Camino hacia el destino/ Capítulo 2: el inicio de mi camino.
15 de julio de 20**. Caracas, Venezuela.
Han pasado tres meses desde ese incidente, estoy bagando por las calles de caracas ya que ahora tengo que lidiar con Casandora, un demonio antiguo de ojos verdes, pelo blanco lizo y muy largo de piel blanca. Algunos se preguntaran: “¿qué problema tiene? a lo mejor te dará poderes” y vaya que si me los dio, solo que ella no me dice cuales son porque debo descubrirlos por mi cuenta. Odio eso. Bueno, qué más da, al fin y al cabo ella y yo tenemos un trato: ella se queda si no se mete en mi vida personal y yo conservo los poderes si hago sus “encargos.” Hoy voy a hacer el decimoquinto de ellos: eliminar a un demonio que la está cazando y además está asesinando humanos por gusto. Llegue a un club nocturno algo tranquilo y descuidado, no se nota nada fuera de lo normal hasta que veo a una mujer decirle cosas al oído a un chico. Este esta embobado y se le nota a simple vista. La mujer lo lleva hasta el baño y yo voy detrás de ellos. No saben nada. Mi apariencia no llama mucho la atención lo que me da una ventaja. Voy vestido con una chaqueta negra, unos zapatos de la marca Levi’s, unos jeans algo ajustados para mi gusto y una camisa morada debajo de la chaqueta.
Me acerco por la espalda a los dos tórtolos mientras que se meten al baño de mujeres, al rato entro y veo que la mujer es mi objetivo pero no lidio con ella primero, primero tengo que lidiar con el chico.
-sal de aquí no vez que estas de mas- dice el chico pero sale corriendo cuando ve mi revolver rhino, un lindo regalo de parte de mi hermana, es uno de mis favoritos así que porque no llevarlo.
La mujer se me queda viendo y luego me toma de la mano y luego me baja los pantalones. Justo cuando me los baja pongo mi revolver en su cabeza y esta suelta una gran risa de locura mientras se transforma en una grotesca abominación de carne, hueso y ojos por todos lados con tentáculos y patas raras como de cangrejo.
-al fin tengo algo de comer- dice pero su sonrisa se va al ver que ni me inmuto para disparar a lo que ella solo se queda hay viéndome mientras le descargo el rodillo de balas.
-jaque mate hija de ****- El cuerpo deforme del demonio se consume y se pudre casi al instante y posteriormente se prende en fuego luego de un rato no queda rastros de nada, ni sangre, fuego, humo, u olor pútrido.
-bien hecho Jack- dice Casandora la cual estaba sentada sobre uno de los lavamanos del baño a lo cual le respondo con una sonrisa pero está según llega se va no estaba de ánimos para sonreír.
Luego de un buen rato llego a casa para hacer mis cosas úsales, ver mis redes sociales, noticias y por ultimo jugar un poco de monster hunter, minecraft y mortal kombat. Veo que son las tres de la mañana y me retiro a mi cuarto donde Casandora se acuesta a mi lado.
-porque haces esto por mí- pregunta.
-cuando te encontré estaba asustado, pero cuando comenzaste a vivir conmigo dije ya que esta endemoniada mujer me dará algún que otro beneficio ¿Por qué no hacer lo que dice y cuidar de ella?- digo sin emoción alguna mientras ella se aferra a mi abrazándome y dándome un beso.- que mujer esta.- digo en un susurro.
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