Buenas noches Punpun, desearía no haberte conocido

Recientemente me estréne con un género de manga que curiosiosamente, a pesar de que soy fan de las tragedias personales, nunca había leído: slice of life.

Aunque más que Slice of life como tal, creo que el género con el que me estrené realmente, se llama "Asano Inio", nombre del mangaka autor de ésta conmovedora (?) historia que me atrapó durante unos días, junto con otras obras de él mismo que me dejaron claro que su nombre representa un estilo, un género, una esencia inconfundible.

Oyasumi Punpun (Buenas noches, Punpun) en resumen y sin temor a spoilers, es la historia de la transición de la niñez a la adultez de Punpun, un niño con una familia disfuncional que crece agobiado por sus propias inseguridades, su soledad, su exceso de conformidad (o inconformidad?) con la vida.

Es la primera vez que veo un manga como ese. Un punto a destacar que marcó tan profundamente la experiencia en mí, es que es la primera vez que veo a todos los personajes ser dibujados de forma realista (feitos los chinitos pues) y muy importante e inusual: todos son físicamente distinguibles y únicos.

Sin mencionar los maravillosos y nostálgicos fondos que no importan si están ahí para distraernos de la trama o no, vale la pena verlos, vale la pena descubrir artistas que se inventan ángulos tan buenos. Todo visualmente, vale la pena.

PERO, como siempre, hay algo que hizo que deseara no haber leído nunca Oyasumi Punpun, y es que en la etapa final de la obra, siento que el mangaka se perdió dentro del agujero negro que representa la personalidad pesimista, fatalista y resentida del protagonista e hizo un final excesivo incluso para alguien que está tan jodido en la vida. Ser alguien que sólo vive para sabotearse a sí mismo y de paso encontrar personas que técnicamente sólo toman la misma actitud, ningun@ tiene el carácter o la personalidad suficiente para hacer frente a eso y terminan siendo arrastrados en la misma miseria, es demasiado incluso para mi, que brinqué y salté muerta de la risa cuando vi el eclipse en Berserk.

La verdad no es que yo crea que todo tiene que salir bien ajuro, a mi me gusta que exista la tristeza y la desgracia en una historia, esa que te hace conocer tus propias debilidades y fortalezas y sólo puede lograr dos cosas: o ayudarte en sí a superarla o terminar de lanzarte por el zafacón, y aunque Punpun se lanza por el zafacón, el mangaka lo rescata del karma y termina con una moraleja implícita: "si creces como un desadaptado y te vuelves un sádico psicópata impulsivo, de seguro la vida irá bien para ti sólo porque la obra tiene tu nombre." Entonces, ¿para qué introduces la maldad en la historia, si nadie va a pagar por ello?

Me dejó el corazón partido en dos que las últimas páginas fueran tan dignas de un shonen cualquiera, luego de cientos de capítulos angustiada preguntándome si reflexiono lo suficiente sobre mi propia vida así como hizo hasta la mosca que se paraba en el almuerzo de un personaje casi terciario.

Siento que el último tomo del manga fue un desquite, un autosaboteo, fue Punpun metido en la mente de Inio arruinando la historia tal y como él se había arruinado su vida. Es inútil que incluso yo lo sobre-analice, cuando sólo él podría saber por qué acabaría todo así, si es una estrategia maestra, si sólo quería terminar y desgraciarle la vida al protagonista dándole una falsa felicidad que no se merece o si sólo estuvo burlando de nosotros todo éste tiempo.

Y lo más probable, es que seguro volveré a leerlo muchas veces.