Arte y Escritura | Semana 47 | El último presente
El último presente
Madame Marie Lemmen siempre amó las flores, por eso desde muy joven siendo una damisela en casa de sus padres mantenía las repisas y mesas llenas de jarrones finos conteniendo flores naturales que ella misma cultivaba en el jardín. No solo amaba su increíble belleza, sino la inmensa alegría que daba su presencia y el encantador perfume que emanaba de ellas.
Narcisos, rosas, azucenas, calas, tulipanes, lirios, nardos, margaritas... según la temporada plenaban los salones de su casa materna.
Corría el mes de mayo de finales del siglo XVIII el día que conoció a su prometido, en una exposición de cuadros de su primo Georges Lemmen. Sintió una inmediata atracción hacia él, pero cuando este hombre de estilo refinado e impecable presencia se acercó a ella para entablar conversación, comenzó a estornudar, lágrimas empezaron a correr por sus mejillas y los ojos se le enrojecieron súbitamente.
Marie intentó prestarle ayuda pero más valía que se alejara de él pues ella era la causa de su violento malestar, ya que el pobre hombre sufría de una extraña afección que por el momento no tenía tratamiento. Solo se sabía que no podía acercarse a las flores.
El joven Marcel tuvo que retirarse del lugar porque era visto con temor por los presentes.
Las dos semanas que estuvo padeciendo los síntomas de esta terrible reacción a la cercanía de Marie solo pensaba en ella y en la idea de volver a verla para entablar aquella y miles de conversaciones por el resto de su vida.
A través de amistades que actuaron como celestinos logró conocer sobre su familia y su paradero y establecer una relación a traves de románticas misivas.
Al poco tiempo pidió su mano, para lo cual Marie prescindió de la decoración floral de los salones. De igual forma lo hizo en su boda.
La palabra alergia apenas comenzó a utilizarse unos años después, así como los estudios para buscar un tratamiento, que se convirtieron en una obsesión para Marcel, no tanto por las incomodidades que le causaba su enfermedad como por complacer a su esposa en aquella actividad que tanta felicidad le generaba.
El sensible organismo de Marcel, lejos de mejorar fue volviéndose más reactivo a diferentes estímulos. A los síntomas nasales se sumaron episodios en que le faltaba el aire, vomitaba y perdía el sentido. Temiendo una muerte inminente, dejó escrita su última voluntad.
Marcel falleció aún joven. Los médicos apuntaron anafilaxia como causa de muerte.
Al volver de los servicios fúnebres, Marie encontró en la estancia principal una docena de jarrones llenos de variadas flores, las que su esposo en vida nunca le pudo dar.
Madamme Lemmen. Interior florido
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El amor entre Marcel y Marie tenía a la alergia como enemigo. Cada uno hizo sacrificios y es doloroso que no hayan podido permanecer juntos por tan largo tiempo.
Este gesto de Marcel dice más que mil palabras:
Gracias por estar, amiga mía.
Gracias a ti por las o ras que seleccionas cada semana para inspirarnos e invitarnos a escribir.
Un abrazo
Hola amiga, me encantó tu historia, a pesar del trsite desenlace, el amor está en todas partes y creo que Marie jamas se sentirá sola y amará para siempre sus flores.
Saludos amiga, te deseo mucho éxito.
Gracias, Milagros.
A mí no me gustan los finales tristes, pero pasa en la vida real y fue lo que me inspiró la obra al ver a esta mujer de negro con flores a su alrededor y un gesto algo triste.
Al final me gustó lo que hice, me alegra mucho que te haya gustado a ti también.
Es una bonita y triste historia, porque, aunque lucharon por su felicidad, la vida se les convirtió en una tragedia producto de su enfermedad. Saludos.
A veces la vida juega esas pasadas.
Gracias, amigo, por su amable comentario.