¿Sobreprotección o preparación? Hablemos de "Independencia desde la infancia"

Los niños se encuentran desde el inicio de su existencia en la exploración de la independencia. Es muy frecuente ver cuando los bebés pretenden tomar los alimentos por ejemplo con una cuchara, cuando hacen insistencia en vestirse solos a medida que van creciendo, es una condición inherente al ser humano que los padres podemos incrementar o coartar dependiendo de nuestra actitud. Las ocasiones para poner a prueba la independencia son importantes para edificar el sentimiento de la propia identidad y autoestima, así debemos entenderlo a quienes nos toca acompañar ese proceso.

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En una oportunidad y por motivos de la condición actual de mi hijo, una psicólogo me dijo que la sobre protección es peor que el abandono en un niño. Pero donde reside el límite entre la sobre protección y el descuido, eso es un reto y no siempre se aprende de una vez y a la primera, he allí el detalle. Como padres, es dificultoso no reaccionar con un grito ante la situación que nuestros niños en edad preescolar por ejemplo, corran hacia la silla suban y luego traten de servir un vaso con agua. Acceder a que los niños efectúen tareas frecuentemente encarna que la labor demandará más tiempo del deseado y asumir que tal vez sea más desordenada. Puede ser difícil ver al hijo intentar, fracasar y sentirse frustrado. Eso si hay que hacerlo, dejarlos crecer sin perder la palabra mágica equilibrio y la observancia de los eventos.

Creo que la mejor forma dada mi experiencia de madre es colocarles rutinas paulatinas para que vayan desarrollando esa independencia. No se trata de un horario, una rutina es cualquiera sucesión de eventos que pueden ocurrir diariamente. Salir de casa involucra ponerse la franela y los zapatos, quizás envolver algo de comer. A medida que los niños sienten estas prácticas repetidamente, aprenden a predecir lo que viene después e inician el asumir más compromiso con menos ayuda.

Por otra parte debemos asignarles pequeñas tareas que puedan realizar al principio con la supervisión de un adulto y luego de manera solitaria. Dejarlos que resuelvan problemas o pequeños inconvenientes por si solos sin tender a arreglarlo nosotros de inmediato para evitarles la situación difícil. Tratar de darles proyectos donde ejerciten su creatividad como las manualidades, que jueguen con su imaginación al aire libre los hará creativos y fomentará la independencia. Sé que en ocasiones no es fácil pero como padres se debe mirar hacia allá a lograr un adulto independiente emocional, psíquica y económicamente.

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