En una noche fría de diciembre, caminando por el centro de la ciudad, me encontré con bily, bueno así lo llamé porque le pregunté muchas veces su nombre y nunca me respondió. Al momento pensé que tenía problemas para emitir algún sonido y luego me imaginé que no lo hacía porque no tenía fuerzas por la debilidad, se le veía que llevaba días sin comer ni beber agua, no pude dejar de abrazarlo a pesar de que no se había aseado desde hacía mucho tiempo. Ya en casa le di un buen baño. Lo trate como a un huésped de la familia y le di de comer, en unos minutos se quedó dormido.

      Al siguiente día parecía que tenía a un bily diferente, estaba con una sonrisa constante en su carita y pensé que me hablaría pero no fue así. Le preparé comida para todo el día y tuve que dejarlo en casa para ir al trabajo, cuando estaba por salir me di cuenta de que cambió todo su rostro y dejó de juguetear, sabía que bily no había tenido a alguien durante mucho tiempo y se entristeció porque lo dejaría solo.

       Yo trabajaba en una tienda de comidas llamada Macpollo y allí tenían un servicio especial de nugets que podía gustarle a Bily, y al salir en la tarde de mi trabajo le llevé la mejor ración de pollo que vendían en esa tienda. Cuando llegué a casa fue maravilloso el recibimiento que me dio, desde ese día era como un hijo para mi. Y por supuesto devoró todo el pollo como si estuviese hambriento.

       Mi nombre es Laura y desde que mis padres murieron vivo sola, ya había aprendido la sabiduría de la soledad y estaba casi resignada a vivir sin nadie a mi lado para siempre hasta que llegó Bily, lo amé desde el día que lo encontré en aquel lugar frio y desolado, abandonado a la suerte, creo que hubiese muerto aquella noche si no lo llevo a casa, ahora tengo un compañero que me hace sentir que vale la pena vivir por alguien, y entendí que vivir sola te va consumiendo cada día. Le doy gracias a Dios por haberme permitido encontrarte aquella noche.

       Una semana después llevé a Bily al parque, allí nos divertimos mucho, entendí que todos necesitamos a alguien para desahogar nuestras penas, para mi tener a mi lado a Bily es maravilloso, porque ya no estoy sola y cada vez que llego a casa siento que vale la pena darle amor a esos seres que están tan pendientes de nosotros, ese día en el parque lo escuché por primera vez ladrar y lloré con el hasta que volvimos a casa.