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La Flor de Venezuela en Barquisimeto es una de las obras arquitectónicas más emblemáticas de la ciudad. Construida en el año 2006, la Flor de Venezuela fue diseñada con el objetivo de convertirse en un símbolo de la capital de Lara y un punto de referencia para los turistas. Desde su lanzamiento, la obra ha logrado un gran éxito y ha contribuido a un aumento significativo del turismo en la ciudad.

La estructura de la flor está compuesta por una serie de columnas de concreto que se conectan mediante vigas metálicas. Estas estructuras se soportan en la base de la flor, que es un círculo de concreto de unos cincuenta metros de diámetro. La flor se encuentra en la ladera de una colina a unos mil metros sobre el nivel del mar, lo que le permite disfrutar de excelentes vistas de la ciudad y sus alrededores. La fachada de la flor está recubierta por una combinación de vidrio y acero. El vidrio se ha utilizado para crear una cascada de luz que se ve desde todas direcciones cuando el sol se refleja en él. La estructura también se ha diseñado para permitir la circulación de aire entre los paneles, lo que contribuye a refrigerar la estructura en los días más calurosos.

En el pasado visité este lugar en varias ocasiones sobre todo para realizar presentaciones de clases, recuerdo que en segundo año de secundaria tuvimos allí una presentación de un producto ficticio como práctica de la materia contabilidad, fue una de las experiencias más inolvidables que tuve de mi época de bachillerato. Debido a la crisis esta estructura se vio forzada a cerrar sus puertas ya que no tenían mucho que hacer adentro, sin embargo recientemente están comenzando a resurgir y hace unos días que iba pasando por allí aproveché de entrar para ver qué podía encontrar.

Primero tan sólo a entrar en la parte de afuera había un restaurante lujoso, el olor más característico era a carne asada , ya que andábamos sin dinero no le prestamos mucha atención a esto y subimos a la estructura de la flor, inicialmente pensábamos que estaba cerrada pues no se veía mucho movimiento pero al llegar a la base notamos que las puertas estaban abiertas y aprovechamos de entrar.

El sitio es básicamente como un mini museo, al entrar comenzamos a ver peceras con distintas especies, entre ellas vimos unas rayas, una anguila, un pez payaso entre otros me pareció muy interesante ver animales de este tipo en un lugar así. También hay zonas donde se exhiben artículos de alfarería antiguos como vasijas, entre otros. También llegamos a ver algunos huesos.

Después de un rato caminando encontramos una maqueta de la propia flor en donde se puede ver en una versión miniatura detalles de toda la estructura, en el pasado los pétalos de la flor se desplegaban a cierta hora del día y era increíble ver esta estructura abierta dejando pasar el aire para ventilar el espacio. En el pasado en la parte superior habían plantas de todo tipo sin embargo el día de mi asistencia a este sitio estaba inhabilitado así que desconozco si esto lo abren o planean abrirlo en un futuro.

La entrada a este lugar siempre ha sido gratuita, sin embargo si deseas comer algo allí puede que los precios estén un poco elevados. Es un buen sitio para ir a observar mas que nada, no hay mucho por hacer pero el solo hecho de poder disfrutar de la arquitectura ya es un valor agregado que el lugar posee, y sin duda no encontraras una experiencia similar en otros lados.

Fotografías tomadas con iPhone 12 mini