Ocupó aquel cobijo con las alas
partidas, vendidas
al mejor postor.
¡Qué ingenuo gesto el de alzar el vuelo hacia dentro
del abismo!
¡Y cómo duele el aire roto en la humedad del olvido
de sí mismo
cuando se enfría la herida!
No te rindas. Eres el aliento
que sujeta el vuelo,
no su grieta.
Exquisito poema, espectacular lo de ¡Y cómo duele el aire roto en la humedad del olvido
de sí mismo
cuando se enfría la herida! Un placer pasar por tu blog. Gracias por compartir.
Muchísimas gracias por tus palabras, @carmencitavdc.
Tu comentario me anima mucho a seguir adelante.
¡Saludos!
¿Cómo definir tu estilo? Lírica honda y realista, que hurga en el interior, hasta dejar desnudo el corazón, ¿y el alma?
Como tú lo definas estará correcto, Landis, porque eres el que mejor maneja la poesía. Y, además, siempre buscas ensalzar. Así que todo un honor ser analizada por ti.
Me ha gustado mucho esta parte.
Cual sublime es esto. Hermoso amiga Graciela, un abrazo y bonito día.
¿Sabes, amigo, que no tengo conciencia de haberlo pensado? De repente, lo vi escrito. Seguro que te ha pasado ponerte a escribir y después, leerte y sorprenderte... Ese es el caso de estas líneas.
Mil gracias por tu comentario. Un abrazo fuerte.