Ciencia y Filosofía // Ejes Fundamentales de mi Formación humana

¿Y si aún estoy viendo las sombras de esa caverna?, ¿qué ocurriría si todo lo aprendido hasta ahora no fuera cierto y estoy en mi mundo imaginario? Y más aún… ¿cuál es mi mundo real? Cuando comencé mis estudios de Pregrado en Ciencias Biológicas, con emoción veía todo a través del método científico, cuántas ratas no sacrifiqué para demostrar que la aldolasa se producía en los músculos de rata al aumentar el estrés e inclusive, con algunos alimentos de la dieta, un hecho ya comprobado de hace años, pero para ese momento, la gloria era estar en el laboratorio y experimentar, redactar hipótesis, verificarlas, aplicar estadísticos y luego establecer un postulado que apoyara una teoría dentro del gran campo de la Biología.

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Me sentía la mejor científica del semestre entero, y con emoción iniciaba mis pasantias en el prestigioso IVIC para hacer ciencia; la explicación y solución a muchos de los problemas del país. Odie la cátedra de Filosofía, lo mío es la Ciencia… ¿era ese el mundo real?, pues definitivamente era un mundo imaginario, pues ahora conozco el verdadero origen de la ciencia, y siempre hubo FILOSOFÍA; lo más lamentable, docentes positivistas con una visión fragmentada que nunca mostraron su relación; y la decisión de quedarme viendo las sombras de la caverna, sin profundizar en lo que había en el exterior. No sé, si es tarde ahora, solo asiento con tristeza, lo poderosa que hubiese sido mi formación científica si no hubiese dejado de ver la realidad social en la que estaba inmersa, y que la ciencia debía tener consciencia.

Ahora disfruto de filosofar, tal como lo plantea Jasper (1981) “no hay manera de escapar de la Filosofía” pues se nos presenta como una actividad viva del pensamiento, es una capacidad mental, de reflexión que nos permite conocer el mundo desde varias aristas; nos conlleva a conocer al otro, al daseim , a ser uno mismo, a estar ahí.

¿La Filosofía es para algunos? en mi mundo, es para todos, es nuestro derecho de ser libres, de deliberar, de pensar y de generar acciones para cambiar la realidad social. Ese es el reto, dejar de pensar en un mundo imaginario, para transformarlo en aquel al que puedo palpar, en una propuesta transformadora, capaz de revolucionar la enseñanza, de manera tal que no sea solo academicista y formal, sino integral, y en esa integralidad, también entran las emociones.

Pues definitivamente:

Referencias

Jaspers, K. (1981). La filosofía desde el punto de vista de la existencia. Fondo de Cultura Económica de España