Más que metal, Historia.

Todos pensamos en la historia alguna vez. Todos tenemos algo de historia que nos acompaña en nuestra vida, a veces son cosas tan insignificantes que no nos damos ni cuenta. Unas de estas cosas es el dinero, si, ese dinero por el que tanto esfuerzo dedicamos cada día de nuestras vidas para conseguirlo.

Esas monedas que nos hacen perder el 75% de nuestras vidas en ganarlo, por el cual ha veces familias enteras se han peleado, ese dinero que nos hace tener el bienestar en nuestras vidas y el cual deseamos más y más aunque en realidad estemos cargado de él.

Estas monedas que vieron la luz 75 años después de cristo, algunas unos cientos de años más tarde, parecen poca cosa, pero en realidad estas simples monedas podían darnos lecciones de historia.

Si las poseemos solemos pensar (monedas romanas, monedas antiguas) y nos conformamos con ello. Pero estas monedas son más que eso, tienen una vida propia que la mayoría no nos paramos a pensar.

Estas monedas han estado en este mundo siglos y siglos. Quien sabe lo que vivieron. Si nos paramos a pensar, a imaginar tal vez sean unas de las pequeñas cosas que están en nuestra época que más historia hallan vivido. A lo mejor estuvieron en manos de reyes, reyes que los conocemos por los libros y quienes un día las tuvieron en sus manos.

Nuestra mente pude viajar en el tiempo, vemos a dos reyes, uno arrodillado delante del otro y sus lacayos abriendo un cofre repleto de miles de estas monedas, entre las cuales se encuentra la que ahora tenemos en las manos. El rey vencedor se aproxima y mete su mano entre el dinero, saca las manos llenas y estas monedas caen por todos lados. Nuestra moneda es la única que queda en sus manos, el rey la mira, sonríe y la deja caer de nuevo en el cofre. Y ahora mismo nosotros también tenemos esa misma moneda entre nuestros dedos.

Pero también puede ser que solo pasara por manos de simples campesinos. Pudieron servir para alimentar a una familia, o fueron el pago de una traición, una traición que quien sabe, pudo cambiar el rumbo de la historia, el pago a un ejército para que traicionara a sus aliados en plena batalla.

o el salario de unos legionarios que dieron la vida por mantener un imperio. Legionarios que después de cobrar su salario iban a las tabernas a emborracharse de cerveza y disfrutas de las putas que había a centeneras allá donde ellos acampaban.
Tal vez solo sirvieron simplemente como monedas de cambio entre mercaderes o personas normales que vivieron otros tiempos.

Monedas que un día quedaron desfasadas después de años de servicio por todo el mundo conocido en esos tiempos. Tal vez quedaron enterradas en un gran campo de batalla y descubiertas siglos después llegando, sobreviviendo el paso del tiempo hasta nuestras manos.

Lo más seguro es que su vida fuera de unos cincuenta a ochenta años pasando de mano en mano, de bolsa en bolsa hasta que un día , por el destino quedaran olvidadas en algún lugar y sus próximos veinte siglos de vida estuvieran enterradas y olvidadas. Pero eso no las hace menos interesantes, no por su antigüedad, si no por su tiempo vivido.

Me gusta sacarlas de su caja donde están bien archivadas y guardas para que el tiempo venidero no las siga maltratando. Me gusta sacarlas, notar su tacto entre mis dedos, limpiarlas y pensar un poco en ellas.

Cuando sus hermanos (el dinero de ahora) me lo permiten consigo alguna otra y entra a formar parte de la colección. Pero como os imagináis es más que una colección de monedas lo que yo tengo. Para muchos solo será eso, una colección de monedas antiguas.

Yo las miro y veo más que un simple metal antiguo. Veo historia viva y real en ellas.

Dejandohuella