Con qué cosa identificas a tu país: La gloriosa exquisitez de una cachapa
Imagen diseñada en PowerPoint/ F1/ F2/ F3/ F4/ F5/ F6
La verdad es que puedo identificar al país relacionándolo con un sinfín de experiencias que, por lo general, siempre han sido gratas para mí; con las ingratas no me nace asociarlo porque me da la impresión de que, si las seguimos reiterando, tienden a perpetuarse, y eso no es bueno para nadie.
Cuando digo Venezuela, pienso en la máquina de tejer de maíta, en el casabe, en un loco de mi pueblo al que apodaban Iguano Macho, en las hallacas, en las parrandas de aguinaldo, en una novia que tuve que la llamaban precisamente Venezuela porque... (no, mejor no explico el porqué), en las playas de Carúpano, en el hecho increíble de que todas sus mujeres son bonitas (en esta tierra he visto bellezas extrañas, pero jamás una mujer fea), en los esnoboles que venden en las calles y en muchas otras cosas.
Mi pueblo, Mucoelrío, en la actualidad/ Imagen propia.
Sin embargo, con lo que siempre ineludiblemente identifico a mi país es con las cachapas, con aquellas cachapas que hacían en Mucoelrío, mi pequeño terruño, sobre todo en las tardes de agosto cuando éramos unos muchachos que jugábamos debajo de los árboles, sin preocupaciones porque había vacaciones escolares, y comenzaban a salir de los fogones el aroma estentóreo de esa singular tortilla confeccionada con maíz tierno.
Debido a que allí todos éramos como hermanos, cualquiera iba un momento a su casa y regresaba con una cachapa para comérnosla así sin nada, disfrutando informalmente la plenitud de su sabor, mientras nos quemábamos la lengua porque nadie esperaba, ni por casualidad, que se enfriara.
Cachapas venezolanas/ F
Las cachapas de mi pueblo eran cocinadas sobre un aripo, pero antes de verter encima de este la masa, colocaban primero una hoja de cambur previamente cortada a la medida; el fuego, entonces, al mismo tiempo que doraba aquel exquisito redondel amarillo, iba quemando la hoja, cuyos característicos olores se mezclaban con el del maíz tierno para que emergiera una emblemática fragancia que el humo se encargaba de esparcir escandalosamente por todos los rincones. Cuando la cachapa estaba lista, su sabor igualmente estaba impregnado de ese primoroso ahumado que le confería el pequeño mantel vegetal que se chamuscaba sobre el aripo.
Se acompañaba con mantequilla, queso duro o de mano y aguacate, más nada, solo esos tres elementos bastaban para paladear la gloria de una exquisitez que no tiene parangón. Unos años más tarde, influenciados por otras costumbres, mis coterráneos agregaron a este menú el cochino frito, la carne asada y hasta algunos guisos, sin embargo, yo he seguido apegado a aquellos primeros acompañantes básicos, me parece que esos sabores tan fuertes le roban el protagonismo a la cachapa, le escamotean sus gustosos encantos.
Una cachapa para la venta/ F
Las cachapas de mi pueblo tenían, al igual que la arepa, una concha dura, por lo tanto, debían abrirse por el medio con un cuchillo para introducirles el relleno. Señalo esta característica porque sé que en muchas partes de Venezuela las realizan tan delgadas que pueden enrollarse y se les riega por encima la margarina o cualquier otro producto que las acompañen. Así las cocinan todas las ventas ambulantes que han proliferado por muchas de nuestras calles y, por lo general, en casi todos los sitios donde se expenden al público.
Yo, por mi parte, continuaré anhelando una buena cachapa de las que tendían en Mucoelrío porque me recuerda mis orígenes, a los campesinos que destinaban las primeras mazorcas de su conuco para la confección de este manjar, a la familia complacida degustándolo y porque todo eso lo identifico con la Venezuela humilde y feliz de mi infancia.
Invito a los amigos: @paholags, @mayepariata y @heedysguevara a participar en este emotivo concurso.
Hermano que mejor manera de identificar nuestra bella Venezuela ya que cuenta con excelentes platos entre ellos esa cachapa con mantequilla, queso de mano y cochino claro y ese gran toque con un trozo de aguacate son alguno de los platos que a nosotros nos identifica nuestro país.
Así es, amigo, nuestra tradición culinaria es de antología. Gracias por sus palabras y la verificación de la publicación. Saludos.
¡Holaaa amigo!😊
El sello principal que utilizamos para identificar a nuestro amado país sin duda, es la cachapa y partiendo de esto digo que, en ella está plasmada toda la esencia de Venezuela porque, en su olor, sabor y por supuesto, lo que vemos se oculta nuestro patriotismo y tricolor.
Ahora después de ver su participación, me dieron ganas de comerme una jajajaja.
Un fuerte abrazo💚
Espero que se la haya comido, amiga... Nada es más nutritivo y venezolana como una cachapa, su aroma y su proceso, además, me conecta con nuestras raíces. Gracias por sus palabras. Saludos.
Amigo me gustó mucho leerte, incluso me dieron muchas ganas de disfrutar de una buena cachapa así tradicional, con mantequilla y queso.
Gracias por participar en el concurso, tienes la entrada #16
Gracias a usted, amiga, por propiciar estas oportunidades... Espero que se haya comido su cachapa. Saludos.
Dear @cruzamilcar63,
The cachapa seems to be an important part of Venezuelan culture and brings back fond memories for the author. It is interesting to learn about the specific way cachapas were made in the author's hometown and the traditional accompaniments for the dish. Food can be a powerful way to connect with one's cultural roots and identity.
Es un plato nuestro tradicional y emblemático porque los mismos labriegos del lugar cultivan el maíz para su elaboración. Es parte de nuestra idiosincrasia. Gracias por sus amables comentarios, hermano. Saludos.
La cachapa con queso, con nata, con cochinito, con aguacate, y hasta solita con mantequilla no tiene reemplazo, excelente elección amigo @cruzamilcar63..!
Gracias, amiga... una cachapa es lo más especial que puede haber.
Your post has been successfully curated by @lavanyalakshman at 50%.
Muchas gracias por su especial apoyo...