Hoy quiero compartir con ustedes la experiencia que he tenido con la yoga, ya que me ha resultado muy beneficiosa y es posible que a ustedes les resulte también.

Para quienes no conocen la yoga, les diría que lo más importante que nos enseña esta práctica es el recordatorio constante que debemos hacer de que la vida es aquí y ahora. Cada segundo que pasa es importante y hay que sentirlo plenamente, muchas de las angustias y quejas que surgen de nosotros vienen de pensar en lo que fue o en lo que va a suceder y de eso poco tenemos el control. Lo que si podemos controlar es lo que estamos haciendo y pensando en este momento.

Podemos decidir hoy, si pararnos a vivir, a ejercitarnos, elegir prioridades, descartar lo que nos hace daño. Lo externo, el clima, lo que hacen los demás es imposible controlar. Ya por ahí nos quitamos un peso de encima, aunque eso no quiere decir que no podamos influenciar positivamente en otros, o en las cosas que suceden, nos genera mucha más tranquilidad saber que para cambiar algo, lo primero que debemos hacer es cambiar nosotros.

Si cada cosa que hacemos involucramos conscientemente el cuerpo, la mente y el alma, con la idea de vivir el aquí y el ahora, veremos como poco a poco podemos cambiar nuestra vida para mejor.

La idea, pienso que no es tener una vida perfecta, sino poder manejar las dificultades y las adversidades con cierta inteligencia emocional para no autodestruirnos, ni maltratar a los demás y que las alegrías y momentos hermosos sean los que predominen para hacer este viaje terrenal más a gusto.

En otros post iré compartiendo con ustedes algunas posturas de yogas y secuencia para llevar esto a la práctica.

Namasté para todos.

La fotografía fue tomada por @nicaguerrero en La Sabana - Estado Vargas