Weekly Contest "Creating Stories Week #33". / Concurso Semanal "Creando Historias Semana #33" || SAM & SALLY: La vida sigue sin ti

in WORLD OF XPILAR3 years ago

SAM & SALLY: La vida sigue sin ti

Portada

Para los que no me conocen, mi nombre es Sally Presley, y si estás leyendo esto significa que el señor todopoderoso me ha llevado consigo. Dejo atrás esta carta con un trozo de mi historia, el pedazo más importante para mí; cuando conocí al amor de mi vida.

Era el año 1946 en New York, la gran manzana, recuerdo que mis padres me regalaron un pequeño cachorro y yo decidí llevarlo a pasear. Jugando en el parque conocí a un niño algo mayor que yo, su nombre me pareció muy fácil de recordar; Sam Coleman. Yo era una niña muy curiosa y me gustaba hacer amistades nuevas, su carisma me agradó. Nos hicimos grandes amigos al pasar el tiempo.

El padre de Sam bebía mucho todos los días y llegaba a su casa muy borracho a golpear a su esposa y al propio Sam. Llegaba a clases con moretones en el rostro y sin dar explicaciones. Yo sabía el porqué de esos enormes moretones por todo su cuerpo ya que él me lo contó un día.

Cuando Sam cumplió sus 18 años se mudó a Los Ángeles, “el lugar donde van los soñadores”. Yo estaba verdaderamente feliz por él y sus grandes logros en la industria de las artes. A pesar de todo, su familia siempre fue adinerada y la vida para Sam no resultó ser tan complicada (en el sentido económico). Mi familia por otra parte no tenía mucho dinero, todo lo que teníamos era para la comida y pagar los servicios de la casa; la cual era prestada por unos amigos de mi padre que vivian en otro país y nos brindaron hospitalidad en su casa para cuidarla y vivir allí. Era mi secreto mejor guardado, ni siquiera se lo dije a mi mejor amigo Sam por tener vergüenza. Siempre inventaba alguna excusa cuando no llevaba comida al colegio para que no se enterara de que en realidad no teníamos para ese día.

Fueron unos años horribles para mi familia, solo éramos mis padres, mis hermanos mayores (Simón, Tom, Steve), y yo, pero la familia fue creciendo inesperadamente cuando nos enteramos del amorío secreto de mi hermano de 25 años Simon y su jefa de trabajo; la señorita Teresa de 30 años y dueña de un pequeño restaurante. Claro, mis padres son muy tradicionales y le ordenaron a Simon casarse con la señorita antes de que su embarazo se descubriera.

No teníamos ni para comer nosotros, mucho menos para un bebé y los trabajos que da el mantener a uno. Por suerte la familia de Teresa consintió su compromiso y pronto hicieron su boda, pequeña pero hermosa. Las ganancias del restaurante tampoco eran muchas pero últimamente con las ideas de Steve mi otro hermano, el restaurante fue aumentando su clientela, y es que ¿Quién se resistiría a no visitar un lugar con karaoke y música en vivo? El grupo musical de Steve participó de gratis por un tiempo, hasta que el restaurante tuvo más clientes para poder pagarles.

El lugar tuvo tanto éxito que tuvieron dinero suficiente para comprarse una propia casa mi hermano Simon y Teresa, tenían todo lo necesario para ellos dos y su hijo en camino. Cuando Dylan nació, todos estábamos felices, la alegría nos sorprendió una vez más llenando los lugares vacíos de nuestros corazones. Ver a Teresa y Simon felices me hizo recordar a mi amigo de la infancia; Sam. Me preguntaba dónde estaría, que estará haciendo y si aún se acuerda de mí.

Pasaron unos meses y teresa y mi hermano pudieron abrir otro restaurante en otra ciudad, se mudaron para estar más pendiente de su nuevo lugar. Le regalaron la casa a mis padres y nos mudamos a nuestra propia casa, el sentimiento que tuve era nuevo, se sentía tan bien vivir en casa propia.

Pero aun podía sentir en mi interior que me hacía falta algo, quizás la aventura alocada de una adolecente con hormonas alborotadas que pasaban en la televisión era lo que quería hacer. Pero muy en mi interior sabía que no era algo lo que me faltaba, sino alguien.

Meses más tarde, Tom (o Timothy como le decimos de cariño) anunció que fue promovido en el trabajo y que iban a trasladar a otro país junto con toda la empresa. Las cosas parecían mejorar para la familia ya que mis dos hermanos mayores tenían dinero suficiente para mantenerse ellos y enviarnos un poco a nosotros. Sin embargo, unas semanas después de su mudanza, un accidente de auto se llevó las vidas de mis padres y mi hermano mayor Tom. Mi vida se vino abajo, yo estaba en el colegio cuando eso ocurrió y al darme la noticia unos de mis profesores quedé en shock por un buen rato.

Pasado un tiempo aún la tristeza me alcanzaba y el dolor de perder parte de mi familia era fuerte. Me había mudado con Simon y su pequeña familia ya que él era como un padre para mí. Steve seguía tocando en New York con su banda.

Yo no quería salir de casa por ningún motivo pero Teresa necesitaba ayuda con las compras ya que con su segundo embarazo no podía sola. Salí con ella al supermercado que quedaba a unas cuantas cuadras, todo me parecía tedioso y fastidioso, pero fue allí cuando lo volví a ver, era el, definitivamente era él; Sam. Mi vergüenza no se podía ocultar ya que había decidido ir al mercado con una ropa nada agradable. Recuerdo haber maldecido y Teresa junto con otros clientes me escucharon.

Sam estaba guapo, su camisa abotonada y sus tirantes lo hacían ver elegante y al mismo tiempo casual. Su rostro se veía algo cansado pero nada que unas horas de sueño no resolvieran. La barba ya le había crecido suficiente para hacerlo ver como un hombre. Cuando se dio cuenta de mi presencia no dudó ni un segundo en brincar y abrazarme. Olía a frutas del campo, su olor no había cambiado y me dio un pequeño sentimiento de nostalgia.

Recuerdo haber pasado la semana completa hablando con él en casa, compartimos momentos vividos, logros, tristezas y alegrías. Me ayudó mucho cuando supo lo de mis familiares. Éramos jóvenes y la vida parecía irse muy deprisa, las charlas de minutos de convirtieron en horas y las visitas se extendían más y más, hasta que un día luego de unos meses del reencuentro; me invito a un rio, la idea me pareció linda y acepte. Al llegar al lugar me tenía preparado una cena a las orillas con vino y pizza, todo iba normal hasta que me pidió mirar al cielo y fue cuando lo vi, la promesa de amor más linda grabada en las nubes del cielo por un avión. Letras grandes escritas en el cielo con las palabras: ¿Te quieres casar conmigo?

Mi vida dio un giro enorme desde entonces, la felicidad no me faltaba y mi matrimonio fue una de las mejores cosas que me pasaron en la vida. Sam era desde el principio muy cariñoso conmigo y con toda mi familia, el hombre perfecto y ejemplar. Pero, lamentablemente la vida era muchas veces muy cruel y dura así que cuando era nuestro aniversario número 40, me diagnosticaron cáncer en el cerebro, mis días estaban contados pero Sam nunca se rindió. El apoyo que me ofrecía siempre era el mismo, cada día era un reto para mí, muchas veces no recordaba quienes eran las personas a mi alrededor por causa de los medicamentos. Sam luchó junto a mí.

El cansancio era siempre, las náuseas, los dolores y los vómitos eran constantes, pero Sam no se rendía conmigo. Llegó el día en el que los médicos nos dieron la propuesta de llevarme a casa para morir en familia y no en una cama del hospital, un lugar frio y desconocido. Todos aceptamos, pero Sam no creía en que era mi último aliento.

"Los días pasan y me siento peor, pero dejo esta carta para expresar que el amor realmente existe y que no importa el tiempo que duren en encontrarlo, cuando es verdadero siempre encuentra la forma de llegar y quedarse hasta el último suspiro. Siempre a pesar de las circunstancias hay un nuevo día en el cual pueden empezar desde cero. La vida continúa y a pesar del dolor que deja la pérdida de un ser amado siempre volvemos a sonreír y su recuerdo quedará guardado en nosotros.

Deseo de todo corazón que todos encuentren a ese amor tan dulce que nos hace crecer cada día mas, que nos hacen los días más fáciles.

Amores míos, aunque no los conozco ya los amo y les deseo una vida próspera y feliz. Tracen metas y sigan sus sueños que algún día, sin importar cuanto dure lograrlo podrán alcanzar lo que más querían. No dejen que la vida los atrase, hagan las cosas hoy mismo y nunca vayan a dormir sin decirle a sus familiares cuanto los aman, ya que nunca se sabe cuándo puede ser la última vez."

Posdata: esta carta fue dictada por Sally de Coleman en su última noche de vida acostada en la casa de sus sueños con sus hijos y nietos alrededor y escrita por Sam Coleman, el amor de su vida.



¡Gracias por la lectura! Esta es mi participación en el concurso Creando Historias en su semana #33 creado por @adeljose

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 3 years ago 

Saludos amiga @elsimarwrit

Una historia llena de nostalgia donde los protagonistas nos invitan a no perder la fe cuando no se ha encontrado el amor, y cuando lo encuentre, solo debe ser disfrutado hasta que la muerte los separe.

Gracias por su entrada al concurso.

Participante #5

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