El amor es el sentimiento más importante en la vida. Cuando aprendemos a amar a las personas, a valorarlos tal como son, podemos vivir en armonía con nuestro entorno.

Para esto la principal regla es amarnos nosotros mismos primero, porque es imposible ofrecer algo que no tienes...

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Yo pienso que una persona que aprende a ser generoso consigo mismo, es suficiente maduro para serlo con los demás, una persona que no es generoso consigo mismo, sería egoísta con todos a su al rededor, de igual manera, cómo una persona te puede querer realmente si no se ama primero así mismo. Es tan cierto esto que en la palabra de Dios encontramos algo al respecto:

Mateo 22:36-39 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Jesucristo les dice aquí, que amarás como te amas a ti mismo, por lo tanto si tú no te amas o si tú eres cruel contigo, de esta manera lo serás con los demás, y difícilmente se podría decir que amas a alguien con sinceridad.

Pero no se trata de que sea malo o no, se trata de ver la importancia que esto puede tener en nuestra vida. Por ejemplo, yo como madre, debo pensar en mi salud, en alimentarme bien, en descansar, en fin debo cuidarme, esto es amarme… si no me cuido, yo podría enfermarme y luego, ¿quién cuidaría a mis hijas?, no sería egoísta pensar en mi salud ni en mi alimentación, incluso en un descanso apropiado, porque si estoy bien, puedo estar bien para mis hijas, estaría con buenas energías para cuidarlas y darles todo lo que necesitan.

Por lo tanto, es importante que nos amemos, nos cuidemos sin sentirnos egoístas o culpables. Sólo amándonos nosotros mismos podremos amar a los demás.

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