Siempre en nuestra existencia logramos admirar a quienes en verdad merecen nuestra atención, por lo general siempre en grupos de amigos o compañeros, existe uno que resalta por encima del resto y por sus méritos le damos ese sitial, porque así lo aceptamos. Cada razonamiento de este son de importancia para nosotros y lo comentamos,

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Más sin embargo siempre existe el que siente la necesidad de criticar a este amigo, buscando que en algún momento este caiga y sea de alguna u otra forma expuesto en sus debilidades.

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Pero cuando las bases son fuertes, sustentadas en la humildad y en el conocimiento difícilmente quedara expuesto este tipo de elemento. En lo particular siempre Salí en defensa de este amigo ilustre para mí. Continuamente escuchamos rumores de sus detractores, haciéndonos del conocimiento de sus deseos torcidos en cuanto al amigo admirado. Inexplicablemente para mi ese compañero de contiendas, ese en particular que todos admiramos en nuestro grupo, muy letrado y sabio, estudioso del mundo y sus habitantes, llego a una conclusión, después de leer cuanto libro apócrifo logro acceder, según él, estudio los más profundos secretos no revelados. Un día tal como hoy fui objeto de sus razonamientos en un tema que habíamos compartido anteriormente, pero que él nunca logro aceptar mi posición ante el tema en cuestión, intentando siempre buscar cambiar mi perspectiva e insistiendo en que debería considerar mi posición en el tema que nos involucraba en las diferencias que ese día nos mantuvo frente a frente y con posiciones encontradas ; vino a mi persona, y de manera desafiante mirando fijo a mis ojos, me declaro; Rafael, puedo asegurarte que hoy en día soy ateo, agnóstico y medio espiritual.

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Me sorprendió escuchar tal cosa de esta persona, más aún, me pregunte qué sentido tendría ser ateo, agnóstico y medio espiritual?, como es posible tal cosa, si te declaras ateo?. Siguió su desafío a mi persona; se rodeó de muchos otros conocidos compañeros y busco avergonzarme delante de todos. En mi desconcierto no veía sentido alguno, que una persona como el ocupase su tiempo en tratar un tema como este, y más aun con alguien que lejos de querer confrontarlo, solo deseaba disfrutar de sus ávidos comentarios ricos en conocimiento.

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Te reto, me dijo. Te apuesto a no poder demostrarme ahora, en este mismo instante la existencia de Jesús, la existencia del Dios en quien dices creer. Muéstramelo ahora y considerare la idea de aceptarlo, si me dejas sin palabras con tu argumento. Apuesto a que no lo intentarás más aun, no lo lograrás. Esto dijo delante del grupo nutrido cada vez más de amigos y compañeros de trabajo.

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Su tono era más amenazador y desafiante, este incrementaba con la aceptación del grupo; su actitud era de triunfo rotundo y claro cada vez más para su entender, aun para los presentes, que se unieron a tal aseveración. Respire profundo y mire en un todo su desafío, en su aptitud logre mirar un ahogo de poder gritar el éxito por parte de quien me retaba. Pero firme en la promesa, supe que no sería avergonzado en mi convicción y creencia. Alce mi voz y mi ímpetu, y le respondí con una pregunta; en las buenas costumbres y procederes, no debería apostar, verdad?, mas sin embargo acepto tu apuesta; la acepto. Ahora bien escúchame con atención lo que a mi criterio es importante; el nutrido grupo se acercaron tanto como les fue posible para escuchar mi racionamiento;

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Tome el control del tema y del espacio, le pregunte al "ilustre", Si tuvieses razón y Dios no existiese y hoy nos tocase morir a ambos,

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Que ganarías tú y que perdería yo?, en sí, que dejaría yo de percibir?, en realidad que perdería?... Pues pienso que en lo absoluto perdería, porque la nada y el silencio nos absorberían y la oscuridad del desconocimiento nos cubriría a ambos, es más, ni siquiera podrías jactarte de tu aseveración, ni siquiera podrías cobrar tu apuesta. Pero amigo, en el caso contrario, en el supuesto negado de tu razonamiento y yo tuviese la razón finalmente y Dios si existe, ahora Responderme a mí...que perderías TU?, piénsalo bien, que dejarías de ganar?, a donde crees que iras?.

Yo por lo menos si sé a dónde debería dirigirme por haber creído la promesa de Dios. Entonces amigo, no notas que hasta por lógica es mejor creer en Dios, a poner en duda su existencia?, que te cuesta creer?, que te impide hacerlo?, porque es para ti más fácil no creer en Dios, que hacerlo?.

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El hombre se inmutó, y trato de refutar mi razonamiento, pero no salían palabras de su boca, aun procesaba la respuesta más idónea para el momento, pero le era difícil emitir con lógica, era como si alguien hubiese amarrado su lengua, hasta yo mismo me sorprendí por cuanto conocía al personaje, mas sorprendidos estaban los restantes presentes.... Alguien logró replicar y alzando la voz para ser escuchado y así dar un elemento de apoyo al ilustre, expuso; con tantas religiosas en el mundo, aun dentro de los mismos seguidores del cristianismos, que ni si quiera han logrado ponerse de acuerdo, en el tema de la trinidad, si padre, hijo y espíritu santo, son uno mismo o tres diferentes, cada uno con esencias diferentes. le interrumpí al ver que todos buscaban aferrarse a cualquier cosa para ver caer mi posición...amigo, le pregunte;

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tu qué crees?, el me respondió: en lo particular si debería creer en algo, a mi entender son diferentes...yo volví a preguntarle; y si fuese padre, hijo y espíritu santo uno solo en esencia, Dejarías de seguirlo?, dejarías de creerle por eso?, El me respondió; claro que no. A lo cual le argumente; entonces cual es el problema que sean uno o tres en esencia?, acto seguido, otro de los más influyentes, mientras que el letrado responsable de la disputa aún estaba sin palabras, inexplicablemente. El nuevo expositor refuto;

Pero donde esta Dios?, puedes mirarlo?, dímelo tú. Me invadió el deseo de responder con calma, preciso y sin pensar en dudar en ningún momento, le respondí con una pregunta; como le explicarías tu a un ciego que el sol existe?,

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Todos se miraron, y uno dijo, pero que locura dices...claro que existe el sol, allí esta; a lo cual le respondí, tu porque lo vez, pero el ciego como le consta?, como le explicas entonces que allí está?, el me devolvió la pregunta y me pidió que fuese yo que le explicase como el ciego debería tener el conocimiento. Yo mirando a todos los presentes le respondí: Yo creo en Dios aun cuando no lo veo, al igual que el ciego debería creer en el sol, aunque tampoco pueda verlo, pero definitivamente, el ciego puede sentir el Sol en su piel, como podría dudarlo, es razón suficiente basado en toda información percibida por este para creer que está allí el sol.

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Pues así siento a Dios en mi vida, aun sin verlo, porque en mi interior puedo creer sentirlo. En este preciso momento, aquí siento la esencia de Dios, porque creo haber ganado en fe, con esta reunión improvisada. Ahora gracias a ustedes, aumento mi perspectiva en Dios, radicalizo hoy más que nunca mi creencia. El letrado, aun mudo, se retiró, inexplicablemente...y con este cada uno de manera individual emigraron del sitio. Quede solo en el lugar.

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mire a mi alrededor y le di gracias a Dios, me retire al igual que el resto, pero con mi corazón rebosante, porque aun para mí, hoy en día me sorprendo de cada una de las respuestas que fueron puestas en mi boca, de manera determinante y precisa, y el efecto que tuvo en el grupo que allí se encontraban, que buscaron como propósito avergonzar a Dios en mi entender, y más bien fueron ellos quienes, se miraban avergonzados por no tener una lógica respuesta en el momento preciso. Me dije, los caminos del Señor son misteriosos. Y esta anécdota, la recuerdo como una prueba de fe para mí, aun no logro comprender como Said no emitió replica alguna, tampoco a pesar de la rivalidad en que el tema nos sometió, mire el evento no como un logro personal. Más bien estoy convencido hasta el día de hoy, que fui un instrumento de alguien para atrapar intenciones. Hoy en día un testimonio para muchos fue lo ocurrido ese día tal como hoy. Hoy en día el tema no surgió más en debate. Mi admiración por el personaje no se vio afectado en lo más mínimo por lo ocurrido en aquel día como hoy. Lo que si percibí y logra aun sorprenderme, es darme cuenta en mi amigo Said, una frase que nunca antes le había oído decir al referirse a un evento próximo a desarrollar por su persona, es impresionante hoy en día escucharlo decir….DIOS MEDIANTE.