Guillelmo
Con ese nombre se bautizó a este lago que como la mayoría de los que se encuentran emplazados en la Patagonia es de origen glaciar, es decir que miles de años atrás cuando los glaciares predominaban en la cordillera de los Andes, su enorme tamaño y peso horadaban las piedras de las montañas creando grandes depresiones que luego, con el derretimiento de los hielos se llenaron de agua dando origen a esos bellos y profundos reservorios.
El nombre fue puesto como homenaje a Juan José Guillelmo, uno de los misioneros jesuitas que vinieron a estas tierras en el siglo XVII para evangelizar a los indígenas que las poblaban, entre ellos los tehuelches, mapuches y pehuenches.
Se encuentra cerca de la ciudad turística de Bariloche, apenas a 37 kilómetros hacia el sur y toda su extensión está a la vera de la mítica ruta 40 que recorre todo el territorio nacional de Norte a Sur.
Posee un pequeño arroyo al que le han construido una represa para utilizar el agua del mismo para generar energía eléctrica para Villa Mascardi, en la fotografía se puede observar donde nace ese arroyo sobre la cabecera norte del lago.
Este lago genera en mi una sensación muy especial, no solamente porque su nombre es parecido a mi apellido sino porque fue el primer lugar donde acampé la primera vez que fui a la Patagonia como adulto (lo había hecho como adolescente con los compañeros del colegio cuando terminamos la escuela secundaria).
Recuerdo que era fines de febrero y si bien los días fueron hermosos tuve que ir a una tienda de deportes outdoors para comprar una bolsa de dormir más abrigada ya que la primera noche no pude descansar porque el frío no me lo permitió. Errores de novato.
En este lago y en esa época no había un camping organizado, solo uno del tipo “agreste” donde prácticamente no hay nada, no hay luz, agua corriente, baños. Todo se resuelve de manera natural. Hoy en día eso ha cambiado y como muchos otros lagos tiene campings con todas las comodidades, algunos dirán que acampantes eran los de antes.
El lago es uno más de los que embellecen el parque Nacional Nahuel Huapi, si tienen la posibilidad de visitarlo, no se arrepentirán.
La fotografía es de mi propiedad
Héctor Gugliermo
Me hiciste recordar mucho a un sendero jesuita que seguí una vez cruzando la cordillera. Que locos que estaban esas personas para mandarse a hacer cruzadas muchas veces en solitario para evangelizar y convertir a los pueblos originarios, es algo que me cuesta entender cómo funcionaban esas cabezas tan devotas.
Maravillosos los lagos de la Patagonia, la variedad de colores en tan corta distancia sólo cambiando de "charco".
No solamente los jesuitas. Cada año los descendientes de Galeses rehacen lo que se dio en llamar la expedición de los rifleros. Siguen parte del camino original que los pioneros recorrieron hasta llegar al valle de Trevelin donde se afincaron. Una vez hice parte de ese camino con un amigo y también me pareció una locura.
Buenisima data. Donde puedo encontrar más info? Lo siguen haciendo?