Hola, mi querido diario; ¡Un nuevo año se acerca! Ya el 2020 está en la puerta de salida, y le daremos la bienvenida a un mejor año. No he podido venir cómo debo porque mi internet falla, y aparte mi pequeño problema con la batería de mi teléfono que no me ayuda mucho, pero eso sí, jamás perdiendo las esperanzas de que todo mejorará.

^{Ejido, Mérida; Venezuela. Foto tomada por @floresf.}

Hoy fue un día de mucho trabajo, aunque en también estuvo acompañado de muchas reflexiones que llegaban a mi mente en el transcurso del día.

Este año fue complicado, no niego que fue lo que menos esperábamos a un comienzo, fue un año en el que perdimos a personas que quisimos, un año de alerta mundial, de prevención e inestabilidad, pero también fue un año que nos dejó mucho, nos enseñó lecciones que de no haber pasado todo lo que vivimos, quizás no hubiésemos aprendido una de las lecciones más importantes, valorar cada día que amanecemos vivos. Admito que al comienzo de todo el distanciamiento me quedé sin rumbo, no sabía a dónde ir o qué hacer, pero admiro que logré salir adelante, aprendí cosas de mí que desconocía, aprendí a amarme, a agradecer cada una de mis habilidades, y sobre todo el agradecer que aún están conmigo mi familia, que todos están sanos, y que a pesar de todo no faltó la prosperidad en casa.

^{Ejido, Mérida; Venezuela. Foto tomada por @floresf.}

Mi día comenzó desde temprano, aún quedaban muchas cosas por comprar, a pesar que desde el día anterior ya nos estábamos preparando, siempre queda algo por fuera y yo me encargué de realizar esas pequeñas compras faltantes, tardé bastante en ellas, pues los puntos estaban colapsados, y algo normal en este país para todos. ¿Cierto? Igual yo ya me había dispuesto que terminaría mi año de la mejor manera, sin molestias o malos momentos, al final qué ganaría con eso, mis energías estaban por los cielos para dejarme caer por algo que no lo vale.

Al llegar a casa, mi familia estaba ya preparando algunas hallacas que haríamos para esa noche, aunque estas eran diferentes, eran con carne, y también caraotas, y la masa era de maíz molido, y no es por nada pero quedaron deliciosas; desde tiempo atrás estuvimos planeando qué haríamos, de esa manera entre mi mamá y mi tía las armaron, y las iban amarrando, cuando llegué ya estaban casi todas listas, así que no necesitaron mi ayuda, y digo, tantos años ellas haciendo ya son más que expertas en ganarle tiempo al tiempo, superaron su propio record.

^{¡A cocinar! Foto tomada por @floresf.}

Ya que no tenemos gas, las fuimos haciendo poco a poco en la cocina eléctrica, pero no tardaron tanto pues ya todo estaba cocinado, así que unos cuántos minutos fueron suficientes para que los sabores se mezclaran y quedaran divinas, este año pediré por más días con la sazón de nuestras mamás, y tías.

Yo me fui a terminar mis deberes, como lavar alguna ropa que me faltaba, y ordenar mi habitación, estuve haciendo una depuración, y no podía ser que el último día del año lo recibiera de otra manera, en ese proceso el día pasó volando, cuando me di cuenta ya eran casi las siete de la noche, era momento de arreglarme, y organizar los detalles que faltaban.

^{Fotito mía, porque algo que me dejó este año es que no hay amor más importante que el propio. Foto tomada por @floresf.}

A eso de las nueve de la noche llegó la familia que faltaba, y mientras comenzábamos a organizar la cena, estuvimos hablando un rato, tomando ponche de crema que realicé yo, y con algunos aperitivos que habían traído, fue una noche realmente amena, en el cual pudimos compartir como familia, y disfrutar de una unión sana, esperando que todos los deseos individuales de cada uno de los presentes se hagan realidad, y de la mejor manera.

¡Llegó la hora de la cena! Estuvimos todos entre familia, mi mamá y mi tía prepararon el plato, constó de ensalada de zanahoria, la hallaca y el infaltable pan de banquete; esperando y deseando que todo el próximo año los alimentos estén en la mesa para todo el que lo necesite, y ante todo agradeciendo a Dios por poder disfrutar de aquella comida que entre todos pudimos proveer.

^{La última cena de un año que dejó muchas enseñanzas. Foto tomada por @floresf.}

Luego de cenar y reposar un poco, preparamos algunos dulces, para alegrar el corazón. Unos cupcakes rellenos de chocolate, y un delicioso quesillo de guanábana que preparó mi mamá, aunque era mucho dulce decidimos guardar el quesillo para el día siguiente, que era el almuerzo en familia nuevamente.

^{Yummy, yummy. Foto tomada por @floresf.}

Al sonido de aquella canción que no falta en los hogares venezolanos, nos avisaba que faltaban cinco para las doce… El año va a terminar, me voy corriendo a mi casa a abrazar a mi mamá~. Y así fue cómo en familia le dimos la bienvenida al 2021, entre sonrisas y los mejores de los deseos, esperamos que sea un mejor momento, que dejemos un poco la pobreza mental y veamos de todo lo que somos capaces de lograr con una actitud positiva, y siempre buscando lo bueno de la vida, luchando por nuestras metas, y viendo que no todo es un obstáculo para salir adelante.

^{Una familia pequeña, pero valiosa y a quienes amo. Foto tomada por @floresf.}

También una foto con la persona más especial de mi vida, quién me cuidó desde días de nacida, quién estuvo al tanto de mí por noches enteras, quién me hace enojar, pero también me hace sentirme completa, quién me dio los mejores años de su vida, y me formó en quién soy hoy en día, mi madre bella y preciosa.

^{Mi razón de ser. Foto tomada por @floresf.}

Y desde mi más sincero sentimiento, espero que estos nuevos días que se aproximan sean los mejores para cada uno de los que me ha leído, y me ha apoyado, y sobre todo que sus deseos se cumplan con la mejor de las actitudes ante la vida, que tengan mucho amor, salud y paz; y que entre todos juntos podamos cumplir grandes metas tanto para Venezuela, como para el mundo.

¡FELIZ AÑO NUEVO, STEEMIT!