Siempre he sentido dentro de mí una profunda admiración, curiosidad y hasta reverencia por todo aquel que es capaz de transmitir en un momento un sentimiento, una emoción y puede llegar con una melodía, con el color de su voz a tocar una fibra sensible dentro de nosotros, es como si al hacerlo tuviera la capacidad de adentrarse en uno más que si estuviera frente a frente.

Muchas veces he tratado de explicar esto pero no he sabido cómo hacerlo. A veces se nos va el tiempo tratando de hacer llegar a una persona un mensaje con diversas señales, con gestos, con palabras… y estas se pierden por el vacío. Sucede que uno quisiera llegar a alguien y el esfuerzo es en vano. Pero no sucede así con el que canta.

Decía Facundo Cabral que “Dios respeta al que trabaja pero ama al que canta”. Algo así es lo que trato de expresar.

Mi instrumento mejor siempre han sido las palabras, sin embargo a veces las considero tan frágiles, tan imperfectas, me doy cuenta de esto cuando no puedo alcanzar a expresar lo que pretendo.

Con las palabras los significados se pierden, se tergiversan, se desgastan, por eso muchas veces es necesaria la palabra fresca, distinta, esa que llama la atención. La música no tiene ese problema para hablar a los sentimientos. Simplemente es otro nivel de comunicación que va más allá del lenguaje y el pensamiento.

Sé que mucha de nuestra expresión y claridad al hablar depende también de cuan claros, transparentes y francos somos en nuestra propia vida, en esa misma medida las palabras fluirán como un río, y serán claras y llanas, o profundas.

Escribir no es un acto sencillo, se trata de utilizar una herramienta, las palabras, para darle forma a ideas que a veces no las tienen, por eso puede ser difícil. ¿Cómo le pones nombre a todo lo que vas sintiendo por dentro? a veces sencillamente no hay un nombre, no hay frases que puedan describir nuestro interior. Cada escrito es un intento, unas veces exitoso y otras fallido… Claro, hablo de la poesía.

La poesía. Decía Bécquer: “Poesía eres tú”. Hay vidas, hay situaciones desde donde nace la poesía. La poesía no es un cascarón vacío, no es la letra plasmada en un papel, es el sentimiento y la experiencia detrás, la forma como se experimenta. Es como el atardecer y lo que provocó en ti cuando lo viste esa tarde… tratar de plasmarlo en palabras es como ir y tratar de de decir: mira lo que vi. Por eso creo que la música es tan contundente a la hora de transmitir lo que desea y pretende. La música pasa por los oídos y va directo al corazón.

La música es como esa maravilla que me deja sin palabras y solamente puedo quedar expuesta ante ella. Quien puede hacer una canción, puede llegar al corazón, podrá llegar, directamente y sin palabras…