Carpa Koi

Es una variedad de la carpa común, más linda que ésta ya que presenta vivos colores que varían desde el blanco, pasando por dorados, plateados, morados y rojos.
Es un pez que se ha introducido en todo el mundo, según dicen los expertos, en el único lugar que aún no se encuentra es en la Antártida.
Esta variedad colorida se utiliza como ornamentación para estanques naturales y artificiales en todas partes. Aquí en Buenos Aires estas carpas se encuentran en todas las lagunas que rodean al Jardín Japonés y también en Puerto Madero, dentro de un complejo habitacional para decorar la pileta sobre la que obtuve la fotografía.
El complejo de viviendas tiene un gran patio central donde abunda la vegetación y en su centro se encuentra esta fuente llena de carpas Koi, debajo del piso de ese patio hay un estacionamiento para más de 200 vehículos.

Peleando una carpa koi
Hace muchos años atrás, yo asistía regularmente a las reuniones de los días jueves de la AMBA (Asociación de Mosqueros de Buenos Aires) que es como su nombre lo indica un club de socios que practican la pesca con mosca.
Como todas las asociaciones de este tipo dan clases para los que quieren comenzar en la práctica de esta variante de la pesca deportiva, generalmente los jueves se dictaban las de atado de moscas y los sábados las de práctica de lanzamiento.

Chanchita (blue fish)
Dado que para practicar el lanzamiento se requiere espacio, los directivos habían acordado con la Facultad de Agronomía utilizar una laguna (de las ranas se llama) para que sus alumnos pudieran aprender y practicar como lanzar un artificial que no pesa prácticamente nada. Luego de las clases los alumnos se iban y los miembros activos del club que asistían al lugar para enseñar o solo para pasar la tarde sacábamos nuestras cañas y comenzábamos a pescar; en la laguna había carpas koi, chanchitas (blue fish) y también algunas tarariras. Las carpas eran muy difíciles de engañar pero alguno inventó la mosca a la que llamó “galletitex” que era una imitación de un trozo de galletita. Para lograr engañar una carpa había que trozar y arrojar al agua algunas galletitas y en medio de ello lanzar nuestra mosca imitación, con suerte alguna carpa glotona se la comía.
Las fotografías son de mi propiedad. Las últimas dos son antiguas y no tienen buena calidad, sepan disculparme.
Héctor Gugliermo
