Descúbrete a ti mismo!
Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
!!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
Romanos 8:15-24
Buenos días, vemos aquí Pablo como descubre su viejo hombre, su humanidad.
Luego de esto se no aclara el panorama con respecto a nosotros mismos.
Pablo traza bien esa línea trayendo a la luz el resultado de un nuevo nacimiento, una nueva persona implantada en el creyente, esto echa totalmente por tierra todos aquellos argumentos que dicen "Hay que obedecer para alcanzar la bendición, hay que matar al viejo hombre todos los días para hacer la voluntad de Dios, Hay que rendirse totalmente a DIOS separándonos del mundo" y muchas cosas como estas.
Cuando se nos revela esta palabra APRENDEMOS las tendencias de nuestro viejo hombre, conocernos nos da la capacidad de separar, trazar y JUZGAR nuestro viejo hombre. NO juzgar nuestro hermano.
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Romanos 8:1
Ahí llegamos y entendemos esto...
Así que Hermano, Hermana: te recomiendo que te conozcas a ti mismo para avanzar.
¿Como?
Por medio de la palabra de Dios conocemos la mente de Dios, es alimentado nuestro hombre nuevo, hablamos con nuestro PAPÁ (orar), su oído está inclinado para socorrernos en todo momento "Hagamos uso de ese beneficio".