Me senté en la cama mientras analizaba lo que tenía que hacer y se me subió Saturno a la cama (Saturno es una gatita que Pedro me regaló, la encontró a punto de ser abandonada cuando la rescató así que la acepté con mucho gusto) se encontraba ronroneando, ella es muy cariñosa, le agrada todo el mundo y siempre quiere cariño.

Luego, me di un gran y muy largo baño para refrescarme ya que el calor que hacía era muy fuerte. Al salir me arreglé para vivir la segunda parte de nuestro encuentro. En eso llegó mi hermana del trabajo, le dejé a mi sobrina y me fui rumbo a la iglesia. Allí nos esperaba una hora santa la cual vivimos con mucha disposición.