Recuerdos de Berlín, relato erótico.
Salgo del trabajo y voy por un café, camino unas 3 cuadras hasta que llegó, no es tan tarde para entrar, me dispuse a pasar y de una mirada observe todo y a todos los que allí se encontraban, un hombre que me vio con una mirada desinteresada pero a la vez un poco intensa, ¿será por mi minifalda de ejecutiva? o ¿será acaso por mis medias negras y los tacones? no lo sé, pero camine y le fijó la mirada para que supiera que lo estoy viendo. Me senté pedí un café y saque mi libro, pensando que berlín es una ciudad bonita y que nunca se me pasó estar allí y menos por cosas de trabajo.
Después de sacar mi libro sentí una mirada sobre mí, era él hombre sentado en el bar que no me quito la mirada cuando entre, lo detalle rápidamente y me llama la atención que está leyendo el periódico, un hombre que ejercita su mente debe saber como ponerla a volar. Lo sigo viendo de reojo y no he cambiado la página de hace unos cuantos minutos, pasado una media hora más o menos veo que se quita la chaqueta de cuero y empieza a sobar su cuello como si algo le doliera o sera la posicion en la que se encuentra, me levanto del asiento y me acerco, retiró sus manos del cuello y colocó las mía muy sutilmente para empezar a masajear, está tenso ¿sera estres? no importa, empiezo a darle masaje y sentir como poco a poco se relaja.
No cruzamos palabras, mi cuerpo se movió solo a darle aquel masaje que no se esperaba, después de unos 15 minutos veo como poco a poco el bar-café empieza a quedarse solo, pero si ya es algo tarde me fije en el reloj colocado en la pared, paso mis manos con mis uñas muy suave sobre el brazo del hombre haciendo que su piel se erice y que sus vellos se levante, lo mire con una ceja levantada y una mordida sutil en mis labios que pronunciaba deseos, me di vuelta y camine a sentarme en mi mesa, de pronto veo como aquel buen mozo caballero se levanta me ve y se metió para un pasillo, con la mirada lo seguí y no pude contenerme y tuve que ir detrás de él.
De pronto no hay nadie cerca o es mi imaginación, deja rastro de su perfume en el aire que me dirigen hacía él, lo veo en el pasillo recostado con la cara un poco agachada pero con sus lentes de lecturas aun puesto, me voy acercando y me empieza a ver, me detalla, se le nota en la mirada que me desea, aunque no me conozca o yo a él, el olor de testosterona empieza a invadir el lugar, nos acercamos y mis labios que tienen un color vinotinto chocan con sus labios que tiene un aliento a menta y a café negro, MMM QUE RICO SU ALIENTO, de pronto sus manos empiezan a rodear mi cintura y yo su cuello, dos desconocidos en el pasillo de un bar-café a punto de experimentar momentos de sexo, sudor y pasión.
De a poco me levanta la pierna para rodearlo y yo coloco una de mis manos en su parte trasera, siento como sus dedos masajeaba mis piernas y siento también como algo caliente empieza a salir de mí, entre besos intensos y caricias se agacho y levantando mi pierna para ponerla en su hombre empezó hacerme gemir de tal manera con su lengua que aún ahora que regreso a mi ciudad lo pienso y me excita. Que manera de mover su lengua, que manera de estrechar su rostro con mi entrepierna, lo apretó y entre dientes digo que no aguanto, que lo quiero ya (cabe destacar que no me escuchó) mis uñas intenta aferrarse a la pared, GRITÉ, no puedo creer que me haya hecho gritar de placer con solo un oral.
Se levantó y me coloco de espaldas, después de semejante momento que me ha regalo dejaría que me colocara como quisiera, sentí el sonido del cierre bajar y me dispuse a quitarme el hilo negro que tenía y a levantar un poco mi trasero para mejor vista de él, QUÉ SENSACIÓN, QUÉ ÉXTASIS, QUÉ MOVIMIENTOS, me embestía suave pero con firmeza, sentía como salía y entraba sin maltratarme, sus manos rodeando mi cintura y luego levantando una de mis piernas, me encorvaba para que me besara el cuello, no eran besos ordinarios, eran besos de pasión como si estuviera esperando por mi para este momento, yo no quería que se acabara y por eso decidí detenerlo pero dejarlo dentro de mí, sentía como palpitaba dentro de mi entrepierna.
Esta sensación no la había sentido, continuó con sus movimientos esta vez un poco más rápido, yo solo podía contemplar su cara de emoción y que lo disfrutaba tanto como yo lo estaba disfrutando a él. Un suspiro de satisfacción dio la señal que este momento había llegado a su final, ¿cuanto duro? no lo sé, pero fue lo suficiente para hacerme regresar nuevamente a "tomar" café. Me coloque mi ropa intima y viéndonos fijamente pero sin habernos dicho palabra alguna en ningún momento, nos despedimos, él me guiño el ojo y yo le regale una sonrisa de felicidad. Como dije, regrese unas cuantas veces más al bar-café mientras seguía de gira por Berlín pero no lo encontre, voy de regreso en este tren solo recordando ese día. Oh, se ha caído mi pluma, que despistada soy me inclinó para recogerlo y lanzó una mirada al asiento que está frente de mi. Y solo pienso una pregunta al ver hacía allá ¿NO PUEDE SER?
Buen relato, sin embargo ten cuidado con los acentos.
Ho esta muy bueno tu relato, me atrapaste sabes mantener al lector atento en cada detalle, muy bueno si gustas pasate por mi blog. te llevaste mi voto y te sigo.