Se ha dicho a través de los años que la Historia comienza con la escritura. La Historia de la Medicina por tanto también hay que encontrarla en los documentos que para conocerla poseemos, entre ellos un libro extraordinario llamado la Biblia, "El libro de los libros". El que junto con Don Quijote tiene el mayor número de ediciones y traducciones a lo largo de los tiempos. Algo ha de haber en sus páginas para merecer un sitio de tan notable preeminencia.

La Biblia narra la historia del "Pueblo Escogido" desde los comienzos hasta poco después de la aparición de esa figura universal extraordinaria llamada Cristo; esa misma que agrupa en dos grandes épocas todos los acontecimientos de la Historia Occidental. Cuenta la Biblia que después del Pecado Original quedaron establecidos el dolor y la muerte. En consecuencia y dentro de la concepción hebraica y luego también cristiana la enfermedad es castigo. ¿Cómo sanar entonces suprimiendo las causas, si no es obteniendo previamente de Dios el perdón? y viendo las cosas desde este punto de vista los hebreos, enfermedad y curación quedan incluidos en el dominio de lo religioso.

¿Cómo entendemos entonces desde otro punto de vista que no sea la religiosa lo que quiere decir esta interpretación bíblica? ¿No existió acaso el dolor y la muerte ya antes de cometido el Pecado Original? Probablemente si. Es poco verosímil que en la naturaleza no hubiese muertes hasta que los padres del género humano fueron echado del Paraíso. Pero ta vez ante este fenómeno el hombre tenía otra conciencia de significado. Algo así como cuando muere un recién nacido o un niño pequeño, se va en la muerte, siente el dolor pero no posee conciencia clara de lo que está ocurriendo. Se "duerme" en la muerte nada más.

Visto esto dentro de la concepción hebraica la Medicina no tiene otra posibilidad que ser definitivamente religiosa. Moisés, el gran legislador, establece las normas que regulan la vida del hombre en la tierra, sus obligaciones para consigo mismo y sus semejantes y sobre todo; para con Dios. Mantenido el orden la salud está garantizada. Las reglas higiénicas que están contenidas en muchas de las normas mosaicas y costumbres de pueblo hebreo, son evidentes.

Es muy difícil comprender para los hebreos la muerte como un momento y hecho propio de la vida. Se habla siempre de vida y muerte en vez de nacimiento y muerte, aceptando ambas cosas como dos aspectos distintos pero inmersos en la misma corriente de la vida.

El pensamiento mágico que rige el inconsciente humano funciona de esa forma, y de ese paradigma derivan inevitablemente algunas consecuencias. Dolor y limitaciones son percibidos como castigo que piden expiación y reparación "Lo que pica cura" se decía a los niños ante el dolor insoportable que sobre una herida producía la tintura de yodo. ¿Cuantos hay que se deleitan con la descripción de la intervención quirúrgica severa? En la que "Casi se iba muriendo", gracias a la cual salvó la vida. Y no solamente el enfermo, cuantas veces también el médico se ve motivado inconscientemente a la aplicación de medicinas "heroicas" que llevan al borde de la muerte, como parte y expresión del mismo pensamiento mágico, con una configuración mental como es decir "Aceptemos el riesgo, para salvarle la vida".

Desde el bienestar existente entre el niño y la madre, el amante y la amada, o la unión mística con Dios, todo se corresponde como un mismo proceso en distintos niveles. La energía presente en el vinculo percibida como sentimiento de amor sana y cura. Garantiza la vida y propende la continuación del proceso vital, incluyendo el paso de esta vida a la vida eterna si es el caso.

Ella así como la de la India, son el desarrollo de distintas interpretaciones de la enfermedad y la salud determinadas por el mismo paradigma. Valga destacar en la primera algunas cosas importantes que la definen, como la conservación de los cadáveres. Estos que con tanta frecuencia se conservaban intactos por la sequedad en las arenas del desierto, dieron tal vez la creencia que era normal que ello ocurriera. Para mejorar esa condición "post mortem" posiblemente inventaron las diversas técnicas de embalsamar que les son características.

La medicina Egipcia empieza con los "Libros Herméticos del dios Thot". Se conservaban en los templos y eran llevados en las procesiones. Sus indicaciones debían seguirlas al pie de la letra los médicos y corrían el riesgo de ser llevados a la muerte si por no hacerlo cometían una falta grave, de lo que hoy conocemos con el nombre de "Mal-praxis".

Thot era la deidad correspondiente a la sabiduría, en cierto sentido equivalente al Apolo de los griegos, y coincidencia que alguna raíz común debe tener, ambos eran considerados por uno y otro pueblo, los dioses a cuyo cuidado estaba encomendada la salud. Pero Horus, otra deidad en lucha con Set el maléfico demonio perdió un ojo que le fue curado con remedios milagrosos. Ese ojo de Horus se volvió símbolo médico y se cree que de allí deriva la figura en forma de R, que encabeza la receta que da el médico al enfermo, y que es la abreviatura de la palabra latina "Récipe", que quiere decir "Recibe".

No debemos olvidar que los egipcios tienen el mérito de dos nombres mas remotos que se conocen, de médicos que existieron: Sekhet enanach e Imotep. El significado de este último nombre quiere decir: "Aquel que vino en paz". Buen nombre para un médico.

El "Papiro de Ebers", considerado como el libro más antiguo de cuantos existen, contiene recetas médicas. Usaron el aceite de ricino tanto por vía interna (purgativo) como externa, aplicándolo para la cicatrización de heridas. Era en general una medicina mágica y religiosa en la cual se daba importancia a la posesión de los malos espíritus como causa de enfermedades. Conocieron el sueño curativo o "Incubación", que más tarde veremos en la Medicina Griega prehipocrática.

La introducción del concepto del mal como fuerza individualizada y pensante: Satán. Los espíritus y fuerzas malignas como génesis de las enfermedades también se nota en las civilizaciones Caldeas y Persas y se basaban en los espíritus y las fuerzas del mal, ¿como entendían ellos esto?.

Para comenzar si leemos bien la biblia nos damos cuenta que cuando se habla en el Génesis el concepto de demonio no es hebreo sino babilónico, asimilándolo de esta forma el pueblo hebreo en algún momento de su historia para hablar del diablo se referían al embustero, al engañador, el enredador. Estudios posteriores dieron a conocer que esto era lo que decían los pueblos orientales.

En este caso, estando fuerzas personificadas de por medio como autoras de la ruptura habrá que neutralizarlas y si es posible destruirlas. De aquí derivan varias conductas terapéuticas importantes: Los exorcismos para sacar los malos espíritus, las mandas y promesas para mantenerlos a raya, los conjuros, ritos y costumbres que los previenen: Amuletos, dietas, sacrificios, normas, ritos, oraciones, etc.

Aquí tenemos una de las raíces por las cuales en nuestro inconsciente percibimos siempre como una misma figura al médico y el sacerdote, las medidas terapéuticas, actos de reparación, la restitución de la salud, la prueba del perdón; el médico sacerdote un intermediario entre los hombres y las divinidades, provisto de poderes y conocimientos. Sin esos poderes que lo hacen diferente no sería posible su acción.

Sobre este paradigma mágico-religioso se fundamenta la medicina desde la prehistoria hasta unos siglos antes de Cristo. Y aún en tiempos actuales como digo, en el inconsciente, tanto de médico como del enfermo, se le considera así. La tendencia simplista de atribuir la enfermedad a una causa externa, es muchas veces consecuencia del pensamiento mágico del que no pueden librarse médico y enfermo. Hay una tendencia obsesiva a buscar la causa externa de la enfermedad, como quien busca el espíritu maligno que se metió dentro. El descubrimiento de los microbios y desarrollo de la bacteriología, potenció enormemente este supuesto, y la solución de toda enfermedad se le vio en el encuentro del agente externo patógeno que la causaba. Pasaron muchos años hasta convencerse que las bacterias eran responsable, sólo de una parte de las enfermedades. Más se tardó en aceptar, que más importante que la bacterias y cómo destruirlas, que en el fortalecimiento de la inmunidad del organismo y su resistencia.