Es entendible que no todos adoran a estos cautivadores mininos por el simple hecho de ser tan diferentes a un canino. Son mamíferos carnívoros totalmente distintos en sus acciones y hasta sentimientos, lograr que una persona se adapte a tener estos dos seres vivos juntos puede llegar a estabilizar la casa como causar problemas rutinarias.

Recordemos que en la antigüedad se empezó a domesticar estos felinos para dos simples razones: Para exterminar los ratones o como forma de estatus. Ciertamente la sociedad tenían muchas formas de elevar su situación económica teniendo un gato como acompañante, con la intención de ser reconocido entre la multitud, luego procedió el desenlace del animal en su cotidianidad. Comían cosas finas como carne o pollo, dormían todo el tiempo, querían la máxima atención del humano para ellos solos y así sucesivamente...

Me causaría mucha gracia escuchar esta pregunta de nuevo, pero existe una relación extraña del minino con uno. Ellos aunque no crean valoran el olor y la interacción humana, hace un tiempo se realizó una investigación en la Universidades de Oregon y Monmouth (Estados Unidos) para verificar el comportamientos de estos pequeños animales, dividiendo el grupo entre domesticado e indomesticados con el fin de dejarlo solos por un tiempo e incitarlos con cosas como comida, juguetes y entro otros como la presencia de uno... ¿Sabes que escogieron primero? ¡La presencia!

Las conclusiones están a su criterio si un gato es bueno para ser como compañero de vida ¿Por qué la gente también prefiere el gato que el perro? Bueno, son mucho más tranquilos, serenos y conscientes del amor del amo, a pesar de ser egoístas o solitarios, son como nosotros, a veces necesitamos nuestro espacio y a veces no. Lo que puedo asegurar es que alumbra la vida de unos cuantos... ¿Eres uno de esos cuantos?