PROGRAMACIÓN NEUROLINGUÍSTICA - Enséñele a su mente a cumplir objetivos

⦁ Enséñele a su mente a cumplir objetivos

¿Qué tan fácil o difícil es el lograr objetivos? Cuantas veces dejamos tareas importantes o menos importantes para otro momento. Y vamos cargando con un enorme paquete de cosas por hacer, que no nos motivan y no tenemos la menor idea de cómo y cuando las lograremos.
Para ser honestos debemos decir que no las logramos llevar a cabo porque no nos enfocamos en una tarea específica, sino que vemos un cúmulo de cosas por hacer y ello confunde a nuestra mente. Debemos elegir una por una en orden de importancia y elegir el cómo y el cuándo queremos un resultado.

Establecer metas es elegir lo que uno quiere. Cuando vamos al cine, a cenar, a una fiesta, estamos eligiendo y estamos llevando a cabo una serie de procesos mentales con una habilidad del 100 %, puesto que logramos el objetivo. Incluso es un objetivo logrado con poco esfuerzo y al final placentero. Más sin embargo, nos engañamos porque sí implicó esfuerzo.
Aunque parezca raro ir al cine es un gran esfuerzo: hay que elegir una película entre docenas, hay que elegir un horario, si vamos con alguien más, hace falta ponernos de acuerdo, desplazarse, lidiar con el tráfico y llegar al cine (aunque llueva) luego elegir algo para comer o beber y finalmente regresar a casa. Sin darnos cuenta gastamos energía, tiempo e hicimos un sin número de elecciones y logramos el objetivo de ir al cine.

Por otro lado tenemos los objetivos “difíciles”. Así los llamamos y por lo tanto, como nuestra mente obedece al lenguaje, efectivamente, se nos hacen difíciles. Por ejemplo, ¿qué tan difícil es arreglar el placar, ordenar los papeles del escritorio, hacer una cita con el dentista, o llevar adelante una dieta para adelgazar? Es “dificilísimo” porque no son metas agradables y entonces nuestra mente ya sabe que el patrón a seguir frente a las cosas “difíciles o desagradables”, es poner obstáculos, boicotearnos y sin darnos cuenta dirigimos nuestra mente con una habilidad del 100 % hacia la negatividad e imposibilidad. Y logramos el objetivo de no lograrlo.

Ponemos obstáculos y nos boicoteamos con el lenguaje. Recordemos que elaboramos pensamientos con palabras-lenguaje que influyen en nuestro estado de ánimo y nuestra actividad o inactividad. Frente a la necesidad, por ejemplo de adelgazar o ir al dentista seguramente pondremos obstáculos: “no tengo tiempo”, “ahora no puedo”, “no sé como comenzar”, “después lo hago”, “qué aburrido”, “mejor empiezo el lunes”. Al decir “qué difícil”, o “qué aburrido” el cuerpo inmediatamente obedece y caemos en la inactividad y repentinamente no tenemos energía suficiente para llevar a cabo ese objetivo que nos exige un “tremendo esfuerzo”. Cuando decimos: “después lo hago” estamos posponiendo sin determinar un tiempo preciso. “Después” es una palabra que implica un futuro muy amplio y al no tener la mente la precisión del tiempo, no hace nada.

Cuando se trató de ir al cine, no hubo obstáculos mentales ni boicot y los pensamientos-palabras- lenguaje nos llenaron de energía y fueron precisos, por lo tanto, no hubo lucha interna y no sentimos el esfuerzo.
La Programación Neurolingüística nos permite descubrir los procesos mentales que nos llevan a cumplir con objetivos “sin esfuerzo aparente” porque son placenteros. La idea es transferir los procesos mentales positivos que ya sabemos usar para metas motivadoras y enfrentar los objetivos “difíciles” con patrones mentales positivos y que nos llenen de energía.
Si en vez de decir: “que difícil es esto” ante la necesidad de hacer, por ejemplo, una dieta, decimos “lo hago con entusiasmo y sin esfuerzo” o “me organizo para empezar hoy mismo”, estos pensamientos nos reportan más energía, mientras que el pensamiento de dificultad nos quita la energía automáticamente. Al decir que “es difícil”, la mente se aplica para seguir instrucciones y el cuerpo, por lo tanto, también se pone en la misma frecuencia.
Es increíble la respuesta que obtenemos cuando cambiamos nuestro diálogo interno y dirigimos nuestros pensamientos para que trabajen a favor nuestro.

En Programación Neurolingüística proponemos desaprender lo que no nos sirve y aprender lo que nos ayuda a funcionar mejor en la vida. Empezar a dirigir nuestros pensamientos con un lenguaje positivo y palabras de acción, es la clave para dejar de tener esa lucha interna de posponer tantas cosas que deberíamos de hacer hoy. Pongase a pensar cuántas tareas ha pospuesto y cuál ha sido su diálogo interno. Analice y ponga en práctica cambiar esas frases limitantes por otras más positivas y que impliquen acción y movimiento. Verá resultados inmediatos.
Esto es parte del desarrollo y descubrimiento de los famosos “síntomas del éxito”, pero en este caso estamos haciendo hincapié en nuestro lenguaje o diálogo interno.

Una parte importante a recordar es el uso correcto y positivo del lenguaje. Hablamos que un lenguaje nos llena de energía y nos ayuda a conseguir lo que queremos. Hablamos que el lenguaje puede boicotearnos y un ejemplo son las palabras como: “difícil”, “después”, “estoy cansado” por citar algunas. También es importante prestar atención y desechar el lenguaje limitante que nos frena y nos impide realizar las tareas como por ejemplo: “no tengo ganas”, “ahora no”, “que aburrido”, “es demasiado para mí”, etc.
Si logramos reeducarnos y cuidar nuestro lenguaje, ya tenemos el primer paso importante que nos lleva hacia el cumplimiento de nuestros objetivos.
El segundo paso importante en el proceso mental para lograr objetivos es la vivencia total del objetivo terminado. Este punto es muy importante ya que involucra a todas las áreas cerebrales, para ello solemos aconsejar un ejercicio de Integración Neurológica.
Ahora bien, el lenguaje por un lado, nos sirve para plantear nuestro objetivo y la vivencia con los cinco sentidos, nos ayuda a llevarlo a cabo. No hay nada que hayamos hecho que no haya pasado por nuestra mente primero, sea consciente o inconscientemente. De manera que cualquier objetivo se somete a un proceso mental.

En el principio dimos el ejemplo de ir al cine y cómo nuestra mente, de alguna manera, fue utilizada para lograr ese objetivo sin esfuerzo. Lo logramos simplemente porque lo vivimos mentalmente antes de vivirlo en la realidad. Cuando planeamos ir al cine, nuestra mente nos transporta a la butaca sentados placenteramente y gozamos con nuestros cinco sentidos. Vemos la pantalla, olemos y degustamos los alimentos que llevamos, escuchamos la película, etc. En pocas palabras, nos enfocamos en el objetivo y no tomamos en cuenta los obstáculos. De alguna manera, le mostramos a la mente lo que queremos lograr.
Entonces el segundo paso importante para lograr objetivos es visualizarlo y vivirlo con todos sus detalles para que la mente sepa exactamente lo que buscamos. Esto significa ir al paso final y vivirlo con plenitud. Los objetivos “aburridos” o que motivan poco, no los logramos porque en ningún momento los vemos terminado. Nos quedamos seguramente atorados en el planteamiento y el lenguaje nos boicotea.

Al visualizar, sentir, escuchar el objetivo terminado, por ejemplo hablando de la necesidad de adelgazar, visualizamos nuestro cuerpo esbelto, escuchamos lo que alguien nos puede comentar acerca de nuestra nueva silueta, etc., le estamos enseñando a nuestra mente lo que queremos y es por ello que cuando procedemos de esta forma nos resulta más fácil lograrlo y lo hacemos con menor esfuerzo porque no estamos sumergidos en luchas internas, sino que por el contrario, tenemos a nuestra mente de nuestro lado, cumpliendo lo que le transmitimos y focalizados en el objetivo.

Lo que realmente agota no son los objetivos, sino las luchas internas, es por ello que eliminándolas, definitivamente el camino se allana.
Ahora bien, es importante destacar que hay distintos tipos de personas cuando de transitar hacia los objetivos se trata:
⦁ Personas a las que les cuesta trabajo cumplir sus objetivos.
⦁ Personas que cumplen aparentemente sus objetivos.
⦁ Personas que logran muy bien sus objetivos.

¿A qué grupo pertenece?

Grupo A): Hay personas que parecen pérdidas por la vida. Andan en tinieblas dando espadazos sin atinarle a nada porque no ven nada. No saben dónde está el blanco. Son personas que intentan una cosa, luego otra y otra. Pasan de una a otra y no profundizan en nada. Nada les funciona y logran muy poco. No se puede llegar a donde no se sabe, y si no se sabe hacia dónde se va, no hay dirección, entonces, cualquier ruta es buena. Si ésto ocurre es muy probable que las rutas que abordemos no sean las nuestras, sino ajenas, y por ende, poco atractivas para transitarlas. Por lo tanto, para ponerse un objetivo hace falta estar enfocado. Se despilfarra mucha energía cuando se desarrollan actividades sin un objetivo definido. Se hace mucho y se logra poco.

Grupo B): Hay otras personas que sí se ponen objetivos y parecen lograr sus metas. Logran un cierto trabajo, un sueldo determinado, cierta estabilidad, sin embargo de allí no avanzan. Se quedan estancadas en ese nivel. Por creencia y por programaciones se etiquetan y se encajonan en un nivel de competencia y de allí no pasan. Parecen estar a gusto en ese nivel. No se atreven a ampliar sus objetivos, son personas temerosas al cambio y por lo tanto se limitan. Recuerde… “Objetivos limitados dan resultados limitados.”

Grupo C): Existen otras personas que no sólo logran objetivos sino que logran enormes objetivos. Rebasan sus propios límites. Están tan seguras de sí mismas y de lo que quieren, que se mantienen en una línea de pensamiento. No se distraen con las piedritas del camino. Éstas son las personas altamente exitosas. No se limitan, no se detienen ante los obstáculos, sino que les dan la vuelta a las cosas. Programan su mente con dedicación y con los cinco sentidos. Ven, escuchan y sienten su objetivo terminado. Lo viven como si ya estuvieran frente a la experiencia. Cuidadosamente crean y le dan forma a sus objetivos mentalmente sin desperdiciar energía.
Hay una encuesta interesante que se les hizo a un grupo de hombres que llevaban trabajando veinte años. Todos ellos graduados el mismo año, del mismo curso y de la misma universidad. Se les preguntó si habían logrado lo que querían de la vida. Los que contestaron sí (un tres por ciento) fueron los que al finalizar el curso, veinte años atrás, escribieron con detalle sus objetivos. Tenga en cuenta esto que te le decimos… “escribieron con detalle sus objetivos.”

Objetivos definidos tienen una fuerte influencia en nuestra mentalidad. Cuando la mente tiene un objetivo definido puede enfocarse y dirigirse hacia él. Y si además los escribimos hacemos participar todas las áreas cerebrales. Por lo tanto y resumiendo, si su sueño es lograr desempeños exitosos sean éstos en el área que sea, (obesidad, familia, relaciones, eliminación de adicciones y vicios, prosperidad, profesión, etc.), escriba exactamente hasta donde quiere llegar. Por ejemplo, supongamos que su objetivo es adelgazar, pues bien ¿Cuánto quiere adelgazar?, ¿En qué período lo quieres lograr?... Pues le aseguramos que será usted mismo el primero en ponerse los límites. Pero en todo caso si ya lo tienes definalos, luego debe preguntarse ¿Cuál es el primer paso?... Por ejemplo, haremos una analogía para que luego lo usted lo transporte al tema prioritario en su vida. Si su sueño es tener una casa. ¿Cuál es el primer paso? Quizás diga en forma apresurada: tener el terreno, conseguir el dinero, conseguir los materiales: ladrillos, cemento, madera, clavos, martillo, los albañiles, etc., etc., etc. ... ¡¡¡ Error !!!. Lo primero es desarrollar el proyecto de la casa terminada en su mente y luego pasarlo al papel. De nada sirve tener los ladrillos y los albañiles si no sabe qué quiere específicamente. Una vez que se tiene claro el proyecto terminado y se vive como si fuera real, se comienza a definir cuál es el primer paso, el segundo, el tercero, etc.

Para que se produzca un efecto en el mundo externo, primero ha tenido que ocurrir algo en el mundo interno. Mente y cuerpo quedan programados y juntos se dirigen en una misma dirección. En conclusión con esto queremos decirle que todo lo que quiera lograr en su vida definitivamente primero debe haberlo experimentado previamente dentro suyo. Recuerde aquella frase que en alguna oportunidad ya le hemos dicho: “El universo no le dará lo que usted quiere, sino lo que usted es” y queremos ser bien claros en este concepto, ya que es trascendente.

Si a sus amigos le pregunta ¿Te gustaría tener una situación económica bien olgada?, de seguro que la gran mayoría le dirá que si. Ahora bien, ¿qué es lo que ocurre que a la gran mayoría de las personas no le alcanza el dinero y llegan a fin de mes con lo justo?... Pues bien, ellos se han quedado estancados en el Deseo o Anhelo, pero internamente no lo sienten ni lo creen y en consecuencia actúan y se focalizan en lo opuesto. Por ejemplo, anhelan prosporidad pero se sientan en un bar para tomar un café y mientras lo endulzan con dos sobrecitos de azucar, toman el resto de los paquetitos que el mozo ha dejado sobre la mesa y se los guardan en los bolsillos. Quizás a priori uno se excuse diciendo: “si me los trajo quiere decir que son mios”, o bien, “¿qué le puede hacer que me guarde un par de sobrecitos de azucar?”… En realidad a ello no les hace nada, el problema lo tiene usted, porque en el fondo esa acción va precedida por pensamientos y sentimientos de escaces. Allí está el inconveniente, ya que con esa acción, aparentemente inocente, usted le esta pidiendo al universo ¡¡¡ ESCACES !!! y eso es lo que recibirá.

Querido amigo, aproveche la información que aquí le estamos volcado y tómse unos minutos para reflexionar sobre cada párrafo que contiene este escrito y utílicelo para comprender el accionar de su pasado. Luego analice lo que verdaderamente quiere.

⦁ INTEGRACIÓN NEUROLÓGICA

A ésta altura de los acontecimientos y habiendo comprendido como funciona nuestra mente.
¿Cómo fue programada? y ¿Qué “engramas” desencadena nuestras emociones y comportamientos?, podemos decir que ya estamos preparados para saber dónde estamos parados y hacia donde queremos ir.
En ese sentido, la Programación Neurolingüística, nos entrega una batería de herramientas que brinda soluciones simples y de muy buena calidad al tema planteado.
A través de la siguiente técnica, usted irá introduciendo en los estratos más profundos de su inconsciente, mensajes muy claros con los cuales irá reeducando el sistema neurológico y adquiriendo “espontáneamente” y sin esfuerzos nuevos patrones de comportamientos. Ya que dichos ejercicios tiene como objetivo reprogramar el inconsciente.

EJERCICIO.

⦁ Procure un espacio y un tiempo para su intimidad en donde nadie le interrumpa.

⦁ Imagine frente suyo una escena en la cual usted se vea envuelto por lo que realmente quiere. Piense en forma positiva al respecto. Esto significa que si usted quiere dejar de fuma o terminar con algun vicio, no se diga ni peinse en dejar de fuma, sino que concéntrese en los beneficios que le traería aparejado dejar ese vicio.
⦁ Si al principio le resulta dificil imaginar escenas, puede posicionarse frente a un espejo, (aproximadamente a unos 3 mts. de distancia) y apoyarse en la imagen que éste le brinda para poder retener en la retina su silueta . En la medida de sus posibilidades, trate que sea de unas dimensiones que refleje todo tu cuerpo. Luego cierre sus ojos y decore la escena con el uso de su imaginación. Vivencie el objetivo.
⦁ Luego de enfocarse en el objetivo piense… ¿cuál es el primer paso para conseguirlo?... Esta pegunta es muy necesaria ya que nos permite comprender ¿dónde estamos parados hoy? y ¿a qué distancia del objetivo nos encontramos? Luego debemos tomar conciencia del tiempo que le dedicamos a las tareas relacionadas para la obtención del objetivo. Y en todo caso, si llegamos a la conclusión de que no es suficiente, la pregunta siguiente sería ¿estoy dispuesto a comprometerme más para lograrlo?

⦁ Si la respuesta es sí, entonces comenzaremos a transitar por el ejercicio de integración neurológica. En tal sentido, vuelva a visualizar el objetivo terminado delante suyo. Es necesario vivirlo en todos sus detalles. Posiciónese en tercera persona y preste atención a todo, ¿Qué se ve?, ¿qué se oye?, ¿qué se huele?, ¿qué se toca?, ¿qué se degusta?. En conclusión, es necesario experimentar con todos los sentidos. Hágalo con tranquilidad y tómese todo el tiempo del mundo para hacerlo ya que es necesario realizar un chequeo ecológico. Muchas veces los objetivos traen aparejado cambios en nuestro estilo de vida que quizás no nos agrade modificar.

⦁ El siguiente paso consiste en imaginar entre usted y el objetivo tres círculos de distintos colores, en los cuales usted se ira intruciendo.

⦁ Luego dé el primer paso para introducirse en el primer círculo y preste delicad atención a todos sus diálogos internos cuando el objetivo esté cumplido. ¿Qué va a decir?, ¿Qué se va a estar hablando con usted mismo y con los demás?, ¿Cuál será su tono de voz?, etc.

⦁ Con el segundo paso tomará consciencia de sus sentimientos y emociones. Aprenda a experimentar con anterioridad todo aquello que va a sentir cuando el objetivo se haya cristalizado. Trate de vivirlo lo más intensamente posible. ¡¡¡Como si fuera ya!!!.

⦁ Defina conscientemente con una palabra que es lo que siente y trate de localizar en qué lugar del cuerpo se encuentra esa emoción. ¿En el pecho, en la garganta, en el estómago…? Esta etapa es muy importante que la haga, ya que de aquí sacará la energía impulsora que le permitirá salir “disparado” hacia el objetivo deseado.

⦁ Posteriormente dará un tercer paso y se posicionará en el siguiente círulo para tomar consciencia de sus comportamientos, actitudes. Por ejemplo: ¿Qué cosas va a poder hacer que su situación actual no se lo permite?, etc.
⦁ Finalmente si toda la experiencia fue satisfactoria y sintió atravesó cada etapa con, pues entonces adelante, métase ahora dentro de la escena y empiece a vivenciar todo desde una posición de primera persona. Esto significa que usted debe experimentar las escenas y circunstancias que lo rodean desde adentro y al hacerlo tomar conciencia de su nueva realidad. ¿Es agradable?. Si no lo es, salga de la imagen deseada, modifique aquello que le molesta hasta que todo combine en perfecta armonía y luego vuelva a ingresar para disfrutarlo.
Nuestra propuesta es que a éste ejercicio usted lo lleve adelante durante 21 días consecutivos para impregnar a su inconsciente con las nuevas órdenes. Recuerde que tiene que ser 21 días consecutivos. Esto significa por ejemplo que si estás transitando por el día 15 y se ha olvidado de hacerlo el día 16 debe comenzar nuevamente. El motivo radica en que para conformar un hábito se necesita de la repetición durante 21 días.

Un consejo importante, empiece a practicar esta técnica con objetivos pequeños y poco a poco, comience a incrementar su tamaño. Póngase sub-metas u objetivos a corto plazo. Conforme estos se vayan cumpliendo la satisfacción se irá incrementando y a su vez se irán retroalimentando. Esto fortalece considerablemente la motivación y la confianza. Por ejemplo, quizás nuestro objetivo es adelgazar 15 kg., pues entonces nos podemos poner dos o tres submetas con fechas precisas, en las cuales iremos adelgazando 3, 4 o 5 kg. en cada etapa.

Fuente : Conocimiento propio.