Ejercicio imaginario

Si Antonio Machado llegara a colocarse delante de esta imagen con seguridad haría un poema lleno cromatismo: se impresionaría con la luz en el pequeño pasillo que viene del otro patio, con el rojo de las paredes y ventanas ofreciendo vitalidad y resistencia, se enternecería con el blanco de la mascota que acompaña en solitario a la niña.

Si se le sumara Neruda nos fascinaría con unas palabras armoniosas en un poema que nos narrara de costumbres, de pequeñas cosas…quizás le haría una Oda al Barril o protestaría en verso por la espada que pende colgada de la puerta…como esperando ser tomada.

Si mas tarde concurriera Benedetti con su humor e ironía poética, nos fabricaría una inspiración cotidiana, sería sarcástico con los hombres “tomando” en pleno día, surgiría una trova que nos permitiría reconfigurar la imagen con el sentimiento personal a través de la palabra.

…pero si acudiera Andrés Eloy Blanco con Ramos Sucre…plenarian de lirica contestaría la imagen, contarían de: soledad, injusticia, frialdad, serían críticos de la época del cuadro, de clases sociales, pobreza…resilencia , constancia, quizás pedirían la imagen de un negro o un preso político en el mismo como asomado en la última puerta…hablarían del origen y del vanguardismo en fin le brindarían un toque de venezolanidad indiscutible al poema que resultase de observar la imagen… ellos mismo lo titularían: Verdad escondida.

Invito a : @naylet