Hay muchos temas de los cuales quisiera volver a escribir, y otros que quisiera plasmar para dejar alguna constancia de las cosas que he aprendido. Recuerdo que la primera vez que empecé a publicar las cosas que escribía lo hacía sin un objetivo claro, solo por el simple placer de dejar algún registro de mis ideas, pensamientos, e incluso de las cosas que iba aprendiendo o vislumbrando. Esas cosas que no quería olvidar.

Ayer en la noche estaba viendo algunos reels de Instagram, ya saben que Instagram va colocando contenido de acuerdo a lo que uno mira, y como me gusta mirar videos graciosos, vi uno de un maracucho que estaba tratando de grabar un reportaje, pero mientras hablaba, algo interrumpía lo que hacía, un carro, una corneta de autobús, el silbato del fiscal que dirige el transito, y cada vez que esto sucedía, el reportero maldecía e interrumpía la grabación.

Se supone que era gracioso, pero este hombre no estaba riéndose, la estaba pasando mal, en los comentarios decían cosas como: “¿Será que el calor lo pone así de irritable? ¡Será que no tiene paciencia!”

Vi varios videos, con muchos me reí, pero este me dejó pensando porque sentí pena por ese hombre, es decir, era alguien que estaba tratando de hacer su trabajo y en cada intento quedaba frustrado… otro de los comentarios decía: “¿Qué tal si tuviera que reportar en vivo?” Pues, sale reprobado… Luego pensé, y qué tal los reporteros de guerra?¿Cómo hacen?

Bien, algo que siempre he pensado es que si uno quiere saber si realmente es bueno en algo, si algo le gusta o le apasiona de verdad, debe someterse a presión y ver si puede rendir y salir adelante en medio de las circunstancias.

Un amigo me enseñó una frase que decía: “El mar calmado no hace buenos marineros”.

Creo que es bajo la presión y la adversidad donde sale a relucir lo peor o lo mejor de cada uno.

Volviendo al ejemplo del reportero, ¿qué tal si en lugar de interrumpir una y otra vez la grabación, simplemente hubiese seguido adelante, aunque el entorno no lo ayudara?

Me pongo a pensar en nosotros, muchas veces estamos esperando el entorno ideal para hacer lo que queremos hacer, o si algo nos interrumpe como un obstáculo, en lugar de superarlo esperamos a que se vaya, y esperamos… Esperamos que las condiciones sean las apropiadas y a veces esas condiciones no llegan, dejándonos tristes o frustrados.

A veces pienso mucho en la valentía, en la gallardía, hace falta ser valiente para navegar en un mar agitado y tormentoso, pero no pensamos en que esto nos hará buenos marineros capaces de navegar en cualquier tormenta y circunstancia.

No hay porque esperar a que las cosas sean como queremos para hacer lo que nos hemos propuesto. Hay gente que se queja porque deben ir a trabajar y pienso que muchos estarían contentos con tener un trabajo, algo que hacer.

Una cosa muy diferente es si no te gusta lo que haces, entonces me ocuparía en buscar hacer lo que me gusta, y si ya lo estoy haciendo, trataría de ser la mejor, no mejor que otro, sino mejor que la versión mía de ayer. Siempre podemos ser mejores que otros, lo difícil es ser mejores que la versión actual de nosotros mismos, eso sí es un reto.

Para terminar con la historia del maracucho, me pregunto ¿Que tal hubiera sido su experiencia si ante cada interrupción solo hubiese continuado? o si hubiera disfrutado un poco más de lo que estaba haciendo, si hubiera buscado un lugar diferente al habitual, si le hubiese dado vueltas a la cuestión… ¿de qué vale perder la paciencia o maldecir? o pensar mal de los demás, o que el mundo está en contra, en lugar de fluir con él… en lugar de navegar por el mar embravecido… Estoy segura que su experiencia habría sido más enriquecedora y hubiese llegado a casa cansado, pero satisfecho de ese día.

La conclusión para mí es esperar lo mejor siempre, pero no de los demás o el entorno, sino de mí misma, dar lo mejor, buscar hacerlo mejor, pero sin frustrarse, sin cansarse, con paciencia. Si debes descansar, descansa, pero para levantarte con más fuerzas de las que tenías ayer. Creo que la peor batalla no es la que no se da, sino la que no se sabe escoger, debemos saber escoger nuestras batallas, y salir a dar el todo por aquello en lo que creemos.

No le veo sentido a hacer las cosas si no creemos en lo que estamos haciendo. Si no podemos dar lo mejor entonces debemos revisarnos y ver si estamos en el camino que deseamos, todo en la vida se trata de sinceridad, pero sobre todo sinceridad con nosotros mismos.

Queridos amigos quería compartirles este mensaje, siempre debemos esperar lo mejor de nosotros, y el camino nos reflejará eso que estamos buscando.

Muchas gracias por leer y comentar.

_{Las fotos son de mi autoría las tomé con una cámara SONY DSC-W220}

@inspiracion