El delta del Paraná

El río Paraná es el segundo más largo de Sudamérica por detrás del Amazonas y se encuentra entre los 10 más largos del mundo. De todas maneras el tema del largo de los ríos es una discusión tan larga como la historia de modernidad así que no diré una posición determinada en ese ranking.

A mi modo de ver lo más interesante de este río está en su desembocadura en el Río de la Plata, en primer lugar porque lo hace abriéndose en varios brazos que generan un gran delta que además está en crecimiento, es decir que por la cantidad de sedimentos, vegetación y detritos que arrastra, cada año se forman nuevas islas que se agregan a los cientos de ellas que ya existen. Probablemente en unos pocos miles de años si es que no nos autodestruimos antes, el Río de la Plata dejará de existir y todo será un gran delta que desembocará directamente al Océano Atlántico

Es lindo navegar por el delta y también observarlo en los mapas y en el GPS, nunca había tenido la posibilidad de verlo desde el aire hasta este año en el que en un viaje al interior del país y probablemente porque las condiciones meteorológicas así lo aconsejaban, el avión se desvió y dio un amplio círculo que nos llevó casi hasta las costas uruguayas y luego al ir regresando muy cerca de ese delta, distante a unos 70 kilómetros hacia el norte del Aeroparque Metropolitano desde donde habíamos decolado.

Si bien la fotografía permite ver algunas vías de agua importantes, la iluminación un tanto disminuida por las nubes no deja apreciar en profundidad la cantidad de pequeños arroyos e islas, les aseguro que es enorme. Los dos ríos principales que se ven comenzando por la izquierda son el Luján y el Paraná de Las Palmas, este último mucho más ancho y para que tengan una verdadera idea de proporciones, el primero tiene en su desembocadura más de 200 metros de ancho y el segundo casi 1000. Más arriba se ve otro brazo del Paraná, se llama Miní porque es un brazo más pequeño. El canal más grande que une ambos ríos es el Vinculación.

Esos ríos son los responsables de que el Río de la Plata tenga ese color marrón tan pronunciado, llevan tanto limo y tierra en suspensión que provoca esa particular coloración del ancho río que une Uruguay y Argentina.