"#miprimerconcurso 12" entrada # 1 La Traición

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Esmeralda no podía creer su mala suerte. Toda su vida siguió un camino que pensó el adecuado y ahora que llegó a una bifurcación no sabía por dónde seguir. Como cazadora ayudante de Artemisa debía seguir muchas reglas, la más importante era mantener su castidad. Por siglos esto no presentó problema alguno, hasta hace unos meses.

Un día la jóven inmortal se encontraba paseando por el bosque, su arco en mano y las flechas guindadas en su espalda. Su cabello castaño estaba recogido en una trenza, lo que marcaba más sus ojos, del mismo color que la joya que inspiró su nombre. El día estaba soleado y Esmeralda estaba feliz porque había sido un buen día de caza y Artemisa la felicitaría.Se detuvo un momento a tomar agua de un río y escuchó unas pisadas muy pesadas como para ser de un animal. En un abrir y cerrar de ojos, Esmeralda había tensado su arco y una flecha amenazaba con ser disparada.

"Quien quiera que seas, sé valiente y muestra tu rostro." Un jóven de cabello negro y ojos cafés salió de entre los arbustos, sus manos estaban levantadas en señal de paz.
"Disculpa, no quise interrumpirte, pero se me era imposible no observarte. Eres muy hermosa." Exclamó el muchacho con picardía.
"Márchate si quieres irte en el mismo estado en que llegaste." Esmeralda no relajó su arco ni había rastro alguno de simpatía en su rostro.
"No vengo con malas intenciones, sólo quisiera charlar contigo un rato."

La respuesta a estas últimas palabras fue una flecha que rozó su mejilla y se clavó en el tronco del árbol a su espalda. El jóven, viendo que Esmeralda no cambiaría de opinión, decidió marcharse.

Si tan solo fuese esa la última vez que interactúo con el hombre. Éste era insistente y volvía cada día, hasta que Esmeralda accedió a una conversación, su error fatal. Una conversación se convirtió en otra y otra, se encontraban a diario y sin saber cómo ni cuándo, Esmeralda se enamoró.

Han pasado meses y el tiempo se agotó. Esmeralda ya no podía seguir ocultándole la verdad a Artemisa y Etmos ya no esperaría más por ella. Lo que Esmeralda no sabía era que Artemisa, diosa al fin, ya sabía de sus sentimientos y la decisión sobre cuál camino escoger no estaba en sus manos.

El día que Esmeralda iba a hablar con Artemisa, decidió ir a orar al sitio sagrado. Éste estaba lleno de hermosas flores de loto, el símbolo de la pureza. La jóven se arrodilló y agachó su cabeza. Tan concentrada estaba en su oración que no escuchó los pasos a su espalda. Sólo sintió un dolor terrible y al voltear encontró a su amado Etmos con su arco. Los ojos de Esmeralda fueron perdiendo su vida y la flecha que la atravesaba estaba empapada en su sangre. Como castigo, la diosa Artemisa había hechizado a Etmos y le quitó la inmortalidad que le había concedido a Esmeralda en el momentó que éste disparó la flecha. Así fue como Esmeralda murió bajo la mano de su amor y éste vió la vida dejar aquellos ojos que lo habían enamorado.