let in the excess current that caused the loss of Edna's life.

It was a dead end. Still, something in Honeywell's mind didn't add up, had he been injured, Jackson would not have been able to escape as quickly as he had.

Honeywell pulled a pen from his shirt pocket and used it to lift Jackson's pristine gun. A chrome-plated beretta with a golden grip. The smell of gunpowder was still present in the barrel.

Police soon swarmed the scene and cordoned off the area.

Officer Raytek completed the report and gave orders to the forensic team to remove the body.

Jackson's hand protruded from the examination gurney as they lifted his body, the sheen of resin residue on his hand, caught Honeywell's attention.

An anonymous tip led Honeywell to the large rectifier bridge. Home and residence of Viakon, a variable resistance.

It had become dark and although he did not have a warrant to examine the place, he decided to investigate the lead anyway. The building was empty. Since Jackson had been eliminated, the power had been suspended and thus the entire area would be in darkness; it was certain that all components would have been suspended until a new fuse chief was assigned.

Still, Honeywell broke the lock on the front door and walked into the facility. He went straight to the main office.

He switched on a tiny portable diode and glanced at the documents in the files. Again, the presence of resin on the file drawers caught his attention.

Cold gunmetal shivered the back of Honeywell's neck. Viakon had taken him by surprise while reviewing plans for a new digital design.

Honeywell raised his hands slowly so as not to startle his attacker. Viakon searched his pockets and found his weapon. A small six-shot revolver.

"I thought a character like you would have a more powerful weapon."

Honeywell recognized Viakon's voice.

"I've never needed to use it, these are the same bullets they gave me when I graduated from the academy," he said calmly as he turned around

"Don't move," Viakon warned.

Honeywell couldn't help but notice the resin stains under Viakon's nose

"Whatever you do, you can't get away with it," Honeywell assured him

"It's obvious that both you and Jackson had something to do with Edna's death."

Viakon's eyes looked to the side and his expression saddened

"It was unavoidable, I didn't want to do it," Viakon said tearfully, "She refused to keep our secret."

"You purposely lowered your resistance as you knew her body was not strong enough to withstand all the current," Honeywell pointed out

"Edna's death fit them like a glove. It will distract the public's attention from your plans to replace the entire Radio city," Honeywell added

"This is beyond all of us,'' Viakon shouted. "Soon the digital age will make us obsolete and not even the great detective Honeywell will be able to stop progress."

Viakon's gaze turned dark and he fixed his eyes on Honeywell.

The detonation of a gun deafened the office, but Honeywell's body was not the one that hit the floor. Behind Viakon, a thin wisp of smoke trailed from the barrel of the Raytek officer's gun.

"Are you all right, Detective?" asked Raytek.

Honeywell had taken cover behind the large desk in the office, however, he couldn't help but notice a gun conveniently hidden under the desk.

"Undoubtedly, my dear officer. Fortunately, you arrived just in time and saved my life," he replied after sitting down in the soft leather chair that matched the desk.

"You don't have to thank me, I'm just doing my job, detective."

"Indeed, you've taken care not to leave any loose ends."

"I beg your pardon?"

"I knew I had overlooked, one small detail. The stain on your tie," Honeywell said.

"What about it?"

"I'm sure it's the same resin Jackson was selling. Resin that wasn't on the grip of his gun even when it had been fired. The same resin that was left impregnated on your tie when you threatened Viakon to kill Edna," speculated Honeywell

"I don't know what you're talking about," Raytek said eyeing the detective suspiciously.

"I never told anyone about the tip I received regarding Viakon," the detective added

"Damn it!" spat Raytek, "couldn't you just leave things as they were?" she closed her eyes for a second, long enough for the detective to grab the gun hidden under the desk

"It's unfortunate that a talent like yours, should be wasted," commented Raytek scratching her head

"But as the French people say: c'est la vie," she sighed as she pointed her gun at the detective.

"May I say my last words?", Honeywell asked.

"Of course," considered Raytek

Raytek's eyes fully expanded as she felt the intense pain of a bullet piercing her arm. The shot was not strong enough to knock his body over. Startled, he fled the office in despair.

"Stop!" shouted Honeywell.

Honeywell followed her up the stairs. Arriving on the roof of the building, he found Raytek standing on the ledge.

"Come down from there officer, it's not worth losing your life."

"Au contraire, mon ami." she repeated in perfect French and added, "There is nothing more to do."

And without further ado, she threw herself into the void.

The case was finally closed after the officer's death, but Honeywell knew that what had happened was only the tip of the iceberg.

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