Mecanógrafo

in #entropia5 years ago

Pablo siempre fue un chico reservado y no demasiado lúcido. En el colegio primario no se puede decir que se destacó en ninguna materia, al llegar al secundario su mediocridad continuó mostrándose en todas las actividades escolares, hasta que llegó, un poco por casualidad, al 3er. año de la carrera de perito mercantil; había una asignatura que desde el primer momento le produjo curiosidad: Estenografía.


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No tenía idea que significaba el término pero un compañero le dijo que esa materia se refería al aprendizaje de la escritura con una máquina. En su aun inmadura mente se imaginó grandes cosas y muy al contrario de lo que venía ocurriendo hasta ese momento, se interesó por algo, aprendería a escribir a máquina y sería bueno en ello.

Varios años después le llegó el turno de cumplir con la patria, por esa época el servicio militar era obligatorio y como todos los jóvenes de su edad siguió el sorteo por la radio que determinaría en que fuerza debía entrar o si por el contrario se salvaba por “número bajo”.

Por supuesto que la suerte nunca había sido su fuerte y el número 934 le indicaba que la fuerza armada donde debería cumplir con su deber cívico era la marina y además en esa fuerza se acostumbraba que el período por el cual el conscripto debía permanecer bajo bandera era de 2 años. ¡Suerte perra!

Ingresó a la “colimba” –así era como la gente común llamaba al servicio militar- promediando el año calendario, un tanto fuera de término debido al casi conflicto con Chile por la posesión de tres islotes áridos y desolados. Ese incidente que casi nos llevó a la guerra motivó que los soldados del año anterior no fueran dados de baja a fin del año calendario sino que por las dudas permanecieron sirviendo “a la Patria” por algunos meses más. Cuando el conflicto se superó debido a la oportuna intervención del por entonces Papa Juan Pablo II y de su enviado el Cardenal Samoré, los soldados fueron dados de baja y Pablo ingresó a la armada siendo destinado a la base naval de Puerto Belgrano, en Punta Alta en el sur de la Provincia de Buenos Aires, muy cerca de Bahía Blanca.

Luego de la instrucción de rigor, se sorprendió gratamente al enterarse que era designado a la tripulación de crucero ligero ARA General Belgrano, sería uno de los más de 800 tripulantes de la gran nave de 180 metros de eslora. Era febrero de 1982 y el barco acababa de llegar a la base para un mantenimiento de rutina.

Las relaciones con el Reino Unido venían deteriorandose rápidamente debido al litigio de larga data por la pertenencia de las Islas Malvinas y el 2 de abril Argentina invadió el archipiélago, el 16 del mismo mes el buque completó la tripulación para tiempos de guerra en 1091 tripulantes y partió hacia la Isla de los Estados donde llegó 3 días después.
Por algunos problemas en sus cañones antiaéreos recibe órdenes de ir hasta Ushuaia por reparaciones de emergencia y reabastecimiento. Estando allí subió a bordo un capitán de corbeta con la orden de obtener algunos marineros calificados para determinadas tareas de inteligencia y maestranza en una base en tierra cuya localización se mantenía en secreto por cuestiones de seguridad.

En la lista de personal que el capitán necesitaba estaba el puesto de mecanógrafo así que al solicitarlo por los altoparlantes de la nave Pablo se presentó junto a otros dos, les hicieron una prueba y fue por lejos el mejor, no solamente escribía muy rápido sino que además no cometía errores. El puesto fue suyo.

El 24 de abril el crucero volvió a su puesto en la Isla de Los Estados y el 2 de mayo en el marco de un patrullaje convencional fue hundido por el submarino nuclear HMS Conqueror fuera del área de exclusión de 200 millas alrededor de las islas establecida por los propios británicos. Murieron en esa instancia 323 tripulantes.

El crucero ligero ARA General Belgrano fue construido por encargo de la armada de los Estados Unidos de América y botado en el año 1938 con el nombre de USS Phoenix, se encontraba en Pearl Harbor durante el ataque japonés en 1941 y resultó indemne. Fue adquirido por la armada Argentina en 1951 y rebautizado ARA de 17 de octubre, con posterioridad, al ser derrocado el gobierno de Juan Domingo Perón pasó a llamarse ARA General Belgrano hasta la fecha de su hundimiento.

Esta historia me la contó el propio Pablo no hace mucho tiempo, es hoy en día aún más reservado que cuando era pequeño; en ningún momento durante todo el relato dejó entrever sus sentimientos, solo me dijo que luego de finalizado su servicio militar y vuelto a la vida civil jamás volvió a escribir a máquina.



Héctor Gugliermo

@hosgug

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