Mi pasión Vinotinto

in #cervantes7 years ago

Recuerdo cuando vi jugar por primera vez en directo a la selección nacional de fútbol de Venezuela, mejor conocida como “La Vinotinto”.

Fue en Caracas, hace más de 15 años, en el estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela.

Ese día la selección jugaba ante su similar de Bolivia. Era un duelo amistoso, la entrada era importante, es decir, llegó mucha gente al coso de Los Chaguaramos.

Recuerdo cantar el himno con una emoción tremenda, herencia de mi padre cuando me llevaba al estadio de béisbol (justo al lado del campo de fútbol) para ver a los gloriosos Leones del Caracas (la pasión por el equipo de béisbol la contaré en otro post).

Sinceramente no tengo una memoria fotográfica de los goles de ese día, sé que ganamos tres goles por uno. Recuerdo ver a mucha gente apoyando a Venezuela, sin embargo, pude observar a varias personas con camisas de Brasil o Argentina, incluso uno que otro boliviano.

Mi primera camisa vinotinto tenía el sponsor “Atlética”, una marca no muy famosa por esos días. Cuento esa anécdota porque tener la casaca nacional era casi “anormal” debido a los constantes fracasos de la oncena nacional.

Mi pasión por la selección comenzó en el liceo, la fiebre del fútbol era permanente, al finalizar cada día de estudio, me cambiaba el uniforme por el de jugar. En el liceo contábamos con un campo propio y siempre (en un receso o a la hora del almuerzo) echábamos un partida o teníamos activo un campeonato.

Era tal la fiebre vinotinto que cuando decidimos hacer un equipo de la Escuela Técnica Popular Don Bosco, mandamos a hacer el uniforme de color vinotinto. Por ser uno de los representantes del equipo así como ser uno de los primeros capitanes, me hice con el número que siempre me gustó: El dorsal 7.

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El “Boom Vinotino”

Tras no tener éxito en el siglo pasado (recuerdo una goleada 7-1 ante Brasil en la Copa América de 1999), “La Vinotinto” comenzó el proceso más exitoso de la historia del balompié criollo.

Fue con la irrupción del técnico argentino José Omar Pastoriza (descanse en paz), que se dio inicio a lo que hoy conocemos como “La Vinotinto”. “El Pato” Pastoriza dio el puntapié inicial al proyecto que, momentos después, renació y se fortaleció.

De la mano de Richard Paéz Monzón, un exvinotinto y médico de profesión, una generación de futbolistas excelsos como Juan Arango, Gabriel Urdaneta, Rafael Dudamel (actual seleccionador nacional) y muchos otros, cambiaron la percepción que tenía el resto del continente del fútbol venezolano, dejamos de ser “La Cenicienta de Sudamérica” como éramos nombrados.

Esos jugadores y las ideas atrevidas de Paéz se juntaron en el momento y tiempo exacto. Venezuela comenzó a lograr hitos históricos, como aquella victoria ante Uruguay cero a tres en el Estadio Centenario de Montevideo, en Uruguay, con goles de Urdaneta, Héctor “Turbo” González y Arango; o ese triunfo ante Chile cero a dos en el Estadio Nacional de Santiago con tantos de Ricardo David Páez y Arango.

Como les comenté antes, durante años, como se dice en Venezuela “me había comido las verdes” (expresión usada para decir que pasamos momentos malos); era el tiempo de “comerme las maduras” (expresión que indica disfrutar de un éxito).

La selección logró identidad, un juego fluido, con la posesión como la mejor arma para defender así como un mediocampo lleno de talentosos pasadores de balón.

Una anécdota curiosa

Es tal mi pasión que cuando nos casamos le pedí a mi esposa una sola cosa: que el festejo tuviera entre sus colores principales el vinotinto. Es más, por cosas del destino, el día de nuestro matrimonio, el 13 de octubre de 2007, jugó la selección nacional ante Ecuador por partido de eliminatoria mundialista rumbo al mundial de Sudáfrica (en serio, créanme, no lo planifique así).

Esa noche, mientras estábamos festejando la boda, me dicen que, con un golazo de tiro libre de José Manuel Rey, Venezuela derrotaba a los meridionales por primera vez en condición de visitante. Se podrán imaginar la doble emoción que sentí ese día.

Ganarle a Messi

Hace algunos años, el 11 de octubre de 2011 para ser exactos, viví otro de los momentos más destacados del balompié venezolano. Estábamos en casa, mi esposa y yo nos dispusimos a ver el juego, era Venezuela que enfrentaba a la Argentina de un tal Lionel Messi.

Ese duelo se jugó en el estadio José Antonio Anzoátegui, en el estado del mismo nombre al oriente de Venezuela, era un duelo oficial, de eliminatoria rumbo al mundial 2014. La Vinotinto venía en racha y tocaba medirse a “La Pulga” y compañía.

Fue un partido complicado, con pocas opciones para ambas selecciones, ese día Messi fue bien marcado (desde mi punto de vista), contó con pocas opciones.

Tras el correr de los minutos llegó el momento glorioso; un córner fue alcanzado por Fernando Amorebieta, un vasco nacido en Cantaura pero criado desde pequeño en tierras españolas. El tanto de Amorebieta nos hizo a mi esposa y a mí saltar y gritar de la alegría, Venezuela le ganaba a la Argentina de Messi.

Luego del gol, comenzó el desespero por que culminara el partido… Argentina contó algunas opciones pero nada que concretaba. Al final, Venezuela logró vencer por primera vez en su historia a bicampeona mundial.

Vivir con pasión los momentos malos y buenos con mi selección me produce una alegría inmensa, quizás es una cuestión que pocos entenderán pero creo que sin pasión no hay vida y si no tienes nada que te motive no tienes razones o motivos para vivir. Me alegre tener entre mis aficiones mi pasión vinotinto.

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Fotos tomadas con mi dispositivo móvil Samsumg Galaxy SIII

Sort:  

La estampa que tengo en mi mente de ti es con la camiseta de la selección, así que has sabido transmitir tu pasión. Me reí mucho con lo del matrimonio jajajja. ¡Que viva la gloriosa vinotinto!

Si amiga, es un sentimiento que no se como explicar.. Mi esposa me pregunta que por qué lloró cuando suena el Himno Nacional en un juego de la selección... Es una emoción que nació y se quedó conmigo. Que Viva Venezuela, que Viva La Vinotinto!!!

Sin duda que eres un fanático jajaja tambien amo el fútbol pero por mi corta edad hay cosas que no sabia.. Muy linda tu historia y que viva nuestra VINOTINTO

Muchas gracias, es una pasión que nació sola.. Vivo con intensidad cada partido de nuestra selección. Gracias por leer y comentar. Saludos cordiales!!

Arriba nuestra vino tinto 👏👏👏👏👏🇻🇪🇻🇪🇻🇪🇻🇪🇻🇪 Gracias por compartir

Como dice Benavides: El color de mi pasión... ES VINOTINTO!!!

Desde que te conoci, siempre te veo con una camiseta, gorra o cualquier cosa de nuestra Vinotinto. Se que la levas no solo en la ropa, sino en el corazón. Un abrazo hermano!!!

Así es hermano, es una pasión que llevó conmigo desde chamo. Siempre con la selección, en las buenas y en las malas.

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