Los caminos de la montaña me han mostrado cosas maravillosas. Unas de las que más valoro es la actitud de las personas que allí habitan. Supongo que el contacto con animales, plantas y seres vivos comunes en la zona contribuye para que la humildad sea la expresión más sencilla del amor en cada uno de esas personas. Vivo a diario y disfruto de cómo, cada una de estas personas nos recibe y dan los buenos días. Tanta cordialidad no hace más que resonar las buenas vibras y activar la fuerza del amor. Admiro el trabajo diario de cada persona en esas tierras, admiro su capacidad de modelar obras simples con grandes impactos.

Cuando decidí tomar la fotografía de esta ave, pensé en que este es el animal que abunda en las viviendas rurales. Las gallinas son tratadas como un miembro más de la familia, no es cualquier animal, no lo es, es ese animalito que contribuye con los quehaceres del hogar, toparse con ellas es posiblemente sentir uno de los pequeños placeres de la vida. Muchos abuelitos y abuelitas disfrutan de las gallinas como cualquier otra mascota, un perro, un gato, un lorito, conejos, tortuguitas… Al igual que ellos, la gallina también ocupa un lugar privilegiado, su nivel de domesticidad es increíble y cada miembro de la familia lo sabe.

Los animales de granjas como la gallina son criadas desde que son unos pollos, durante el proceso se adaptan y se hacen cercanos. Además, las gallinas también cumplen con varias funciones importantes, en las pequeñas granjas o fincas se convierten en recicladoras naturales, todo residuo orgánico son eliminados por estas trabajadoras, este consumo de residuo a su vez las alimenta y les hace bien, sumado a ello, el propio excremento de la gallina es uno de los mejores abonos para las plantas, son muy buenas cazadoras y las plagas en sus territorios, no entran.

¿Cómo no creer entonces que estas mascotas son amadas por sus dueños?

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_{@belkisa758. Fotos de mi propiedad. Caracas-Venezuela}