Necesitamos de Dios...

¿Cómo hacemos para callar la voz de nuestro corazón? Muchas veces esto no permite que podamos avanzar porque nos quedamos en un movimiento de emociones, pensamientos y sentimientos que se vuelve como un mar turbio que no nos deja vivir en plenitud, tenemos que prestar atención a esto porque debemos rendir nuestro YO para poder brillar cumpliendo la voluntad de Dios.

Una forma de calmar este mar es soltando y pidiendo perdón, estos son dos paso que tenemos que realizar para poder ser útiles en las manos de Dios.

(Salmos 131:2) sino que he calmado y acallado mi alma; como niño destetado en {el regazo de} su madre, como niño destetado {reposa} en mí mi alma.

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