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En varias ocasiones he tenido días que he considerado como pésimos, por diversas razones, me he sentido mal y he observado a alguna parte sintiéndome perdida, he pensado una gran cantidad de cosas en esos momentos, y me ha sucedido que, en esos momentos, una pequeña cosa lo cambia todo, o al menos da un poco de color y brillo a un día que consideraba gris, opaco.

He estado cuestionando cada parte de mi día cuando de repente deparo en alguna flor que sin darme cuenta, empecé a mirar en algún momento, a veces sólo he levantado mi vista y he observado verdaderamente el cielo, he notado la gran belleza que siempre ha estado ahí, en una flor, en un árbol, en el agua, en los tonos de un atardecer, en una sonrisa, en una mirada, y eso consigue cambiarlo todo, sólo basta prestar un poco más de atención a esas cosas que parecen simples, pero que poseen una belleza sin igual, en esos momentos hasta el viento parece dar una caricia.

Luego de eso es más sencillo sonreír y seguir avanzando, siendo feliz y apreciando el esplendor de los pequeños detalles, que nos brindan una calidez increíble.

Agradezco a quien leyó este breve escrito, por dedicar un poco de su tiempo, lo aprecio en gran manera, espero que si su día no va tan bien pueda ser testigo de un pequeño detalle que marque una dierencia tan grande como el cielo mismo.

Les deseo un hermoso día, lleno de mucha azúcar y miel. Nos leemos luego.